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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

27
Feb
2009

El ayuno que Dios quiere

5 comentarios

En todas las religiones el ayuno es una práctica recomendada a los adeptos. De Jesús también se dice que ayunaba (Mt 4,2). De todas formas su ayuno debía ser bastante discreto, ya que los fariseos le critican porque sus discípulos no ayunan. Jesús acepta la crítica, pero ofrece una razón de esta falta de ayuno, presentándose como el novio de una boda a la que están invitados los discípulos. Mientras el novio está presente no hay ayuno, aunque llegará un día en que el novio les será arrebatado y entonces ayunarán (Mt 9,15). En estas palabras hay un anuncio bastante claro de la muerte de Jesús. Pero no conviene olvidar que hoy Jesús está resucitado y, por tanto, que el novio está presente entre las discípulas y discípulos todos los días hasta el fin del mundo. Una presencia velada, sin duda, y este velo, a la espera de que se rompa para el dulce encuentro, es el que podría justificar el ayuno. Eso sí, sin hacer mucho problema con los alimentos: Jesús declara que todos son puros (Mc 7,19).

El ayuno no es cuestión de cantidad, sino de actitud. Se puede ayunar por razones estéticas: quiero adelgazar. Pero es posible ayunar como signo de que el verdadero alimento es la voluntad del Padre, o de que el verdadero pan es el que viene del cielo para que el que lo coma no muera. También es posible ayunar en solidaridad con el hambriento. En este caso no se trata de quedarse uno y otro con hambre. Se trata de que ninguno pase hambre. Se trata de compartir. En estas dos actitudes estaría, a mi modo de ver, todo el sentido del ayuno cristiano, cuaresmal o no cuaresmal. Dos actitudes inseparables y que remiten la una a la otra: la mirada a Jesucristo, verdadero alimento del cristiano; y la mirada al hermano necesitado de pan, con el que hay que repartir urgentemente el pan que yo tengo, para que así pueda realizarse esto que decimos en la oración que Jesús nos enseñó: que el pan es “nuestro”. Nuestro, no mío. Estos son los ayunos que Dios quiere.

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marcelino
27 de febrero de 2009 a las 19:56

Es cierto, la gente es capaz de pasar verdadero hambre por estar en la moda y el la minima talla, para que te quepa un vestido. Pero tal vez lo imprtante es pasar hambre para saciar al otro, y no solo de comida, tambien de tu tiempo.

Pilar Bendicho
23 de febrero de 2021 a las 20:01

Además de ayunar de algo que nos tenga enganchados, como por ejemplo, el móvil, o de cualquier cosa que creamos necesaria y no lo es, es ayunar del ego y volcarse en el prójimo, cumpliendo las bienaventuranzas.

Maria Aurora
25 de febrero de 2021 a las 05:24

Gracias Fray Martin por sus ensenanzas. El a yuno que Jesus quiere es el que compartamos con los demás.GRACIAS

Javier Guinea
28 de marzo de 2022 a las 16:15

Muchas gracias Martín, no me había parado a pensar que fuera así, creía que eraalgo mas físico.

Rikin Gonzalez valera
20 de febrero de 2024 a las 12:44

Isaias 58 ya había hablado de este ayuno, la enseñanza está en contexto

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