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El templo está dentro de uno mismo
4 comentariosUna persona cercana, trabajadora y madre de familia, me envía una reflexión personal que me agrada transcribir (con permiso de la autora) para todos mis lectores:
"El amor es una experiencia que todo ser humano debería poder vivir, sentir. Muchísimas veces no expresamos amor, se nos olvida amar, estamos llenos de prisas, siempre pensando en lo que hay que hacer o nos queda por hacer, en vez de disfrutar de la vida, maravillarnos de la vida y escuchar con el corazón. Estamos cayendo en una rutina de la que no sabemos salir, una rutina que se convierte en un sin sentido. Cada día, a mi misma, me resulta muy difícil encontrar sentido a mi vida, nos olvidamos de lo esencial, escuchar, expresar, dar amor. No es fácil, nada fácil ser, actuar y ser desde y con el corazón.
Nada conocemos de Dios, nada sabemos de Dios y sólo a través del amor puede uno sentirlo, rozarlo un poquitín. Todos sentimos amor pero nos olvidamos de darlo, expresarlo, sentirlo y vivirlo día a día. Saber amar, sentir amor es lo que al final importa, lo único que nos llena y lo que más desea y necesita el ser humano, la humanidad; y muchísimas es lo que menos hacemos. Cuando hay amor, cuando se siente amor, casi no hacen falta explicaciones ni razones, lo que se siente puede llegar a ser tan inmenso que ya no dudas ni preguntas. Sientes, amas. El alma se siente enamorada, en una infinita calma y se es capaz de sentir, de mirar la vida con ilusión, con asombro, con ojos de niño.
Todos tenemos dentro de nosotros mismos ese rincón íntimo que nos acerca y nos descubre a Dios, lo difícil es entrar en él, permanecer en él y creer. Y casi diría que es algo natural, innato en el hombre el ansia de Dios. El templo está dentro de uno mismo. Pero no es fácil, nada fácil".