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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

16
Jun
2009

No es lo mismo ser cristiano que no serlo

7 comentarios

Un comentario de Ugarte al post titulado “todos estamos en la lista de Dios” me provoca a aclarar que, si bien todos somos hijos e hijas de Dios; más aún, que Dios quiere de verdad que todos y todas se salven; todavía más, que Dios ama a todas y todos por igual, con todo su inmenso amor; digo bien a todas por igual, incluida la Virgen María, que es la provocación adecuada para que se entienda que ama a todos por igual; aún más, que Dios se hace presente por medio de su Espíritu en todo ser humano y que al final de la vida el examen para todos será sobre el amor. Dicho lo anterior surge la pregunta: entonces, ¿da lo mismo ser cristiano que no serlo, conocer al Dios de Jesucristo que no conocerlo, ser miembro de la Iglesia que no serlo? Respuesta clara y sin ambigüedad: no da lo mismo. Porque no vive con la misma alegría ni de la misma manera el niño que sabe que su padre le ama que el que no lo sabe, aunque su padre le ame quizás igual o más. Y el que Dios ame a todos por igual no significa que todos respondan a su amor del mismo modo; y en la intensidad de la respuesta hay también mayor alegría.

Cuando sabemos que en el pobre nos encontramos con Dios, esta toma de conciencia no añade, por así decirlo, “más encuentro”. Pero sí añade calidad de vida.  Saber que somos hijos de Dios, sabernos amados, es una gracia nueva con relación a la gracia de encontrarle sin conocerle. En la toma de conciencia hay un aumento de gracia. Por tanto, la ganancia del “ser cristiano” no hay que plantearla en términos de salvación, o de ser más o menos amado, sino en términos de calidad de vida. Al final de la historia, muchos se encontrarán o nos encontraremos con una gran sorpresa: “tuve hambre y me distéis de comer”. Pero en todo caso, la recompensa será la misma para los sorprendidos (los que no sabían a quien daban de comer), como para los que de algún modo sí lo sabían. Mientras tanto no es lo mismo saber que Dios nos ama y a quien damos de comer, que no saberlo. Saberlo hace que la vida presente cobre una nueva dimensión, una dimensión salvífica.

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lola
16 de junio de 2009 a las 20:56

es verdad, porque la diferencia es que la vida tiene un sentido, ya que realmente esta vida es un sufrimiento continuo. Lo malo es hablar al que sufre de que Dios le ama. Es imposible, porque no puede experimentar el amor de Dios, o tal vez si se experimente mas en el dolor, pero no porque nosotros se lo digamos. Yo desde luego soy incapaz de hablar de Dios al que sufre.

Azucena
17 de junio de 2009 a las 00:51

Y saber a quien "damos de comer" es también un Don, han que sentirse afortunados todos aquellos que ven a Jesús en un pobre, en un enfermo o en un desvalido, porque consiguen que el sufrimiento que estan percibiendo se vuelva en agradecimiento por tener la oportunidad de servir a Dios a través de esos otros, aunque en ocasiones sea muy doloroso. No solo no es menos doloroso para aquel que no puede ver la mano de Dios en ese servicio, sino que lo hará automátamente sin darle el valor que realmente tiene, pasando por alto la gran oportunidad que se le esta dando. No es lo mismo dar de comer a un hambriento que dar de comer al amado hambriento.

Jesús, presbítero escolapio
17 de junio de 2009 a las 01:35

Gracias, por recordarnos estas cosas tan importantes, pues a veces nos olvidamos del tesoro que llevamos entre manos y menospreciamos la gracia por la desgracia de habituarnos a lo maravilloso y sorprendente del misterio en que vivimos.

Desiderio
17 de junio de 2009 a las 12:01

Yo creo que aquí entramos en el aspecto de “privilegio” que comentábamos en el post anterior. Pienso que para nada es lo mismo vivir con fe que sin ella, ser cristiano que no serlo. No porque seamos mejores o peores, Dios me libre, sino porque de alguna manera podemos paladear en la medida de nuestras posibilidades ese misterio divino, esa presencia divina en nuestras vidas, ese futuro Reino de Dios que comienza ya de modo misterioso en nuestro mundo. Visto desde fuera podremos hacer las mismas cosas que cualquier otro, pero creo que visto desde dentro la diferencia es tan radical que no se puede explicar con palabras. El hecho de sentirnos queridos por Dios nos da un enfoque, un carácter, un planteamiento de vida,… que ya digo, no lo sé explicar. No sé si tenéis vosotros la sensación de que bajo la mirada de Dios parece que todo cuadra, que todo encaja perfectamente,… No sé por qué, y más teniendo en cuenta las barbaridades que a menudo cometemos, pero parece que todo está bien. ¿Cómo siendo capaces de cometer esas atrocidades que cometemos puede estar todo bien? No lo sé, pero lo veo así. Me imagino que al final todo depende de la gracia, al final todo es gracia, como decía Bernanos.

Benardo
17 de junio de 2009 a las 13:12

No lo tengo tan claro como tú, Martín, las palabras del Evangelio: "no todo el que diga Señor, Señor, sino..."; o "vendrán de oriente y occidente a sentarse en la mesa"; o las que tú mismo recordabas de Amós sobre la elección de otros pueblos, me llevan a ser muy reservado en este asunto. Sí es cierto que la consciencia de ser amado por Dios y de tener una misión es clave en la vida, pero otros sin esa consciencia también lo pueden vivir. Ya sé que es una ejemplo manido, pero Ghandi no era cristiano por propia decisión y seguro que era más que muchos cristianos convencidos.

FRAY BENITO
17 de junio de 2009 a las 18:30

Preguntas en tu post,¿da lo mismo ser cristiano que no serlo?,conocer al Dios de Jesucristo que no conocerlo,ser miembro de la Iglesia que no serlo??Respuesta clara y sin ambiguedad:no da lo mismo" Como no llego a grandes teologías y me quedo con el catecismos,recuerdo que decia que la fé es un Don (un regalo) de Dios. Entonces a los que no les da ese regalo la FE no son tan felices como los que tenemos Fe? Ya entiempos de Jesús había discípulos que querían tener la "exclusiva" y le digeron que habia algunos que en su nombre hacian milagros... creo que Jesús les dijo"el que no está contra nosotros,está con nosotros"Todos conocemos personas sin fe encima son rojos y que viven por y para los demás. Tengo un amigo que no tiene fe. Todas las tardes,incluido el día de navidad las pasa cuidando y ayudando a terminales de sida. Siempre que le pregunto,¿que haces alli? responde "los quiero"
La perseverancia en la vida religiosa,saberse a Sto. Tomas al pie de la letra,la amabilidad,la obediencia,el espíritu de servicio sólo valen en la medida que contienen amor.El amor es tan divino,que no sólo debe decirse que "Dios es amor" si no que tambien "el amor es Dios" Donde quiera que vive algo de amor,aunque el hombre no conozca a Dios,allí vive Dios.Allí hay vida divina. FAY BENITO ,OP

peregrino
17 de junio de 2009 a las 18:46

Hoy lo que choca es la prepotencia y el proselitismo con que a veces se presenta el cristianismo por los cristianos.Son tiempos de proponer y respetar la libertad del otro, que tambien tiene su cuota de verdad, no de imponer. Tambien creo que nos llevaremos muchas sorpresas. Lo cristiano va mucho más allá. Cristo se hace todo a todos.

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