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Seminaristas y pastoral de la familia
1 comentariosSiguiendo con la teología y la pastoral “temporales” del post anterior, hay en el documento del Papa sobre la familia unos números dedicados a la formación de los sacerdotes, y más en concreto, de los seminaristas, que convendría tener en cuenta y llevar cuanto antes a la práctica: “a los ministros ordenados les suele faltar formación adecuada para tratar los complejos problemas de las familias” (número 202). Conclusión: si les falta formación, mejor que no los traten. Otra conclusión mirando al futuro: “los seminaristas deberían acceder a una formación interdisciplinaria más amplia sobre noviazgo y matrimonio y no sólo en cuanto a la doctrina” (n. 203). Conclusión: no es cuestión de aprender el catecismo, es cuestión de interdisciplinariedad y de conocimiento de la realidad concreta y “temporal”.
Y también es cuestión, como dice este mismo número 203, de tener en cuenta que los futuros ministros llevan consigo heridas debidas a su propia experiencia familiar, que habrá que ayudar a cicatrizar y sanar, con cariño y comprensión. Aunque estas heridas también pueden ayudar a comprender a los heridos. Como dice la carta a los hebreos, el sacerdote es el que comprende a los débiles porque él mismo está envuelto en debilidades. Si no reconoce sus propias debilidades se sitúa en una posición farisaica, y su pastoral, en vez de ser misericordiosa, es de condenación. Lo contrario de la pastoral de Jesús, que no vino para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.