Sep
Mil millones son muchos millones
12 comentariosDato muy reciente de una agencia de la ONU: por primera vez en la historia el número de personas que pasa hambre en el mundo ha superado los 1.000 millones. Al mismo tiempo, las ayudas humanitarias, debido a la crisis, han caído a niveles de hace 20 años. Cuesta creerlo, pero leo que con menos del 1% de lo que los países ricos han gastado para salvar el sistema financiero, se podría solucionar la hambruna; y con una mínima parte de lo que los gobiernos gastan en armas de guerra se podrían cultivar inmensas zonas destinadas a producir alimentos para los pobres. ¡A ver si se enteran los mandamases, y corren en ayuda de Guatemala! Y de tantos otros sitios. Aunque lo veo difícil, ya que para ayudar a los pobres hay que hacerse previamente pobre. Pues sólo el semejante reconoce y comprende al semejante.
Se oyen tambores que anuncian dos manifestaciones, precisamente el mismo día 17 octubre: una con el lema “pobreza cero” y otra contra la nueva ley sobre el aborto. No sé si los promotores de esta última manifestación (publicitada por medios episcopales) fueron conscientes de que el 17 de octubre era el día internacional para la erradicación de la pobreza. Sea como sea, resultaría esperanzador que los de una manifestación se uniesen a los de la otra, con un único lema a favor de la dignidad humana. Ya sé que lo que digo es un sueño, pero ¡soñemos imposibles para hacerlos realidad! En todo caso la vida de los más de mil millones de seres humanos que padecen hambre es tan valiosa y digna que bien merece todos los apoyos. Los cristianos somos más creíbles cuando no seleccionamos nuestros apoyos.
Me parece que no hay duda: las causas del hambre en el mundo son históricas y tienen solución. Falta voluntad política. ¡Ah!, y eso que dice Jesús de que pobres siempre los tendremos es una triste constatación hecha desde el conocimiento del corazón humano, que no nos exime de ninguna responsabilidad. Al contrario, nos estimula a ser su mano repartidora de pan y promotora de Vida.