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La Virgen del Pilar quiere ser francesa
9 comentariosLa primera vez que entré en la Basílica del Pilar tenía doce años. Mi padre nos llevó a mí y a mi hermano más pequeño. Todavía recuerdo emocionado por quién nos dijo mi padre que rezáramos. Luego he entrado en muchas otras ocasiones. Dos veces me han llamado para predicar parte de la novena del Pilar (digo parte porque la novena la suelen repartir entre varios predicadores: una vez prediqué tres días y la otra uno) en la nave central de una Basílica repleta de fieles. Los canónigos me invitaron a probar el vino que guardan en los sótanos de la Basílica. En una ocasión celebré una Eucaristía en lengua francesa, acompañando a un grupo de hermanas dominicas francesas y catalanas. La gente se acercaba al escuchar el francés. Cada vez que voy al Pilar beso la columna, y siempre he encontrado una pequeña cola, prueba de que el beso es ininterrumpido. Las banderas hispanoamericanas que se encuentran en la Basílica las he visto como un signo de fraternidad.
Precisamente por eso de la fraternidad, nunca me ha gustado esa copla que dice que la Virgen del Pilar no quiere ser francesa y quiere ser capitana de la tropa aragonesa. Las dos cosas me parecen totalmente inadecuadas. Porque la Virgen es de todos y quiere ser de todos, y ama tanto a unos como a otros. Y luego, porque no creo que a la Virgen le guste ser identificada con ninguna batalla y menos aún que se la ponga al frente de la batalla. El fajín de Capitana Generala que adorna su imagen está de sobra. Eso sí, me parece muy bien que sea la patrona de la Guardia Civil. Y más en estos tiempos que corremos, en los que muchos jóvenes sin trabajo se han enrolado en este cuerpo buscando un trabajo digno. Conozco a algunos de esos jóvenes, gente muy sana, nada patriotera. Incluso sé de alguno que no se siente a gusto en determinadas labores en las que hay que hacer violencia sobre otros jóvenes y busca el modo de que le encarguen otro tipo de tareas, como vigilancias en aeropuertos.
La advocación del Pilar se encuentra en muchos lugares. Es un motivo de unidad, de fraternidad, de paz y concordia entre pueblos y naciones. Por eso la Virgen del Pilar está encantada de ser francesa y no lo está nada de ser capitana de ninguna tropa. A ella le pido que proteja a tantos jóvenes guardias civiles que trabajan honradamente y hacen de su trabajo un servicio a los demás.