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Iglesia llena de pecadores
1 comentariosCon frecuencia aparecen noticias sobre los pecados de eclesiásticos conocidos. Las reacciones dependen de donde se sitúa el lector. De nuevo es noticia escandalosa la figura del P. Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, ya fallecido, apartado de su cargo por el actual Papa, tras considerar las acusaciones de pederastia que pesaban contra él. Ahora sale a la luz que tuvo una amante y una hija, hecho reconocido por el portavoz de los Legionarios. No digo eso para hacer sangre. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Yo escondo las manos. Eso no quita que ante este u otros casos parecidos, algunas buenas personas lo primero que hagan sea condenar al mensajero, luego negar los hechos y, finalmente, quedar bastante perdidas cuando se convencen de la credibilidad del hecho.
Por eso, ante posibles escándalos que a veces nos invaden al notar los reales o supuestos pecados de la Iglesia, de su jerarquía o de sus fieles cualificados, importa dejar claro que el motivo de la fe es Dios mismo. Yo no creo ni dejo de creer porque el Papa o el Obispo sean santos o pecadores, actúen a mi gusto o a mi disgusto. La Iglesia es motivo de credibilidad, y esto es importante de cara a su responsabilidad, pero no es motivo último y decisivo de mi fe. Incluso a veces puede ser una pantalla para la fe. Yo no creo en la Iglesia ni a causa de ella, sino en Dios y a causa de Dios, aunque la Iglesia también juega un papel importante en mi fe: creo dentro de ella, creo en Aquel del que da testimonio, pero creo en definitiva porque Dios se ha dado a conocer en Jesucristo y porque el Espíritu me mueve a creer.