Ene
En Dios vivimos I
1 comentariosSolemos pensar nuestra relación con Dios con imágenes espaciales: Dios tiene su propio lugar, está en el cielo y, cuando crea seres distintos a él, los coloca en la tierra. Un día, esos seres irán al cielo, y también allí cada uno ocupará su sitio: Dios será una especie de presidente de una gran asamblea que le contemplará con admiración. Pero la imagen espacial no es la mejor para pensar a Dios. Una frase, atribuida a San Pablo, a primera vista resulta sorprendente: “En Dios vivimos, nos movemos y existimos” (Hch 17,28). ¿Qué significa este “en”? Dios ocupa todo el espacio del ser, lo invade todo, lo penetra todo, lo abarca todo (Ef 4,6). Si Dios crea seres distintos no queda más remedio que pensar que, al hacerlo, tiene que dejarles sitio, de algún modo se retira para que ellos sean. Pero esta retirada no resulta en menoscabo de una presencia que todo lo alcanza. Dios se retira y sin embargo “en él vivimos”. Es necesario encontrar un correctivo a la imagen espacial para que sea posible eso de que Dios es distinto del ser humano, que el humano goza de su propia autonomía y, sin embargo, los seres humanos y todo lo que existe vivimos “en” Dios. Una buena imagen sería la de la madre en cuyo seno vive una criatura distinta. La madre hace sitio al hijo en su propio seno, el hijo vive en la madre y, sin embargo, el hijo es distinto de la madre. Dios es como una madre que nos alimenta, nos sostiene y al mismo tiempo nos deja libres, nos hace independientes. Se entiende así mejor la trascendencia y la inmanencia de Dios. Dios es totalmente diferente y al mismo tiempo está más dentro de mí que lo más íntimo mío.
Una aclaración: a este modelo la teología lo llama “panenteísmo”, palabra que significa “todo en Dios”. Distinto, pues, de “panteísmo”, que significa “todo es Dios”. Evidentemente no es lo mismo. Y una aplicación: A partir de ahí cobra toda su grandeza el seno materno en este mundo. Las madres son una imagen de la maternidad divina. Su misión es hacer posible la vida, respetar la vida que llevan dentro.