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Nota episcopal ante las elecciones
14 comentariosMi artículo de ayer apareció antes de hacerse pública la nota de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal a propósito de las próximas elecciones. Algunos de los comentarios hechos al artículo se refieren a esta nota. Confieso que antes de leerlos no tenía ninguna intención de entrar en este tema. Porque tengo la impresión de que la nota no cambiará el sentido de prácticamente ningún voto. Los que pensaban votar “A” van a seguir haciéndolo a pesar de la nota. Y los que pensaban votar “B” lo seguirán haciendo ratificados por la nota.
Hay decisiones en la vida que son personales: casarme o no, casarme con una u otra persona, tener más o menos hijos. Y también votar. En todos estos casos la decisión es sólo mía. Es bueno escuchar, informarse, consultar. Pero la responsabilidad es mía. Y porque se trata de responsabilidad personal mi deber es respetar la decisión libre de mis prójimos, a los que debo suponer la madurez que ellos me suponen a mi.
Los programas políticos no están hechos con criterios religiosos ni su ámbito es el religioso. Gracias a Dios. Porque si así fuera (como parece que es el caso de algunos partidos islamistas) serían excluyentes o fundamentalistas. “No es tarea de la Iglesia, dice Benedicto XVI, el que ella misma haga valer políticamente su doctrina: quiere servir a la formación de las conciencias en la política y contribuir a que crezca la percepción de las verdaderas exigencias de la justicia”.
El interés de los políticos es principalmente la búsqueda del poder. Ellos saben que, en democracia, el poder se consigue convenciendo de la bondad de sus propuestas. Pero quien juzga de si lo que proponen es bueno para mi, soy yo. En función de mi cultura, mi educación, mi fe religiosa. Teniendo en cuenta, además, que me proponen un “paquete” en el que hay cosas buenas, regulares y malas. En todos los paquetes. Y no puedo tomar sólo una parte del paquete. Es el límite de toda democracia (también de la dominicana). A partir de todo eso es cómo decido el sentido de mi voto. O de mi abstención.