Ene
Levantada excomunión a obispos lefebvrianos
2 comentariosPensaba hoy introducir un post que continuase la reflexión del anterior. Pero hay una noticia que no conviene pasar por alto, producida hoy y esperada desde hace varios días: se ha levantado la excomunión a los cuatro obispos consagrados ilícitamente por Mons. Marcel Lefebvre, hace 20 años en Ecône (Suiza). Supongo que los lectores han oído hablar de Mons. Lefebvre y su fraternidad S. Pío X. Se trata de un obispo que no asumió el Concilio Vaticano II ni la reforma litúrgica y que hizo de la celebración de la Misa en latín según el rito preconciliar la bandera más visible de su actitud. Pero el fondo del problema no era la liturgia, sino la aceptación del Concilio. Para perpetuar su obra, poco antes de morir, consagró a cuatro obispos, que fueron inmediatamente excomulgados. Ahora se ha levantado la excomunión. ¿Con qué finalidad? No nos engañemos. No se trata de bendecir lo que entonces resultó inaceptable. Se trata de facilitar que se llegue lo antes posible a la completa reconciliación y a la plena comunión, según palabras de la Oficina de Prensa de la Santa Sede. O sea, se reconoce que todavía no hay reconciliación completa ni comunión plena. La Santa Sede ha dado un paso para facilitarla confiando en el compromiso expresado por estos obispos de llegar a una solución satisfactoria, dice el decreto que levanta la excomunión.
Todo lo que sea tender puentes es cosa buena. Puentes en todas direcciones. Sería una pena que para entrar en diálogo con voces discordantes o críticas haya que pasar previamente por la ruptura. O que se premie la ruptura en detrimento de la permanencia dolorosa. Lo fraterno es también tender puentes con los críticos que están dentro y quieren permanecer dentro. Lo fraterno es aceptar la legítima diversidad de posiciones teológicas, espirituales y personales, siempre dentro de la comunión en la fe, sean del signo que sean. A veces, algunos tienen la impresión de que se toleran más fácilmente las discrepancias que buscan un retorno a formas pasadas que las discrepancias inteligentes que buscan nuevas formas de vivir hoy el Evangelio.