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Nadie está de más en la Iglesia
1 comentariosEl balance de la visita del Papa a Francia puede considerarse satisfactorio. Una de las cosas que más ha interesado en círculos católicos españoles es el concepto de laicidad positiva del Presidente Sarkozy. Se ha dicho que en España más que una laicidad positiva, respetuosa con la Iglesia, tenemos una laicidad beligerante. Sin embargo, la situación de la Iglesia católica en Francia es mucho menos boyante que en España y el concepto de laicidad positiva está pensando sobre todo para contentar al Islam.
El discurso a los obispos franceses, ha sido, para algunos, el más conservador. Según el vaticanista Ignazio Ingrao esta “severa” intervención “ha tenido el efecto de una ducha de agua fría” y su impacto llegará más allá del ámbito de la Iglesia de Francia. En este discurso el Papa ha pasado revista a las dificultades de la Iglesia francesa. Ha reafirmado la necesidad de ofrecer una catequesis con contenidos; ha dicho que en el diálogo interreligioso no basta la buena voluntad, sino que hay “llegar al testimonio y al anuncio de la misma fe”; ha recordado que el matrimonio y la familia se encuentran ante “verdaderas borrascas” y manifestado sus reservas sobre la situación de los divorciados vueltos a casar.
Sin duda, lo más polémico ha sido la defensa del uso del antiguo rito de la Misa en latín: “ya se han dejado ver los frutos de estas nuevas disposiciones”, ha dicho el Papa. No hay que olvidar que en Francia Monseñor Lefebre tiene bastantes partidarios. La Santa Sede ha hecho esfuerzos, hasta ahora inútiles, para reintegrarlos en la plena comunión católica. El tema de la Misa en latín ha sido un intento de acercamiento con los simpatizantes de esas posiciones. El Papa, a modo de justificación del uso actual del rito latino, dice: “Nadie está de más en la Iglesia. Todos, sin excepción, han de poder sentirse en ella como en su casa, y nunca rechazados”. Uno desearía que estas hermosas palabras se aplicasen en todas las direcciones. Para los unos y para los otros.