May
Francisco y Benedicto muestran el camino
10 comentariosNo lo tenían fácil. Pero lo están haciendo bien. Muchos se preguntaban cómo iba a ser la convivencia entre dos Papas viviendo tan cerca el uno del otro. Las imágenes dan la respuesta: hay sintonía entre Francisco y Benedicto. Francisco (a él le corresponde la iniciativa) está mostrando gran cariño y fraternidad hacia su predecesor. Normalmente, entre los humanos (y en la Iglesia lo somos tanto como en cualquier otra instancia) las relaciones entre los que han mandado no suelen ser fáciles. No les gusta que les comparen con su sucesor o su predecesor. Y el que ocupa el poder suele marcar distancias para que quede claro que las cosas han cambiado y que es él quién lleva la batuta.
Eso ocurre cuando se trata del poder. Entre los humanos (y en la Iglesia lo somos también) el poder es lo que más se ambiciona. Es la delicia de las delicias. Pero ya Jesús advirtió que eso era precisamente lo que no podía ocurrir entre los suyos. Los suyos están llamados a ser servidores. Entre los suyos no hay “padres” que hagan de patrones: no llaméis a nadie padre sobre la tierra, porque todos sois hermanos. Ver al Papa Francisco, sentado en una silla, al mismo nivel que el resto de los fieles que están orando en una capilla, es un gesto inédito, pero significativo: ante Dios todos somos iguales, porque él nos ama a todos por igual. A todos por igual. A todos con todo su amor. ¡Al Papa le ama igual que a mí! ¡A la Virgen María la ama igual que a mí!
Ver al Papa Francisco rezando junto con Benedicto es un presagio de tiempos más fraternos en la Iglesia. Ayuda mucho esta con-fraternidad papal, orando juntos. A los aferrados al poder, a los que piensan que cuanta más separación y distancia, más poder, les cuesta comprender esta dimensión de servicio y fraternidad que denotan los gestos papales. Porque si él se presenta de esta guisa, entonces sus colaboradores deben también ponerse en la misma sintonía. Y, junto con sus colaboradores en la curia vaticana y en el resto de curias, todos los fieles, empezando por aquellos que tenemos responsabilidades pastorales. Oler a oveja es algo más que una metáfora. Oler a oveja indica que uno está cerca de aquellos a quienes debe cuidar y mimar. Si se trata de mandar, se guardan las distancias y no se huele a nada. Si se trata de cuidar y de servir, las distancias desaparecen. Entre Francisco y Benedicto parece que hay muy poca distancia. Entre Francisco y las demás personas hay cercanía. Cuando hay cercanía nos comprendemos mejor y nos resulta más difícil condenar.