May
El acto conyugal, acto religioso
6 comentariosMe escribe un lector, y me dice que el primer párrafo de mi último post es “novedoso y liberador”. Pero añade que “no le saco partido y me ciño al guión que se espera, a saber, la castidad en la vida religiosa”. Luego me indica que algunos de los comentarios “son testimoniales, hechos por consagrados”. Y me ofrece este consejo: “¿por qué no poner el acento en la castidad marital y en qué se traduce concretamente? Un Maestro en Sagrada Teología hablando y fomentando el buen sexo (calidad y hasta cantidad) en el matrimonio es más original y más sugestivo que un fraile dominico escribiendo sobre el voto de castidad. Además, así llegas al corazón de más personas y no te ciñes al público de oficio”.
Hago caso del consejo. Antes repito lo que ya dije, a saber, el “público de oficio” de la castidad no son monjas y frailes. Es todo cristiano, incluso toda persona decente. Quizás haya que insistir en que el cristianismo no es enemigo de la dicha y de la felicidad en este mundo. Está claramente a favor del placer, palabra a la que hay que devolver sus títulos de nobleza, como expresión del carácter placentero y lúdico del ser humano, creado por Dios para la dicha y no para la desdicha. Cierto, algunos escritores cristianos han difundido la idea de que el placer sexual es consecuencia del pecado y, por ello, afirman que en el paraíso, antes del pecado, no se daban movimientos libidinosos o deleite sexual.
Tomás de Aquino opina todo lo contrario. Califica a estos escritores de “no razonables” porque el sexo es una realidad natural. Eso sí, dice Tomás, como el ser humano no es solo animal, debe vivir la sexualidad razonablemente. Pero eso, en vez de disminuir el placer, lo aumenta, de la misma forma que disfruta más del buen vino la persona sobria que la alcohólica. Cuando el acto sexual se realiza como expresión de amor es más humano, gozoso y placentero. Más aún, según Sto. Tomás el acto conyugal, o sea, la manera cristiana de vivir la sexualidad, es un “acto religioso”. Acto religioso: el acto conyugal es una manera de ¡dar culto a Dios! Eso hacen los esposos cristianos cada vez que lo realizan.