Logo dominicosdominicos

Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

13
May
2009

El bien nunca se pierde

4 comentarios

El viaje del Papa no quita interés a otras noticias menos ruidosas, que manifiestan la bondad del corazón humano. He leído que el obispo de Alicante ha pedido a sus curas que entreguen su paga extraordinaria para ayudar a los necesitados. Y he escuchado en una emisora de radio que un colaborador de Caritas, no recuerdo bien si de Fuerteventura o Lanzarote, ha ofrecido de forma totalmente gratuita, con la aprobación de sus hijos, dos casas que tenía vacías (supongo que para un día dejárselas a sus hijos), por las que todavía seguía pagando hipoteca, a familias sin hogar. Más aún, se ha comprometido ante una de las familias, una madre separada con tres hijos, a pagar la luz y el agua de la casa; solo pide que la mantenga limpia y cuidada. El panadero del pueblo, a la vista del gesto de este buen señor, se ha comprometido a dejar cada día gratis el pan en el piso de esta madre necesitada.

Estoy convencido de que el bien es más fuerte que el mal, que lo bueno que hay en cada uno supera con creces las cosas malas, que este mundo se mantiene en pié porque hay más gente buena que mala. También sé que estos detalles no arreglan los graves problemas sociales. Pero son ejemplos de que si cada uno hace lo que puede, este mundo tiene arreglo.

Seguramente nunca sabré los nombres de los que hagan caso al Obispo de Alicante. Desconozco también el nombre del ciudadano canario. Pero sus nombres están escritos en el cielo. El Papa, en su discurso en el memorial Yad Vashem, en Jerusalén, ha comenzado citando a Is 56,5: “Yo he de darles en mi casa y en mis muros un monumento y un nombre... les daré un nombre que no será borrado, que nunca será cancelado". Ese texto que el Papa aplicó a las víctimas del holocausto, comentando por su parte: “perdieron la vida, pero no perderán nunca sus nombres… porque nunca se puede quitar el nombre de otro ser humano”, ese texto es aplicable, dicho con un inmenso respeto a todas las víctimas de ayer y de hoy, a todos aquellos que hacen y se dejan guiar por el bien.

Posterior Anterior


Hay 4 comentarios, comparte el tuyo

En caso de duda, puede consultar las normas sobre comentarios.

Aviso: los comentarios no se publican en el momento. Para evitar abusos, los comentarios sólo son publicados cuando lo autorizan los administradores. Por este motivo, tu comentario puede tardar algún tiempo en aparecer.

Cancelar repuesta


FRAY BENITO
13 de mayo de 2009 a las 18:16


¡OLÉ! ¡OLÉ! Y ¡OLÉ! Tres veces olé por los obispos que piden compartir el sueldo con los parados,el matrimonio que deja su casa,los comedores de cáritas, y sobre todo 0lé por los que no tienen casi nada y lo poco que tienen lo comparten. Olé por los que no pueden ayudar con dinero y ayudan con su tiempo.

Olé por los Dominicos que no tienen miedo al mañana,no tienen complejo de haber sido unos inquisidores no tienen miedo a cambiar. Olé por los predicadores que no hablan por hablar y que no rezan por que toca.

Olé,por los Dominicos que se comprometen,que se autocritican.Olé por los que viven del mensile y no aceptan regalos.

Olé,a los que les gusta disfrutar de la comunidad,de trabajar con los otros,de pensar y soñar con los otros.

Olé,con los que no confunden plegaría con gritos,espiritualidad con sentimentalismos,el carima de la Orden con excibicionismo,compromiso con ambición.

Olé,por los que no van como pavos reales por los conventos.

FRAY BENITO

peregrinando
13 de mayo de 2009 a las 19:55

Benedicto XVI ha reconocido hoy en Belén el derecho del pueblo palestino a una patria soberana "en la tierra de sus antepasados, segura, en paz con sus vecinos, con los fronteras internacionalmente reconocidas. Aunque si de momento ese objetivo parece lejano -continua el Papa- le exhorto a usted ( presidente) y a su pueblo a mantener viva la llama de la esperanza". El Papa se ha referido a Gaza como "martirizada": "les pido lleven a sus familias y comunidades mi caluroso abrazo, mis condolencias por las pérdidas, las adversidades y los sufrimientos que han tenido que soportar. Les aseguro mi solidaridad en la inmensa obra de reconstrucción que ahora tienen por delante y mis oraciones para que el embargo sea pronto levantado."
Seguro que estas palabras comprometidas, esperanzadoras iluminan a quienes se encuentran en situaciones difíciles. Se trata de trabajar hombro con hombro, dialogándo, tendiendo puentes, en vez de levantar muros entre personas, pueblos, tomando conciencia que formamos parte de una única humanidad y que el dolor y sufrimiento de mi hermano, me atañe, es el mío propio. Como nos ha recordado hoy Benedicto XVI en la Eucaristía de Belén, junto a un vergonzante muro que separa hermanos, hijos de un mismo Dios, todos estamos implicados en la construcción de una cultura de Paz.
Gracias Martín por mostrarnos que lo particular siempre tiene implicaciones universales. Saludos

Bernardo
13 de mayo de 2009 a las 21:17

Los nombres de los justos están guardados donde nunca se pierden. Ésta es la garantía de la resurrección, que Dios se acuerde de nosotros, no hay otra. Seguramente, esas buenas personas han quedado, en poco o en mucho, en la memoria de Dios, que es quien nunca olvida. Por eso hacemos el momorial de su muerte y guardamos la memoria de los muertos. También por eso tenemos esperanza en que las víctimas de la historia no habrán vivido sin sentido y que los victimarios no vencerán sobre las víctimas, porque Dios es un Dios de vivos que se acuerda de los justos. Los verdugos de la historia no tienen esperanza, porque su vivir ha sido una lucha contra la esperanza. Ni los criminales de los campos de concentración nazis, ni los criminales del gran campo de concentración de Gaza, quedarán impunes, porque Dios se acordará de las víctimas y las vindicará.
Recuerdo aquella hermosa historia que nos cuenta Dostoievsky en los "hermanos Karamozov", la historia de la cebolla. Aquel neuvo Epulón que, para quitarse de enmedio a la pedigüeña le arrojó una cebolla, llegado al infierno, como todos los ricos, pidió misericordia. La pedigüeña fue solícita y pidió por él, recordando que le había entregado una cebolla. Se le permitió que alargara la cebolla desde el cielo hacia el infierno para que el rico se enganchara y así salir de allí por medio de una única buena acción de su vida. al ver la cebolla se cogió fuertemente a ella, pero el resto de los allí presentes también lo hizo. La cebollá no fue suficiente para sacarlos.
La pregunta es ¿dónde está la cebolla que me salvará?

lola
14 de mayo de 2009 a las 10:36

es asi, los nombres y las cosas buenas no se saben, solo se saben las malas. A la gente les interesa mas, porque ueven algo de nosotros mismo, la parte mas cinica. pero en el mundo hay mucho mas bien que mal. lo que ocurre es que como jesus ante los acusadores, permanece en silencio, no hace ruido

Logo dominicos dominicos