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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

8
Mar
2024

Nacidos por abrazados

3 comentarios
embarazo

Cada ser humano es el resultado de un acto de amor. El acto de amor más inmediato es el de los padres. Pero este abrazo de la madre y del padre que provoca una nueva vida es la mediación de una voluntad previa, que es voluntad de Amor, la voluntad de Dios, que nos ha querido y nos ha creado tal como somos, porque cada uno de nosotros somos una maravilla a sus ojos. El ser humano ha sido creado por amor y para el amor. Ya desde el principio de la humanidad Dios ofrece su amor al ser humano y busca una respuesta de amor. El problema que ocurrió en los inicios y que, desgraciadamente puede seguir ocurriendo hoy, es que el ser humano no responda al amor creador con amor, y busque alejarse e independizarse del amor que le ha dado la vida y le sostiene en ella.

Prescindiendo de consideraciones religiosas y quedándome solo con consideraciones antropológicas es posible llegar al mismo resultado. El hijo se asoma al mundo tras un abrazo de varios meses de la madre, un abrazo tan íntimo, tan profundo y tan unitivo, que hace que pueda hablarse de dualidad en la unidad. El hijo no sólo no puede rechazar este abrazo, sino que lo desea con toda vehemencia, porque sabe que ahí está su vida. Si la madre lo rechaza, entonces el otro sujeto del abrazo se pierde para siempre. Tal es la importancia del abrazo para la vida: hemos comenzado a existir rodeados de amor y por causa del amor. Este abrazo hace plausible la hipótesis de que el sello puesto sobre la existencia humana sea el del amor.

El abrazo es una manifestación de afecto entre personas, una manifestación que une los cuerpos de los que se aman. Pues bien, el embarazo es un abrazo de una intensidad tan grande que nunca más podrá experimentar el hombre. Como muy bien dice Carlo Casini, “cada uno ha nacido porque ha sido abrazado durante muchos meses por una mujer”. Desde este punto de vista, el ser y el amor coinciden. Esto nos hace pensar en lo que dice la primera carta de Juan: el Dios Creador es Amor (1 Jn 4,8). En esta misma carta se dice: “hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos. Quién no ama permanece en la muerte” (1 Jn 3,14). Podríamos parafrasear: hemos entrado en la vida porque nos han amado. Y sólo podemos vivir si amamos. Sin amor hay muerte.

Lo que hace posible el inicio de toda vida, hace también posible su continuación. ¿Qué son las guerras, que destruyen y matan sino actos de no amor? ¿Qué son las discusiones entre las personas y las familias, que destruyen, separan y matan, sino actos de no amor? ¿Por qué hay niños a los que se impide nacer, pobres a quiénes se hace difícil vivir, hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana, ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad, personas que huyen del miedo, de la violencia, de la miseria y a las que se impide la entrada en nuestros ricos países, países en los que sólo importa el dinero, y cuando importa la política también es porque importa el dinero?

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Martín Fernandez Ferro
9 de marzo de 2024 a las 08:19

Querido Hno Martín,
Cada vida es un signo de amor De Dios hacia el ser humano , es cumplir la voluntad del Padre que nos muestra en primera persona el milagro de la vida ….
Desde mi realidad como sanitario, y como creyente , veo que ese regalo no siempre es bien recibido, cuando se ponen delante otros valores ; el tiempo , el económico, el momento inadecuado, la libertad personal ….y prefiero “ deshacerme” de ese don De Dios …y se ve con normalidad legislar a favor de ello, …como puede ser tan grande el egoísmo humano , prefiero deshacerme de ese regalo antes que entregarlo a otra familia que por circunstancias de la vida no lo recibirán nunca … es tan sencillo y a la vez tan complejo , tanta es la vergüenza que sienten algunas personas o miedo , o es difícil de saber …. Que no ven que la vida nueva que se forma en el interior de una madre viene De Dios y que su misericordia es tan infinita que podemos entregarla a otra familia que la desea antes que recurrir a lo irreversible… pero la sociedad , el pensamiento actual, la mal entendida Libertad , las legislaciones acogen como progresista el decidir acabar con ese milagro ..el más grande signo de amor De Dios hacia el ser humano.
Seamos más humildes , aceptemos y seamos valientes al ejemplo de Maria , “ que sea la voluntad De Dios “ y no la nuestra la que determine nuestras acciones
Martín Fernández Ferro, laico Cisterciense ocso.

Mercedes
9 de marzo de 2024 a las 10:49

He sido matrona durante cuarenta años y he vivido situaciones inimaginables ..por falta de amor . También he vivido todo lo contrario :
Al principio de esos años , no se diagnosticaba antes del nacimiento el síndrome de Down y las madres al igual que nosotras lo reconocíamos en el momento del parto . He asistido a cinco o seis partos en esas circunstancias y siempre ocurría lo mismo : cuando salía el feto , lo comunicaba a la madre y esta se negaba a ver a su hijo , pero antes de salir del paritorio, y con lágrimas en sus ojos , TODAS reclamaban a su hijo y lo acunaban en sus brazos , prolongando ese abrazo de amor que habían mantenido con él durante el tiempo de la gestación.
Hace ya muchos años y tras la práctica de la amniocentesis , la mayoría de mujeres , decide interrumpir el embarazo , ( de hecho, verán por la calle a pocos niños con síndrome de Down) , privándose y privando a su hijo de experimentar el Amor 🥹.
¿ Qué le ocurre a esta sociedad tan enferma y endiosada ? Es una sociedad sin Dios , sin Amor .

Hormias
11 de marzo de 2024 a las 18:15

Lo de Francia no acabo de entenderlo

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