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Isabel Solá: seguir a Jesús, lo más fascinante
3 comentariosEl sábado santo del presente año 2016, una monja de la Congregación de Jesús-María, que estaba como misionera en Haití, en una especie de pre-monición, redactó un “testamento espiritual”, que se ha encontrado después de su muerte. Entre otras cosas escribió: “Si leéis esto es porque se me acabaron los días en este mundo. No estéis tristes… Seguir a Jesús y su Evangelio ha sido lo más fascinante de mi vida y agradezco a mi congregación que me haya ayudado a ello. Si de alguien me enamoré localmente fue de Jesús. Por eso, estad alegres, estoy ya con Él”.
El testamento se leyó al finalizar la emotiva Eucaristía que se celebró el 14 de septiembre, a las 19 horas, en la Iglesia del Colegio de Jesús-María de Valencia, en acción de gracias por la vida y la muerte de la Hna. Isabel Solá Matas, asesinada en Haití el viernes, 2 de septiembre. Isabel Solá, la monja rubia de ojos azules y con la sonrisa siempre en los labios, la monja buena, fuerte y valiente, había trabajado durante nueve años en el Colegio de Jesús-María de Valencia, antes de dedicar su vida al servicio de los más pobres en Guinea y finalmente en Haití. En la Eucaristía se hicieron presentes religiosos de distintas Congregaciones. Y estuvo presidida, en nombre del Arzobispo de Valencia, por el Vicario Episcopal para la Vida Consagrada.
Reproduzco parte de una carta que una joven haitiana, que ha comenzado su periodo de formación en la Congregación, escribió dos días después de la muerte de Isabel: “La Hna. Isa no sólo fue una formadora, sino también una madre con un gran corazón. Estas fueron sus palabras en una sesión de formación: Debes sentir el amor de Dios para poder amar como él, y su perdón para perdonar. No se puede entender y dar lo que no se ha experimentado, lo que no se ha sentido profundamente, en lo más hondo de ti misma. Contemplar al Señor para poder ser como Él, ya que Él no ama sólo a los más guapos, los más inteligentes, los mejores. El también ama a los menos buenos, a los pobres y a los malos. Amar a los que te hacen mal; perdonar a los que te arrebatan o arrancan un ser querido no es fácil. Pero éstos son los preferidos de Dios… ¿Preguntar por qué? ¿Pedirle explicaciones? Es un gran desafío que tenemos que enfrentar cada día”.
Doy gracias a Dios por este ejemplo de vida misionera, de vida cristiana, de vida religiosa.