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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

4
Jul
2009

Evidencia contra malas razones para creer

8 comentarios

Me dicen que en un Colegio de Valencia una profesora de “Educación para la Ciudadanía” repartió entre sus alumnos de primero de Bachiller una carta de Richard Dawkins, escrita para su hija de 10 años, en la que contrapone el método científico basado en la evidencia a “tres malas razones para creer cualquier cosa: tradición, autoridad y revelación”. A la preocupada madre católica que me informa le contesto: A mi lo que me preocupa es que los profesores de religión no estén preparados para responder a este tipo de textos y de argumentos. ¿Cuántos profesores de religión católica están preparados para presentar una fe adulta, capaz de afrontar las dificultades y poderlas vencer? Por lo que yo sé los cursos formativos que les ofrecen quizás les preparan para ser buenos catequistas, pero no tanto para dialogar con la cultura y enfrentarse a los problemas.

La idea de tradición, autoridad y revelación que presenta esta carta es una caricatura de lo que la teología dice sobre estos conceptos. Y no digamos el recurrente ejemplo sobre la Asunción de María. Por no hablar del concepto de evidencia científica. Aunque tengo la sospecha de que, muchos creyentes, si leyeran lo que dice Dawkins sin conocer el mal contexto en que se utiliza, pensarían que estamos ante una buena descripción de lo que ellos piensan. ¿O no es una buena, en realidad malísima, descripción de lo que muchos piadosos católicos piensan el decir que “el Papa tiene razón solo porque es el Papa” o que “la madre de Jesús era tan especial que no murió”?

Pongo un ejemplo de una de las caricaturas que se encuentran en el texto de Dawkins. Su idea de tradición es la de una creencia muy antigua, transmitida de padres a hijos, que alguien un día inventó. Y concluye: “por muy antigua que sea una historia es igual de cierta o de falsa que cuando se inventó la idea original”. Pues claro que sí. Solo que en teología católica la tradición es otra cosa. Cierto, se trata de una transmisión. Pero de la transmisión de la fe apostólica, tras haber superado los controles oportunos que garantizan que tal rito, costumbre o doctrina deriva de los tiempos apostólicos y, nótese el matiz, puede hoy servir para vivir mejor la fe cristiana.

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Bernardo
4 de julio de 2009 a las 22:32

Creo que das en la diana en dos cuestiones muy importantes. La primera en la sospecha sobre la capacidad para rebatir adecuadamente estas cuestiones que plantea Dawkins; la segunda, que muchos creyentes creerán que su fe se parece en algo a la caricatura que hace el eminente científico.
Precisamente es a Dawkins a quien yo utilizo para explicar la compatibilidad entre ciencia y religión, porque es el autor más opuesto a esta relación. Los alumnos, al menos los más aventajados, lo comprenden a la perfección. Tengo varios exámenes que podrían valer para hacer una moderna "apología de la fe" pero sin ningún tipo de estridencias.
Quizás lo más preocupante no es lo que los demás opinan de nosotros, sino lo que muchos de nosostros creemos que es nuestra fe, ahí radica el principal problema. Lo que opinen los Dawkins de turno no es muy grave, basta con que nosotros lo tengamos claro.

ETeutonicus
5 de julio de 2009 a las 00:06

Esta mañana he leído la carta que Dawkins escribe a su hija. Ahora, acabo de llegar del tanatorio. Un niño de 13 años, Jorge, alumno del colegio en que yo trabajo, murió ayer en un accidente. Quiso atravesar a la carrera una puerta en la que él creía que no había cristal. Pero sí había. Y le seccionó la femoral. Se desangró en tres minutos. Estando en el tanatorio y viendo a esos padres destrozados, me he acordado de la carta de Dawkins y me lo he imaginado delante de ellos leyándosela. "A fin de cuentas -les diría este ateo recalcitrante - no somos más que monos inteligentes, un fruto del azar destinado a desaparecer. Es lo que toca. Tenemos que aguantarnos." Ciertamente, este profeta de la desesperanza no sabe a quién sirve.

Sixto
5 de julio de 2009 a las 18:36

Efectivamente, Martín. Tienes toda la razón. Cansa ya tanto "dawkinsmo", su pseudoreligión intelectualoide, que ni siquiera aguanta un análisis racional del que él mimos propone. El último libro de Terry Eagleton tiene unas páginas contra él y sus adláteres que hacen reír porque, de tan obvias, las falacias que comete Dawkins pasan desapercibidas. Por supuesto que hay que "combatirle" en su mismo terreno.

Juanjo
5 de julio de 2009 a las 21:15

¡Nada nuevo bajo el sol! Las mismas críticas y los mismos errores que hace ya ¡tanto tiempo! Nos puede molestar,(la carta) nos puede irritar y hasta hacer que nos pongamos nerviosos. Pero ¡cuanto tiempo hace ya! ¿Desde la ilustración?. ¿El racionalismo? ¿El positivismo? ¿El ateísmo materialista del XIX?. No soy un experto en filosofía, pero esa carta suena a un refrito ya caduco aunque parezca actual.
Lo mejor, en lugar de condenar argumentar correctamente. Diálogo, y si se da el caso testimonio de fe.

arnadí médico
5 de julio de 2009 a las 23:20

En el siglo XVIII tuvimos en España un gran precursor del método científico fue un fraile Benedictino jamado Feijoo, del que nos relata parte de su vida el Dr. Marañon en un libro del mismo nombre y os digo esto porque la fe no esta en absoluto reñida con la ciencia al revés la física matemáticas y química así como el equilibrio que existe en el universo nos conducen a Dios es un lenguaje para poder entender un poquito de lo inexplicable, nada escapa a las leyes de la física y es lo mismo que decir que nada escapa a las leyes de la creación solo hay que investigar eso sin sin miedos sin condicionamientos previos, hay gente de poca fe que tiene miedo que aparezca algo que no entienda o que no cuadre con esquemas aprendidos. La verdad y la ciencia nos harán libres. La oración y una vida contemplativa rigurosa no le impidió al P Feijoo investigar incluso explicar algún supuesto milagro que le trajo algún que otro disgusto.
Ya os contare alguna de sus aventuras científicas si os interesan.

Desiderio
6 de julio de 2009 a las 12:09

Como se dice en los comentarios, el tener que escuchar/leer textos de este estilo es frecuente. En este sentido, no hay nada nuevo bajo el sol. A mí me choca cómo autores como éste, o personas de a pie, de nuestro entorno, pero alejadas de la espiritualidad, hablan de estos temas como grandes expertos, con más sabiduría que muchos de los que están verdaderamente cercanos a Dios. Por desgracia, es un tema que como de algún modo atañe a lo personal, todas las personas se creen que pueden decir lo que se les antoje sin ningún miedo a hacer el ridículo, como lo tendrían, por ejemplo, si hablasen de algo científico sin un conocimiento cercano del tema. Yo creo que están tan lejos del meollo de la cuestión, que para nada son conscientes de lo desviados que están de una verdadera experiencia de fe, de esa experiencia personal de que el hombre es algo más que aquello encerrado en su mero cuerpo fisiológico. Como dice Bernardo, mientras nosotros lo tengamos claro el problema se minimiza. Pero, ¡ay! ¿Lo tenemos claro? ¿Lo tienen claro todos los profesores de religión que, como se dice en el post, no saben rebatir un texto como este? ¿Lo tienen claro tantos creyentes que no saben exactamente lo que creen, y quizá viven su fe realmente en la línea que apunta Dawkins, sin haberla personalizado verdadera y profundamente? No sé vosotros, pero yo me he encontrado en algunas ocasiones con respuestas de creyentes que en fin, han tambaleado mis propios cimientos. Yo creo que, en general, hace falta un redescubrimiento de esa fe cristiana que tantos profesan, pero que a lo mejor no saben exactamente qué significa, y para ello hacen falta verdaderos formadores y no meros catequistas, hay que intentar forjar personas y no transmitir únicamente verdades de fe…

arnadí médico
7 de julio de 2009 a las 01:18


Hay que investigar sin miedo,buscando la verdad. Las matematicas o la fisica tambien son el lenguaje de Dios.
Dios nos hizo mujeres y hombres a su imagen y semejanza de ahí viene que algún investigador se crea dios, es como dios pero no es El.
El conocimiento del universo es tan grande que hemos creado unos lenguajes para entenderlo; es como una persona que empieza a bordar con unos hilos y no sabe donde va ha llegar eso es la ciencia con un orden, camina hacia el infinito: Pero no hace falta ser un científico para llegar a Dios, la contemplación del mundo del hermano de lo que nos rodea o una miradita hacia nuestro interior, ahí esta el principio de la oración.
Sabemos mirar alrededor pero que poco sabemos mirar a nuestro interior o contemplar el cuerpo parece que nos estorba hay que saber observarlo en armonía ahora lo llaman ecología ; ¿no es lo que hizo el Señor durante curenta dias y cuarenta noches?. Todo esto venia a cuento de la ciencia y la verdad.

lola
7 de julio de 2009 a las 04:39

Es normal que la madre este preocupada, es dificil dar razon anuestros hijos de nuestra fe, y no porque no nos preocupemos por formarnos y por intentar saber. Es que es realmente dificil hablar de Misterios a gente que desde la evidencia cientifica esta acostumbrada a palpar y experimentar

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