Oct
El Papa catalán, gallego y universal
4 comentariosLas primeras críticas al viaje del Papa a Santiago y Barcelona se centraron en el coste del viaje. Luego se concentraron en lo que el Papa representa a los ojos de los que no quieren recibirle, y se escucharon comparaciones fuera de lugar entre el Papa y algunos imanes, los de Tarragona y Lérida, buenos representante de un Islam politizado, misógino, intransigente y pobre culturalmente. Algún político consideraba que el Papa salía perdiendo en la comparación. Ya se sabe: no hay peor ciego que el que no quiere ver. Porque hace falta ser ciego para no darse cuenta de que el Papa no fomenta la violencia ni pone en peligro la paz. Más aún, puestos a mirar las cosas con ojos económicos y políticos, es muy posible que la consagración del templo de la Sagrada Familia por el Papa reporte beneficios económicos y turísticos a corto y largo plazo.
Las últimas críticas ya no se centran en la economía ni en la ideología del Papa, sino en la liturgia: ¿cuál de las dos Misas saldrá ganando en lo referente al uso de las lenguas propias de Galicia y Cataluña? ¿En Barcelona habrá más minutos de catalán que de gallego en Santiago? Las liturgias papales se preparan con mucho cuidado, para no herir sensibilidades. Lo normal es que donde se hablan dos lenguas se utilicen las dos. Pero lo que denotan las comparaciones entre lenguas es una mala politización de la liturgia. La Eucaristía no es el lugar para milimetrar los minutos de lengua utilizados. Ese lugar son los informativos de las televisiones autonómicas y los discursos de los políticos. La Eucaristía es otra cosa: es la Iglesia reunida como comunidad fraterna para escuchar la palabra de Dios y comulgar con su Señor. Pero para que sea así, se necesitan unos mínimos presupuestos entre los asistentes. Muchos asisten a estas Eucaristías con buena voluntad. Bastantes asisten para aplaudir y hacer demostraciones de “fuerza católica”. Otros para que les vean o por motivos políticos.
¿Hay algún modo de lograr que las Eucaristías del Papa sean lo que deben ser y dejen de ser lo que no deben ser? No lo tiene fácil la Santa Sede, pero a mi me gustaría que al menos se empezase alguna reflexión en esta línea. El Papa busca que le escuchen todos. Estupendo. Para eso están los discursos. Pero a la hora de celebrar la Eucaristía los asistentes deberían ser sólo los creyentes. Y sin televisión, naturalmente, que a la Eucaristía le sobra. Así se evitarían muchos problemas.