Logo dominicosdominicos

Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

26
Feb
2013

La cruz de Cristo, reflejo de Dios

12 comentarios

Desde el presupuesto creyente de que quién ha visto a Jesús ha visto al Padre, surge la pregunta por el Dios que se revela en la Crucifixión de Cristo. Una respuesta bastante corriente dice que en la cruz de Cristo se revela un Dios que, para salvar a la humanidad pecadora, necesita una satisfacción. La cruz forma parte del plan de Dios que, si no ha enviado él mismo a su Hijo a la cruz, al menos ha previsto este tipo de muerte, que él acepta como reparación por los pecados del mundo. Algunos han visto ahí la imagen de un Dios sádico, que mata a su Hijo más querido para aplacar su cólera.
 

Otra respuesta es posible: Jesús acepta su muerte ignominiosa porque es el mejor, sino el único modo de revelar, quién es su Padre. No un Dios que castiga, pide cuentas y exige reparaciones, sino un Dios todo Amor, solo Amor y nada más que Amor. La cruz de Cristo cambia la imagen de un Dios todo-poder por la de un Dios todo-amor. El Dios que su Hijo crucificado revela no es un Dios que todo lo controla y pide sacrificios, sino un Dios que todo lo perdona y se manifiesta impotente frente a la violencia, porque ella es la negación del amor. Dios es el que se sacrifica, se despoja, se vacía para que el hombre viva.
 

El poder de Dios no se manifiesta donde piensa el mundo, en el prestigio, el honor y la fuerza, sino en aquellos lugares donde nadie esperaría encontrarle: en la pobreza, la humillación, la impotencia, la vulnerabilidad. Y lo hace en primer lugar solidarizándose con las víctimas, y luego ofreciendo su perdón y su amistad a los verdugos. Dios estaba en la cruz de Jesús sosteniéndole para que manifestase su verdadero poder. Este poder crucificado cuestiona el orden del mundo y nos llama a buscar un orden nuevo basado en la solidaridad, el perdón y el amor.
 

Los hombres, como Adán, llevamos dentro el deseo de ser como dioses. De ser dioses desde la prepotencia y la codicia. De ser dioses, en definitiva, imitando una falsa imagen de Dios. Jesús, según la carta a los filipenses, siendo imagen de Dios, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios, sino que se vació, se humilló hasta la muerte de cruz. Mostró así como es la verdadera imagen de Dios: vaciarse para que otros se llenen, entregarse para que otros vivan. Jesús, con sus palabras y obras, había ofrecido una primera imagen de Dios. En la cruz esta imagen encontró su perfección, porque no hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Y sus amados son todos los seres humanos.

Posterior Anterior


Hay 12 comentarios, comparte el tuyo

En caso de duda, puede consultar las normas sobre comentarios.

Aviso: los comentarios no se publican en el momento. Para evitar abusos, los comentarios sólo son publicados cuando lo autorizan los administradores. Por este motivo, tu comentario puede tardar algún tiempo en aparecer.

Cancelar repuesta


Anónimo
27 de febrero de 2013 a las 01:54

Son bellísimas estas consideraciones, con las que estoy totalmente de acuerdo. Ofrece la cara amable del Padre que es Amor por esencia. Cristo muerto en la Cruz es un ejemplo de vida, de amor. Es holocausto. El Dios hecho hombre se dona totalmente en la cruz. Es tan fuerte el ejemplo que no sólo es paradigma para todos nosotros: es vida para todos. Tenemos que vivir a Jesús: cada uno de nosotros debemos ser "alter Christus".

Antonio M. Saavedra
27 de febrero de 2013 a las 01:58

Me gusta, pero es difícil asumirlo.
Eliminar la visión antigua es fácil, descartando al Dios vengativo del AT. La alternativa propuesta ME cuesta a mí y supongo que a más personas, por tener muy interiorizada la antigua. Aún se predica más a ese Dios beligerante contra el hombre que no cumple estrictamente lo que se nos presenta como su voluntad, que a veces sólo es una exigencia humana del predicador de turno.
Bastante relacionada con ello, está una antigua viñeta de Máximo en que se ve un dibujo de Dios diciendo: Yo en el Antiguo Testamento también fui muy belicoso, pero en el Nuevo me arrepentí.

Elvira
27 de febrero de 2013 a las 11:43

Lo que aquí expongo no lo digo por usted, P. Matín, lo digo por algunos. El cristiano está llamado a reflejar en su vida a Cristo; en sus actos y comportamiento. Llamado a hacer suyas las palabras de Jesús: “sed perfectos como mi padre celestial es perfecto”. La Sagrada Escritura se ha de meditar en su conjunto y no parcheada; quiero decir con ésto, señalando solamente aquello que nos interesa. Buscar la coherencia y hacer el bien al prójimo. No me parece adecuado que alguien con una mano se dedique a tocar y cantar “la cruz gloriosa de Cristo resucitado” y “Que amor nos tiene Jesucristo” y con la otra; hacer propuestas indecentes, o lo que es peor, tocamientos a niños o adolescentes etc. Esto tiene graves consecuencias para los demás y para toda la Iglesia.
Cristo pide la regeneración interior de los que están enfermos, Jesucristo curaba y regeneraba y no decía: “permanece en tu pecado que yo te quiero mucho”. Sino “conviértete y en adelante no peques más”. El cristiano ha de regenerarse y ser Hijo de Dios, para ello se precisa de su ayuda pero ha de haber una disponibilidad humana; un querer regenerarse. Se ha de crecer en la fe y ser adultos en todos los sentidos. Busquen ustedes las citas bíblicas que he señalado si quieren, seguro que las encuentran.

xaverius
27 de febrero de 2013 a las 17:06

Textos del Nuevo Testamento con los conceptos de “sacrificio”, “expiación”, “propiciación”, “Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”:

SACRIFICIO:

"Sino que se ha manifestado ahora una sola vez, en la plenitud de los tiempos, para la destrucción del pecado mediante su sacrificio." Hebreos 9. 26

"El, por el contrario, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio, se sentó a la diestra de Dios para siempre" Hebreos 10, 12

EXPIACIÓN:

"Los cuerpos de los animales, cuya sangre lleva el Sumo Sacerdote al santuario para la expiación del pecado, son quemados fuera del campamento. Por eso, también Jesús, para santificar al pueblo con su sangre, padeció fuera de la puerta." Hebreos 13, 12

PROPICIACIÓN:

"Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. El es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero." I Juan 2, 1-2

"En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados." I Juan 4, 10

“y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús, a quien exhibió Dios como instrumento de propiciación por su propia sangre, mediante la fe, para mostrar su justicia, habiendo pasado por alto los pecados cometidos anteriormente” Romanos 3, 24-25

CORDERO DE DIOS QUE QUITA EL PECADO DEL MUNDO:

“Me respondió: «Esos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero.” Apocalipsis 7, 14

“Al día siguiente ve a Jesús venir hacia él y dice: «He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” Juan 1, 29

xaverius
27 de febrero de 2013 a las 17:44

Puntos del Catecismo de la Iglesia:

613 La muerte de Cristo es a la vez el sacrificio pascual que lleva a cabo la redención definitiva de los hombres (cf. 1 Co 5, 7; Jn 8, 34-36) por medio del "cordero que quita el pecado del mundo" (Jn 1, 29; cf. 1 P 1, 19) y el sacrificio de la Nueva Alianza (cf. 1 Co 11, 25) que devuelve al hombre a la comunión con Dios (cf. Ex 24, 8) reconciliándole con El por "la sangre derramada por muchos para remisión de los pecados" (Mt 26, 28;cf. Lv 16, 15-16).

614 Este sacrificio de Cristo es único, da plenitud y sobrepasa a todos los sacrificios (cf. Hb 10, 10). Ante todo es un don del mismo Dios Padre: es el Padre quien entrega al Hijo para reconciliarnos con él (cf. Jn 4, 10). Al mismo tiempo es ofrenda del Hijo de Dios hecho hombre que, libremente y por amor (cf. Jn 15, 13), ofrece su vida (cf. Jn 10, 17-18) a su Padre por medio del Espíritu Santo (cf. Hb 9, 14), para reparar nuestra desobediencia.

615 "Como por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo todos serán constituidos justos" (Rm 5, 19). Por su obediencia hasta la muerte, Jesús llevó a cabo la sustitución del Siervo doliente que "se dio a sí mismo en expiación", "cuando llevó el pecado de muchos", a quienes "justificará y cuyas culpas soportará" (Is 53, 10-12). Jesús repara por nuestras faltas y satisface al Padre por nuestros pecados (cf. Cc de Trento: DS 1529).

Mercedes
27 de febrero de 2013 a las 18:17

A Elvira , con todo mi cariño, le recomiendo, lea su post del 24 de Febrero , en lo relativo al " suicidio espiritual "....
Respecto a este estoy totalmeente de acuerdo con usted . Gracias por sus reflexiones ¡

Elvira
28 de febrero de 2013 a las 13:34

He mirado lo que escribí el 24 de febrero y no hablo de ningún suicidio espiritual.No me retraigo de lo dicho allí. Me molesta mucho la gente curiosa que se mete en la vida de los demás, y así lo expresé. Respecto a lo que he dicho en este comentario,pienso que cada uno puede opinar lo que considere, pues hay libertad de opinión.
Aprovecho para dirigir mi atención a Benedicto XVI,el cual ayer pedía que rezaramos por él y por los Sres. Cardenales.También dijo que iba a seguir con la cruz de Jesucristo, que él no dejaba la cruz. Yo estoy pensando; ¿De qué especialidad teologica será el nuevo Papa: de derecho canónico, teología antropológica, o bien de Bíblia?
Ya se verá.

Andrés
28 de febrero de 2013 a las 14:47

Xavierus, todo lo que usted expone no es en absoluto imcompatible con lo que afirma el P. Gelabert. Tomo de la obra "Introducción al Cristianismo" de J. Ratzinger:

"También es evidente que la cruz no es una suma de dolores físicos, como si la mayor
suma de tormentos fuese la obra de la redención. ¿Cómo podría Dios gozarse de los tormentos de una criatura, e incluso de su propio hijo, cómo podría ver en ellos la moneda con la que se le compraría la reconciliación?

Tanto la Biblia como la fe cristiana están muy lejos de esas ideas. Lo que cuenta no es dolor como tal, sino la amplitud del amor que ha dilatado tanto la existencia que ha unido lo lejano con lo cercano, que ha puesto en nueva relación con Dios al hombre que se había olvidado de él.

Sólo el amor da dirección y sentido al dolor; si no fuese así, los verdugos serían los auténticos sacerdotes; quienes provocaron los dolores serían los que habrían ofrecido el sacrificio. Pero como no depende de eso, sino del medio íntimo que lo lleva y realiza, no fueron ellos, sino Jesucristo, sacerdote, el que con su amor unió los dos extremos separados del mundo (Ef 2,13 s)

Esencialmente hemos dado también respuesta a la pregunta que nos hacíamos al principio: ¿no esindigno de Dios pensar que exige la muerte de su hijo para aplacar su ira? A esta pregunta sólo puede responderse negativamente: Dios no pudo pensar así; es más, un concepto tal no tiene nada que ver con la idea veterotestamentaria de Dios. Por el contrario, ahí se trata del Dios que en Cristo habría de convertirse en omega, en la última letra del alfabeto de la creación. Se trata del Dios que es el acto de amor, el puro .para., el que, por eso, entra necesariamente en el incógnito de la última criatura (Sal 22,7). Se trata del Dios que se identifica con su criatura y en su contineri a minimo.en el ser abarcado y dominado por lo más pequeño. da lo .abundante. que lo revela como Dios.

Dejo en enlace de la obra completa, este tema de la justificación y sacrificio de la cruz puede leerse a partir de la página 110. http://www.medioscan.com/pdf/Introduccionalcristianismo.pdf

Un saludo cordial.

Gracias Benedicto XVI
28 de febrero de 2013 a las 18:33

Gracias Benedicto XVI. Siempre en nuestro afecto y nuestra oración.

OLGA SANCHEZ
28 de febrero de 2013 a las 19:09

AGRADECIDA CON SUS TEXTOS QUE TANTO ILUSTRAN A TODO AQUEL QUE EN ESTOS TIEMPOS HEMOS SENTIDO LA NECESIDAD DE ENTENDER EL SACRIFICIO DE LA MUERTE Y MUERTE EN LA CRUZ, DE RECONOCER QUE LA CRUZ ES EL SIMBOLO DE AMOR Y QUE TODO ESO SE RESUME EN QUE CADA UNO DE NOSOTROS LLAMADOS CRISTIANOS (PORQUE SEGUIMOS A CRISTO?) TENEMOS UNA CRUZ, QUE EN LA MEDIDA EN QUE LA TOMEMOS, LA ACEPTEMOS PORDEMOS RECORRER EL CAMINO QUE NOS LLEVARÁ A LA VERDADERA PATRIA QUE ES EL CIELO. HERMANO, QUE EL SEÑOR SIGA DERRAMNDO SU DISCERNIMIENTO Y SU SABIDURÍA QUE COLOCAS AL SERVICIO DE TU PROJIMO, DIOS TE BENDIGA!

Peregrino
1 de marzo de 2013 a las 07:28

" No dejo la Cruz". "La Iglesia renace de nuevo en las almas".

Gracias Benedicto XVI, querido Papa emérito, por tu palabra de esperanza, de vida y profecía. Fe y razón. Gracias por tu servicio. Toda la Iglesia en Sede Vacante se encomienda a tu oración. Contigo, peregrinamos hacia la Plenitud

Wilson Rodríguez
8 de septiembre de 2015 a las 04:21

"La cruz son aquellos acontecimientos, que pese a nuestra voluntad, nos hacen sufrir y nos ponen de presente, que tú ni yo, somos Dios". Sin la cruz es el yo el que nos vive a nosotros.El yo resulta ser lo opuesto a la gracia. Si alguien quiere huir de la cruz, huye pecando.¿Existe algo más allá del yo? Sigue que por la cruz, descubrimos la felicidad de ser criaturas, la felicidad original del Adán y del ser Eva,no pertenecían a la categoría del yo,sino a la de la relación Dios-criatura, sin el veneno de la muerte.

Suscripción

Suscribirse por RSS

últimos artículos

Archivo

Logo dominicos dominicos