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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

15
Abr
2009

El hijo del Obispo

5 comentarios

El Presidente Lugo, siendo todavía Obispo, sedujo a una adolescente de 16 años, con la que posteriormente tuvo un hijo. Eso ha provocado que los Obispos paraguayos hayan hecho pública una nota pidiendo perdón y llamando a todos los sacerdotes al cumplimiento de sus compromisos.

Hay algunos matices que hacen penoso el caso: uno, el ex obispo le prometió a su amante que colgaría los hábitos y se casaría con ella. Promesa tantas veces incumplida: por obispos, religiosos y casados. Y todavía hay incautas que se lo creen. Dos, el asunto ha saltado a la luz ante la amenaza de la madre de acudir a los tribunales. A veces los clérigos confiamos en el paraguas de la institución eclesial que busca ocultar nuestros deslices y arreglos que no sean públicos Hay un corporativismo mal entendido que no tiene nada de evangélico. En el caso de Lugo este paraguas ha desaparecido y un niño de dos años tiene derecho a su apellido y a que su padre se haga cargo de él.

Detrás de todo esto late el tema del celibato, que hay que distinguir claramente del voto de castidad de monjas, monjes, religiosas y religiosos. Sin duda la promesa de celibato es asumida libremente, aunque siempre queda la duda de qué ocurriría si la ley eclesiástica cambiara. Mientras tanto, cuando se rompe, el escándalo del clérigo es mayor que el de un casado adúltero porque, en el inconsciente colectivo, la promesa del sacerdote tiene un plus de excelencia. De ahí surge la pertinencia de la pregunta por la necesidad de una deconstrucción de los signos eclesiales que acompañan la ordenación presbiteral por otros que se correspondan (¿igualmente, mejor?) a la realidad del mensaje de Jesús.

Los tiempos cambian a velocidad de vértigo. Los silencios dolosos ya no compensan. Son tiempos de luz y taquígrafos para clérigos, monjas, políticos y casados. Cada cual tiene que ser consciente de que en cualquier momento lo privado puede hacerse publico. ¿Dónde queda toda la labor realizada siendo obispo? Será recordado por su desliz, que incluso puede costarle el puesto presidencial. Siempre será padre. ¿A qué precio? ¿Y los daños morales causados a la madre?

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Oscar P.
16 de abril de 2009 a las 12:44

No sé si llamar ex obispo a Fernando Lugo es del todo exacto a tenor de la doctrina de la Iglesia, pues tengo entendido que el sacramento del Orden imprime carácter y no se pierde nunca; asi que mejor llamarle obispo dimisionario o obispo que no ejerce. Aunque eso es secundario. Lo principal me parece el tema del celibato. Sería interesante una reflexión sobre los signos que deben acompañar al presbítero o al obispo (no sé que carta del Nuevo Testamento dice que ha de tener una sola mujer y ser de conducta irreprochable) en función de los signos de los tiempos. Un saludo.

marcelino
16 de abril de 2009 a las 18:37

Hay que hacer mas oracion, estar unidos a la vid. El casarse no es la solucion, estamos hablando de una niña de 16 años.
El que no pueda con ello que lo deje. Parece ser que hay personas que estan ahi sin vocacion, sin oracion y sin dedicacion a los demas.
No hay tiempo para flicteos, no hay tiempo para nada, el Señor esta cerca, ¿hay de aquel a quien pille sin haber sido justo y entregado a los demas?. !Ya esta bien de hipocresiasd!!Ya basta de comodidad! Hay que darlo todo por el otro y no esperar nada a cambio. Eso espero de todos y cada uno de los fieles cristianpos, ¿acaso deberia esperar menops de los pastores?
!Hay de aquel que escandaliozase a uno de estos mis pobres! !Hay de aquel!
Oracion y penitencia , Oracio, Oracion, Oracion

marcelino
16 de abril de 2009 a las 18:47

Por cierto, menos mal que en una carta del N testamento dice que ha de tener un sola mujer, ¿tal vez el Obispo podia tener varias como en el Islam?.
Y como los tiempos que corren esta legalizado el matrimonio homosexual, ¿porque no un hombre si el es homosexual?¿cuantos hijos deberian tener?¿como los mantendrian?¿deberian trabajar mucho?¿o la mujer los mantendria ea ellos?. No se tal vez a algunos les iria bien, saber lo duro que es esto, ser cristiano de a pie, todos los problemas que tenemos que sufrir, para ser coherentes, y mientras....que bien se lo pasan algunos, !caramba!¿y siguen administranbdo los sacramentos?. En fin rezo para que el Señor tenga Misericordia, mucha Misericordia y los sacerdotes esten donde deben estyarr al lado del que sufre, los moribundos, enfermos terminales y sus familias, no pasandosselo fenomenal.....
Yo soy medico y solo en una ocasion he visto a un sacerdote en estas circunstanmcias. Que pena me dan los sacerdotes, no sabe lo quese pierden y lo que aprenderian estando ahi. Si algun sacerdote lee esto y quiere venir conmigo a repartir lo que debe repartir en vez de perder el tiempo que venga.

Desiderio
16 de abril de 2009 a las 23:12

En lo que se refiere al celibato sacerdotal me uno a la reflexión de Marcelino, que va acorde con la mía, como comentamos en un post reciente. Yo percibo el celibato como una fantástica muestra de una donación de una persona que se entrega plenamente a Jesucristo, gracias a la vocación que ha recibido. ¿Acaso el celibato es condición indispensable para que un sacerdote, religioso, etc., sea santo? Obviamente no. Pero creo que el hecho de contraer ese compromiso con Jesucristo, con toda la Iglesia, le permitirá ejercer su cometido de manera más plena. Lanzo la siguiente pregunta: ¿por qué motivo un sacerdote que es célibe, desarrollaría mejor su vocación de servicio estando casado? Realmente me gustaría saber los motivos.
Destacaría también lo que se comenta en el post, en referencia a las distintas repercusiones que tiene un mismo pecado según quien lo cometa. Un adulterio por un laico, parece como que es más normal —tampoco entiendo por qué—, mientras que si lo hace un miembro de la jerarquía, enseguida saltan todas las alarmas. Pero, ¿de qué nos sorprendemos? ¿No es esa la actitud que se tiene ante la Iglesia? Para algunos, cualquier cosa que haga o diga la Iglesia siempre será motivo de crítica, ataque, etc. (os recomiendo que leáis este texto anónimo, es irónico, simpático y aleccionador, http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=5134). Sin embargo, creo que la actitud de los cristianos es (o debe ser) bien distinta: de comprensión, de disculpa, de reparación. No cabe duda de que los actos de una persona que ostenta un cargo elevado en la Iglesia repercuten más en todo, y en ese sentido el escándalo es superior. Pero también es verdad que los cristianos vemos en ese obispo una persona que por dentro debe estar rota, partida, y que su vida personal, en su intimidad, no debe ser precisamente fácil. Por desgracia, enseguida nos fijamos en lo malo de las personas, y se propaga a los cuatro vientos. ¿Por qué nadie dice las cosas buenas que sin duda este hombre habrá hecho?

Carmentxu
17 de abril de 2009 a las 12:04

Estoy de acuerdo en que,es mejor el segundo caso que se plantea,es decir,cae en pecado pero vuelve a levantarse y,entrega su vida al servicio de los demas,mejor digo que,el primero que,vive amargado y desinteresado de su prójimo;a este habría que recordarle que,vale mas casarse que abrasarse-.
Pero,es mucho mas loable y,contando siempre con la gracia de Dios,dar cumplimiento a la promesa que se ha hecho con todas sus consecuencias.Es cierto que Jesús,hablaba con pecadoras-es,les perdonába pero,siempre,les decía-Anda,y no peques mas-Dios ayuda y,no se deja ganar en generosidad,pero hay que colaborar.Hacer una Promesa obliga a nobleza y cumplimiento,no todo vale,hay que estar siempre alerta para no caer en la tentación,-Velad y orar para....La Promesa se ha hecho ante la Iglesia Católica,esta se ha fiado del individuo y,defraudarla cuando nos viene en gana,es de gran irresponsabilidad y falta de nobleza.Con Dios no se juega,Este ayuda siempre que uno pone su esfuerzo,si se cae,es Madre,perdona y comprende pero,no podemos estar al juego de ahora si ahora no.
Me gusta mucho la colaboración de Desiderio.Explica perfectamente lo que yo,apenas dejo pergeñado,pero pongo mi granito de arena.

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