Nov
Iglesia diocesana
8 comentarios14 de noviembre, día de la Iglesia diocesana. ¿Es oportuno destacar ese día cuando hay tantos “días de”? Pienso que sí, porque si la Iglesia somos todos, no cabe duda de que nos sentimos más Iglesia cuando conocemos de cerca a otros cristianos, cuando vemos su rostro, cuando sabemos de sus necesidades. Y eso solo puede ocurrir a nivel local. De ahí la importancia de unas parroquias en las que la fe y el amor, junto con la alabanza a Dios, se conviertan en solidaridad para con todos y en testimonio para los no creyentes.
En la diócesis de Valencia, el Arzobispo está presentando por las diversas parroquias un “Itinerario diocesano de renovación”, para los años 2010 al 2014. Es realmente significativo que sea el propio Arzobispo el que asuma esta tarea de presentarlo, pues así puede escuchar más de cerca a los sacerdotes y fieles cristianos. El Prelado ha definido este Itinerario como “un tiempo de renovación, para que juntos tomemos conciencia de nuestra identidad cristiana y del valor de nuestra fe, y así podamos ofrecer a nuestros hermanos el tesoro que llevamos”. Entiendo que estos hermanos a los que ofrecemos nuestro tesoro, nuestra fe, son los no practicantes, los no cristianos y los no creyentes. Un Itinerario de cuatro años puede resultar un poco largo y corre el riesgo de enfriarse a medida que pasa el tiempo. Sería bueno que el plan fuera realista, con metas concretas y un calendario bien definido.
Más allá de las metas y del calendario hay un aspecto que puede relacionarse con la celebración del día de la Iglesia diocesana, pues esa celebración no puede ser un mirarnos a nosotros mismos, un sentirnos satisfechos con lo que somos y tenemos, un motivo de aplauso fácil a los responsables de las distintas actividades de la Iglesia. La Iglesia está en función de los demás, sobre todo de los más pobres y necesitados. Ella está para servir. Celebrar el día de la Iglesia diocesana es recordar su misión de servicio más allá de las fronteras de la propia institución. El Itinerario de renovación de la diócesis de Valencia parece dirigido hacia fuera, al ofrecimiento del tesoro de la fe a los de fuera. Por eso no puede olvidar las implicaciones sociales de la fe, y el compromiso de la Iglesia con los necesitados.