Sep
Reconciliación y penitencia
8 comentariosTras leer el post anterior, en el que afirmaba que la Eucaristía perdona los pecados, quizás alguno se pregunte qué sentido tiene el sacramento de la Reconciliación o penitencia. En realidad, el sacramento de la reconciliación continúa y prolonga el perdón previamente dado en la Eucaristía. Porque no basta con decir que Dios, por su propia y soberana iniciativa, perdona los pecados de los seres humanos. Este perdón debe ser acogido. Desde esta perspectiva habría que distinguir entre reconciliación y penitencia. La reconciliación se daría en la Eucaristía. Su razón está en el amor gratuito e incondicional de Dios. La penitencia sería el signo que se le pide al hombre para expresar la acogida de esta reconciliación y se manifestaría en el llamado sacramento de la penitencia. Un amor no acogido no alcanza su objetivo. Un perdón otorgado y no acogido frustra su pretensión. En la eucaristía Dios nos ofrece su amor. Gratis. Pero todo lo gratuito exige un contradón de reconocimiento, al menos una sonrisa, una palabra de gratitud, un gesto de acogida. El amor es gratis, pero pide ser acogido. El perdón pide la penitencia, una expresión de dolor por parte del que ha ofendido y ha sido perdonado gratuitamente.
El entender el sacramento de la penitencia como prolongación y consecuencia del sacrificio de reconciliación que es la Eucaristía, nos permite valorarlo mejor. Recuperamos así la importancia de este sacramento, que en algunos momentos ha sido desprestigiado, como se manifiesta en reacciones de este estilo: “yo me confieso con Dios”. Quién dice esto olvida que todo encuentro con Dios es sacramental. Que no hay tales relaciones “directas” con Dios, que todo lo teologal tiene una dimensión antropológica o sacramental. El encuentro con Dios pasa siempre a través del hermano: quién a vosotros recibe, a mi me recibe. En esta línea están estas palabras de Jesús a sus discípulos: a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados. Debido a la infinita distancia que hay entre Dios y el hombre, toda relación con Dios se da a través de signos antropológicos, a través de sacramentos.