Oct
Pornografía y religión
19 comentariosSe están levantando voces que lamentan y denuncian los enlaces a páginas de pornografía explícita y dura que se encuentran en la web “Religión Digital”. Distintas personas amigas me han hecho llegar estos enlaces, que por respeto a nuestros lectores no voy a poner en este blog. La verdad es que he dudado mucho sobre si entrar en ese “trapo”. Porque, ¿qué voy a decir? ¿Qué los dominicos somos muy buenos porque no nos vendemos a nadie y tenemos nuestra página en la que no es posible encontrar marranadas así? ¿Digo lo malos que son esos señores integristas que denuncian todo lo imaginable, que se creen más papistas que el Papa (por tanto ya no son papistas, pero ese es otro tema) y que de paso colaboran en la difusión de pornografía? Pero claro, si digo lo anterior, ¿por qué no lamentar que en esta web haya de todo, no solo páginas integristas, sino páginas firmadas por clérigos, monjas y algún obispo a los que sin duda les ha pillado de sorpresa esta situación?
La Iglesia y los cristianos debemos estar presentes en los medios de comunicación. Eso tiene servidumbres inevitables. Porque los medios no los controlamos nosotros. En cualquier periódico en el que se publique un artículo religioso, se encuentran anuncios de contactos sexuales. Si mis noticias son buenas resulta que “Público” (el periódico que dicen está a la izquierda del “El País”, que según algunos ya es estar a la izquierda) es el único diario que no admite páginas de contactos. ¡Quien lo diría! Quedan las hojas parroquiales y algunas revistas controladas por las diócesis o las congregaciones religiosas. Pero, aparte de que la misma Iglesia invita a los pensadores cristianos a hacerse presentes en los medios “seculares”, en la mayoría de los medios eclesiásticos no se permite hablar a las voces críticas, y solo tienen cabida los aplausos; si dentro del sistema solo caben los palmeros, entonces las voces críticas buscan acomodo en lugares externos al sistema. Cuando a uno que está dentro no se le permite expresarse dentro, lógicamente se expresa donde le dejan.
En fin, se trata de un asunto con muchas vertientes. Vuelvo con la primera, con la que ha provocado este articulillo. Para notar que todavía quedan sitios “no eclesiásticos” donde poder publicar artículos religiosos con libertad, y en los que no hay enlaces indeseables.