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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

22
May
2009

La Iglesia nuestro problema

10 comentarios

La Iglesia se ha convertido en el problema de los que formamos parte de ella y la amamos. Un problema que no todos saben asumir con elegancia. Ante los problemas unos protestan, algunos se quejan, otros cierran los ojos, hay quienes echan la culpa de todo al mensajero. También están los que asumen los problemas con responsabilidad, con espíritu crítico y hasta con una cierta dosis de humor. Hoy no es fácil proclamar: “Creo en la Iglesia santa”. Porque a la vista de los pecados y defectos de muchos cristianos, más aún, de muchos miembros de la Iglesia de los que se espera un plus de excelencia, parece más real confesar que la Iglesia es una gran pecadora. Y quizás entonces tendría más sentido eso de “creer en el perdón de los pecados”. Porque difícilmente se puede creer en el perdón, si antes no se sabe uno culpable.

No hace falta entrar en detalles. Cada día nos sorprende con alguna noticia escandalosa referente a clérigos o monjas. Les supongo al corriente de la última: en Irlanda, entre los años 1930-1980, unos 35.000 niños acogidos en instituciones de la Iglesia fueron sometidos a tratos crueles y abusos sexuales. El asunto se agrava porque la cúpula de la Iglesia irlandesa estaba al corriente. Como no podía ser menos el cardenal Sean Brady ha pedido perdón. No podemos pasarnos la vida ocultando los pecados de la Iglesia y pidiendo perdón cuando salen a la luz. Es necesario ponernos ya a la tarea de remediar los males del presente y dejarnos de secretismos y mentiras sobre el pasado. Y vivir de modo que las sombras del pasado no impidan un presente y un futuro de Luz.

La Iglesia no es solo nuestro problema porque es poco comprendida y poco amada por muchos de sus hijos. O porque es denostada y perseguida por el mundo. Es nuestro problema porque los que estamos dentro y la amamos a veces nos avergonzamos de nuestra madre la Iglesia. No es fácil ser hijo de una prostituta. Bien porque no lo asumes, bien porque la gente siempre te lo echa en cara. Y, sin embargo, es tu madre. Y tiene muchas cosas buenas. Más cosas buenas que malas. Pero las malas hacen más ruido y tapan a las buenas.

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Eckhardus Teutonicus
22 de mayo de 2009 a las 16:02

De acuerdo en todo con usted, D. Martín. Me identifico plenamente con lo que ha expresado en este escrito. No se deben ocultar los escándalos en el seno de la Iglesia. Hay que abrir puertas y ventanas para que se oxigene con aire puro. La Iglesia tiene problemas y los católicos, todos y cada uno, en cierto modo, formamos parte del problema.Motivo de más para ejercer la compasión. Aunque hay pecados que tienen que ser llevados ante los tribunales. Un abrazo.

mar-de-fondo
22 de mayo de 2009 a las 17:33

En Irlanda ya se han puesto a la tarea de luz y taquigrafos. Y los delitos penales al juzgado. Porque justicia y misericordia van unidas: no se puede tener misericordia con el pecador, sin ejercer justicia a la vida destrozada de las víctimas por unos des-almados y des-almadas, gente sin alma, sin entrañas de misericosrdia por vidas desvalidas puestas en sus manos. Nadie ni nada les restituye a esas víctimas su posible proyecto de vida: se han convertido en supervivientes del destino. Los que han sobrevivido.Merecen justicia, respeto, y nuestro amor y oración.

¿ Y en España?. Los medios de comunicación ya se hacen eco de que Irlanda no es el único pais en que se cometieron estas tropelías. Y victimas españolas ya han comenzado a hablar, y piden tambien justicia y reconocimiento a su enfancia y adolescencia robada. Y en Argentina, y Chile: aquellos paises en que el nacionalcatolicismo se unió a un régimen dictatorial, con la complicidad de autoridades políticas y religiosas. Ya no sirve mirar hacia otro lado. Martín, no has querido entrar en detalles, pero las voces españolas ya han comenzado a hablar. Un bucle histórico que nos trae sombras, quizá necesario, para como dices llegar a un presente y futuro de Luz. Porque Iglesia somos todos. Un saludo

D.F.N.
22 de mayo de 2009 a las 19:14

Querido P. Martín, me duele tener que discrepar, sólo un poco, con sus palabras. Hoy más que nunca debemos manifestar nuestra fe en Iglesia SANTA. Yo nunca me avergonzaré de la Iglesia, mi madre. Ni me considero hijo de una prostituta. La Iglesia, que rebosa amor, es para todo el que se acerca a Ella. En Ella todos somos hermanos e hijos suyos. Ahora bien, una madre puede alumbrar a muchos hijos. Unos le saldrán bondadosos, otros villanos, otros maltratadores... Todos siguen siendo sus hijos. Ella continúa siendo una gran mujer, que se desvive por los suyos, que llora cuando ellos lloran, que ríe cuando ellos ríen. Los hijos crecen, y toman decisiones y aciertan o yerran. Pero... ayer uno de los hijos de esta gran mujer, el más querido, el primogénito, mató a su mujer y a sus hijos. ¿Es responsable la madre de la actuación de su hijo? ¿es justo decir que fue una mala madre, si además de este sujeto le salieron tres misioneros, que se desviven por los demás? A todos los ha educado de igual modo y a todos les ha ofrecido las mismas posibilidades. ¿Sería justo ensañarse con la madre por la actuación del hijo? ¿Acaso el hijo no es responsable de sus actos? Del mismo modo, la Iglesia no es responsable de aquellos que se dicen hijos suyos, pero que su actitud les delata. Tener una madre como la que tenemos, no es motivo de vergüenza, aunque nuestro hermano la pisotee, la maltrate y la arrincone. Mi amor por ella no hará más que aumentar al ver la injusticia que se comete hacia ella. LA IGLESIA ES UNA, SANTA , CATOLICA Y APOSTÓLICA, a pesar de éstos indignos que se hacen llamar hijos suyos.

María Dolores
22 de mayo de 2009 a las 19:39

Sí que amamos a la Iglesia y que nos duele eso que aparece, pero qué pasa con lo que no aparece. Pensemos en las personas vinculadas a instituciones eclesiásticas, pero que son laicas. Ven, en muchos casos, cómo el discurso oficial de los responsables no se amolda a los hechos concretos. Por un lado se habla de caridad, misericordia, entrega y vocación, pero lo que algunas de esas personas ven son intereses creados, persecuciones encubiertas, maledicencias, insidias, traiciones y tantas cosas que los que padecen estas situaciones conocen muy bien. A veces se insta a la delación y se siembra la discordia con el fin de obtener los objetivos propuestos, al precio que sea.
De esto que hablo pueden salir, en el futuro, peores consecuencias, porque estas instituciones están propagando una pésima imagen de Iglesia y conseguiran que las que estamos por vocación nos marchemos por no poder soportar las circunstancia, mientras que las personas que han venido por un trabajo y han conseguido medrar, se instalarán amoldando a la institución.

Bernardo
22 de mayo de 2009 a las 20:11

Pedir perdón es imprescindible, pero hay que recordar el procedimiento canónico: 1. confesión del pecado, 2. contrición, 3. propósito de enmienda, 4. cumplimiento de la penitencia, y 5. reconciliación. Si no se siguen estos pasos hasta el final, no puede haber perdón ni reconciliación. por otro lado, me parece interesante también tener presente que hay que mirar al presente, a los pecados presentes y no sólo a los pasados. Si hoy hacemos como ayer, tapar los pecados, mañana sucederá como hoy, que salen a la luz para gran escándalo público y dolor de los que somos hijos de la Iglesia.

FRAY BENITO
22 de mayo de 2009 a las 20:17


Hemos de ser valientes y dar la cara.Gracias Martin por sacar en el blog lo que decimos en voz baja y en escuchitas.
Esa noticia no es una "gotita" de la que la prensa hace un mar.
A estas alturas la "gotita" es una abominación y en veZ de entonar el mea culpa, se ataca a la prensa.
Agradecidas debían estar las instituciones de que la prensa no lo saque en primera página con letras grandes.
Se excusa la mayoría de las veces con el bien que la Iglesia está realizando con los sacerdotes. No se si sabran los que así piensan que cuando la Iglesia hace el bien,cumple su misión,y no merece recompensa especial alguna por ello. (Lc XVII,10)
Es fácil imaginar cómo arreglarían los superiores esto si no fuera por que los tiempos han cambiado y ahora "casi" todas estas cosas se saben.
Las almas piadosas dicen "ninguno de nosotros podemos juzgar a otra persona" que " por un caso no vamos a juzgar a todos".
Venga ánimo! Empiecen a juzgar por ejemplo de la misma manera a las lesbianas y gays.
Encima nos preguntamos por qué los jóvenes abandonan la Iglesia pero admiran a Jesús de Nazaret. FRAY BENITO

Oscar
22 de mayo de 2009 a las 21:24

A mi su expresión hijos de una prostituta no me ha escandalizado porque recuerdo haber leído que los Padres de la Iglesia la calificaban de casta meretriz. Meretriz supongo que por lo que ella es en sí misma y casta por estar asociada al Espíritu Santo y participar de la santidad de tan casto esposo. Hace mucha falta que el Espíritu la santifique, mucha. Que nos santifique a todos, porque todos somos Iglesia. Enhorabuena por el post. Sereno y claificador.

Tomás
23 de mayo de 2009 a las 13:50

¿La Iglesia se ha convertido en EL PROBLEMA de los que formamos parte de ella y la amamos? Me parece algo exagerada esta expresión. ¿La Iglesia es “EL PROBLEMA”, único y principal? Creo que los cristianos, como miembros de la Iglesia, tenemos otros muchos problemas pendientes, bastante más importantes. Pongo un ejemplo: ¿no es un problema mayor de los cristianos, hoy y ahora, la poca ayuda real que prestamos a los parados, a los pobres, a los inmigrantes, etc.? Y digo AYUDA REAL, no simple ayuda espiritual con oraciones –que son muy necesarias- , o “doctrinal” con escritos, sermones y conferencias –muy necesarias también para “concienciar”-, pero estas ayudas muchas veces no logran comprometernos, aquí y ahora, con los más pobres que encontramos a nuestro alrededor. Creo que “el problema real de un pobre” sin recursos no es si su madre fue o no “una prostituta”. Ese pobre lo que necesita ahora es que se le ayude de hecho a pagar una habitación de alquiler, a llevar algo de comida a su familia, especialmente a sus niños, a conseguir un trabajo “honesto” y remunerado “justamente”… Por otra parte el que la Iglesia es pecadora no es un problema nuevo. A lo largo de la historia del cristianismo se ha repetido muchas veces. En el Concilio de Trento y en el Vaticano II, por sólo citar dos ejemplos, se reconoció públicamente que la “Iglesia es pecadora” y que ha de pedir perdón por ello. Pero ese hecho innegable no implica que los cristianos nos sintamos obligados a encender el ventilador sobre nuestros pecados para darlos a conocer. Todavía no he visto a ninguna persona, clérigo o laico, que después de confesarse “en el secreto del confesionario” de sus pecados ocultos –robos, injusticias graves, abusos del sexo- salga luego a la calle a proclamarlos públicamente. ¿Hay que negar o mirar hacia otra parte cuando se descubren fallos graves de los miembros de la Iglesia?... No en absoluto, pero tampoco hay que darles más publicidad de la que se merecen, porque en esa publicidad pueden ocultarse intereses no muy nobles y transparentes por parte de ciertos medios. Gracias, P. Martín, por alertar a sus lectores sobre este asunto. Mis consideraciones sólo pretenden puntualizar algunos conceptos. Un lector

caminante
24 de mayo de 2009 a las 14:26

Mick Waters uno de los niños vejados en instituciones católicas de Irlanda del que se hace eco el Pais, http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Hacian/querian/contigo/elpepisoc/20090524elpepisoc_3/Tes refleja lo que hoy se llama un ejemplo de "relisencia" ( Como Victor Frankl superviviente de los campos de concentración). A partir de una infancia destrozada, ha sabido transformar su experiencia negativa en una forma de devolver un servicio positivo a la sociedad, que no supo cuidar de él, cuando más lo necesitaba. Unos lo llaman casos de superación personal. Para mí, es ejemplo de santidad, ya que yendo al fondo de sí mismo, ha sabido transmutar el mal en bien. Ha mantenido su fe en Dios, en quien ha confiado a pesar de las vejaciones que le infringieron quienes decían ser sus representantes. Y se ha puesto al servicio de sus semejantes, se ha formado como psicólogo y atiende a víctimas que como él intentan rehacer sus vidas. Es lo que Nouwen llama el "sanador herido": aquellos que pueden empatizar con el otro por haber pasado por lo mismo. Y lo hace desde el Amor, contando con el amor de Dios y de su mujer, quien ha sabido dar la verdadera dimensión de lo que es amar a otra persona, dejándole tiempo y espacio para que pudiera verbalizar su sufrimiento, transformándolo en amor aquilatado. Por cierto en RD el periodista Jesús Bastante ya se hace eco de hechos parecidos acaecidos en España. Porque como afirma Mick Waters "Ojalá la gente se de cuenta de que este informe explica lo que pasa en Irlanda, pero en realidad se refiere a algo que pasa en el mundo entero". Waters, en su generosidad, insiste en que se publique su número de teléfono por si alguien quiere ponerse en contacto con él. ( ver artículo el Pais.com)

Son los santos de hoy. Y Dios nos habla a través de ellos. De la necesidad de hacer transparentes y amorosas nuestras relaciones dentro de esta Iglesia santa y prostituta. Porque también los hijos de la prostituta son Hijos de Dios. Quien sabe si los más queridos. Todos estamos en deuda con estas víctimas. La Iglesia católica les debe no solo reconocimiento jurídico, social y económico, sino espiritual. Porque muchos como Mick Waters están probando con su vida, una vivencia heroica de las virtudes cristianas. La santidad es Luz irisada, en múltiples matices y colores. Gracias Mick Waters por tu testimonio, por tu generosidad , por mostrarnos lo que es vivir una vida cristiana en profundidad desde el Amor. ¡ Dios te bendiga! .Y Gracias a ti, Martín, por tu reflexión

fray benito,op.
24 de mayo de 2009 a las 18:20


Perdona Martin,no se si viene a cuento,pero me pide el cuerpo decirlo.
Ayer dia 24 por la tarde celebramos varias comunidades la fiesta de N.P.Sto. Domingo.Media hora larga de sermón que el predicador por obediencia,nos predicó. Nos hablo de nuestro Padre y de la festividad de hoy.Las lecturas son muy jugosas,pero en las cuarenta veces que dijo verdaderamente,la voz atronadora y los movimientos de brazos,imaginaba a Jeús subiendo al cielo como si fuera un cohete de cabo Cañaveral.

Este curso las lecturas son de Marcos. No se leen los versículos que preceden al Evangelio,que son sin embargo muy interesantes. Magdalena va a decir a los apóstoles que Jesús se ha aparecido,que ha resucitado...y no la creen.Otros posiblemente los de Emaús tambien van a decirles que han visto al Señor... tampoco los creen.El clero ya desde el peincipio parece ser que no hacían demasiado caso de los "LAICOS".

Las lecturas de los Hechos de los Apóstoles nos lo detalla más.Cuando Jesús se va se "quedan mirando al cielo"....Tienen que aparecer dos ángeles y decirles: ¿Qué haceis ahí plantados mirando al cielo"...Id anunciar la Buena Nueva a toda la gente. En el siglo XXI,seguimos con el peligro de continuar mirando el cielo y olvidarnos que tenemos que actuar.Anunciar la Buena Nueva.

¡Ah! Empezando por nuestra casa.No sea que firmemos manifiestos para liberar a una mujer coreana y tengamos en casa,frailes marginados.Fray Benito,op

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