May
El voto cautivo de nuestros diputados
6 comentariosDetrás de la reforma de la ley del aborto hay una serie de cuestiones de fondo muy serias: el valor y dignidad de la vida humana, o la dimensión teleológica, la finalidad inherente del embrión. Hay otras menos importantes, pero que no dejan de tener su interés: la ley, al privar a los padres de su derecho de vigilancia y decisión sobre su prole menor de edad, los considera mera prolongación de la hostelería, pues su papel casi se limita a dar comida y habitación a sus hijas de 16 años.
Hay un asunto que concierne al papel de los diputados que va más allá de la simple formalidad para entrar en el terreno de la conciencia, ese sagrario inviolable en el que el ser humano está a solas con Dios y en el que escucha una voz imperativa que le dice lo que es bueno y lo que es malo. Me refiero al hecho de que algún partido como CIU ya ha anunciado que sus diputados tendrán libertad de voto. Otros, como el Partido Socialista, también ha anunciado que sus diputados votarán disciplinadamente lo que diga la dirección. No quiero caricaturizar la disciplina de voto diciendo que el parlamento sobra, pues bastaría con que un representante de cada partido pusiera sobre la mesa el número de votos que le corresponden.
Comprendo que en cuestiones de política general se exija disciplina de voto. Pero hay asuntos que se sitúan a otro nivel, asuntos por los que no debería caer o mantenerse un gobierno, asuntos que se refieren a cuestiones de fe, de conciencia, de concepción de la vida. Si cada diputado votase según su propia conciencia, con total libertad, reflejaría bastante mejor la realidad de los votantes. No descarto que si hubiera libertad de voto algún diputado del Partido Popular votase a favor de la ley. Seguramente también sería reflejo de lo que piensan algunos votantes de ese partido.
El que cada diputado vote, en esta ley, con total libertad, me parece requisito imprescindible para que la disciplina partidista no diluya lo más característico del ser humano: su conciencia, su razón, sus creencias y su responsabilidad.