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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

8
Jul
2009

Economía de la gratuidad

7 comentarios

La nueva encíclica de Benedicto XVI está ya al alcance de todos. Se trata de un texto amplio, que toca bastantes temas, todos relacionados con el desarrollo integral de la persona humana. Merece una lectura reposada. El título “caridad en la verdad” es el principio rector de toda la encíclica: solo en la verdad resplandece la caridad; más aún, sin la verdad la caridad es relegada a un ámbito de relaciones reducido y privado, y deriva en sentimentalismo. Pero desde la verdad, la caridad muestra su capacidad transformadora en todos los ámbitos de la justicia social. Por poner un ejemplo: ante el escándalo de la pobreza no basta con soluciones limosneras; es necesario conocer las causas que la provocan, los múltiples rostros estructurales, económicos, políticos y militares que adopta el pecado.

En el escrito del Papa hay una idea importante, relativamente nueva, que debería incitar a todas las personas de buena voluntad a buscar modos imaginativos de concretarla en las distintas situaciones: la economía de la gratuidad. La actividad económica no puede prescindir de la lógica del don y de la gratuidad, porque sin ella ni siquiera se alcanza la justicia. Se trata de civilizar la economía, de humanizarla, de ponerla al servicio del ser humano. Atención: no se trata de renunciar al beneficio, sino de dar forma y organización a iniciativas económicas que vayan más allá de la lógica del intercambio de cosas equivalentes y del lucro como fin en sí mismo. Se trata, como ya decía Pablo VI, de promover un mundo en donde todos tengan que dar y recibir, sin que el progreso de los unos sea obstáculo para el desarrollo de los otros.

El Papa, en definitiva, pone la economía ante el espejo de la ética. Y recuerda su verdadera y única finalidad: el servicio y bienestar de la persona, de toda persona. Consciente de la relación entre economía y política, Benedicto XVI se refiere no solo a la necesaria reforma de la arquitectura económica y financiera, sino también a la urgencia de la reforma de la ONU para que se dé una concreción real al concepto de familia de naciones.

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Prof. Dr. Manuel Sanchis i Marco
8 de julio de 2009 a las 14:47

Martín, estás muy atinado en tu reflexión. La economía actual está asentada en una visión liberal clásica que hace del utilitarismo su única base axiológica, cuando hay otros valores (¿Gratuitos?) que también forman parte de los valores por los cuales se mueven las personas a actuar y que no tienen que ver con el egoísmo puro y duro. Esta es, a mi juicio, la diferencia entre "filautía" o amor a sí miso y "egoísmo", este último es una amor a sí mismo más allá de lo que conviene, y este es a mi juicio la base ética del capitalismo calvinista centroeuropeo, que se compadece mal del que hemos visto estos últimos años y cuyas vergüenzas han quedado al descubierto con el ejercicio de codicia de algunos desaprensivos criminales. Hace bien la Iglesia en defender, como Kant, que el hombre tiene dignidad y no precio, también lo hago yo en mis clases, aunque no sé si cala el mensaje.

Creo que la racionalidad económica entendida como consistencia interna de la maximización del interés propio no se puede fundamentar ni filosófica ni económicamente, porque si así ¿en qué función de utilidad (es decir, interés propio) colocaríamos los esfuerzos de cientos de miles de cooperantes que hay en el mundo, por poner sólo un ejemplo?

Continuará, Martín

Mientras tanto, recibe un abrazo

FRAY BENITO,OP
8 de julio de 2009 a las 18:45


NO APROVECHARAN LAS RIQUEZAS EN EL DÍA DE LA IRA... Proverbios 11,4
Las personas del primer mundo somos (solo por un momento) muy sensibles a la pobreza.Un programa de TV o unas fotos de niños desnutridos nos impresiona,nos conmueve. Los prebíteros en sus homilias intentan concienciar a los fieles del escandaloso desequilibrio entre el primer mundo el tercero. Si denunciamos el capitalismo feroz las ansias de riqueza puede que dejemos de tener "amigos", quiza nos persigan,por que son poderosos y se presentan enmascarados,no tienen rostro ni rasgos particulares,pero están en todas partes y todas las instituciones incluida la Iglesia.Jesús se revela como un hombre libre que no tiene miedo de nadie;ni de las autoridades,ni de los que tienen el poder.Por eso era visto como una persona subversiva por la autoridad,peligrosa para el orden establecido. Puede que nos ayude a reflexionar una noticia deportiva,un escarnio en tiempo de crisis." 90 millones de euros,15.000 millones de pesetas,costó la operación de escándalo que congregó a 80.000 ¿humanos? en las gradas del estadio Santiago Bernabéu para NO ver ningún partido de futbol,tan sólo un chou del circo mediático en que se han convertido los espectáculos "urbi et orbe" del deporte rey.Y eso para empezar,pues a partir de ahí,además,el sueldo de mesías madeirense Cristiano Ronaldo dos Santos Aveiro será del orden de un millón largo de euros al mes;36.000 euros,seis millones de pesetas al día.1.500 auros a la hora.Lo que vienen a ganar cien ptrofesores asociados de Universidad de los bien pagados.25 euros,4000 pesetas del ala al minuto;cada uno de los 1.440 minutos de las 24 horas"
No aprovecharan las riquezas el dia de la ira. Fray Benito,op

Prof. Dr. Manuel Sanchis i Marco
8 de julio de 2009 a las 19:49

Sí, es una vergüenza que 80.000 personas se reunan a ver a Ronaldo. Con todo lo peor no es eso, al fin y al cabo es una empresa privada (el real madrid) quien convoca a un acto público a quienes ejercicendo su "libertad2 se quieran congregar, lo obsceno es que el Telediario que pagamos todos con nuestor dinero de amplia cobertura en minutos mientras nuestro Presidente Camps está inculpado...¿ qué pasa nos toman a otdos por simios? ¿será este el cmabio de modelo que propugna el gobierno, menos créditos de CajaMadrid para las Univerisdades y más pan para el circo? "Panem et circenses"

Bernardo
9 de julio de 2009 a las 00:48

Coincido con la apreciación de Manuel Sanchis, hemos de acercarnos a otro modelo porque es imposible que este funcione sobre la base de la "maximización del interés propio", por eso creo que esta encíclica, que aún estoy estudiando, adolece de algo grave: olvida que el problema actual del mundo se llama capitalismo, no lo cita ni una sola vez, como si la simple suma de errores individuales o de egoísmos personales nos hubieran conducido a esta situación. No se trata de algo coyuntural o que afecte a decisiones privadas, es estructural y, quiéralo Dios, definitivo para un modelo agotado que ya ha hecho demasiado mal en el mundo. Lo extraño es que no seamos capaces de ver el elefante y nos paremos en el mosquito. No podemos seguir haciendo discursos moralistas sobre el ser humano, ahora se trata de hacer Política, con mayúsculas, al estilo de Platón o Aristóteles, pero Política.
Saludos cordiales y bienvenido al blog al profesor Sanchis.

arnadí médico
9 de julio de 2009 a las 02:09

Impresionante Encíclica en la linea de PabloVI, toca muchísimos temas y deja muy claro que el desarrollo sin amor nos lleva al fracaso social.
Me quedo en la mención a la tecnología dice el Papa¿ nos hace mejores o mas demócratas? Pues no, pero ha servido para tomar conciencia global de la pobreza o el hambre. Con la tecnología al igual que se avanza en los derechos de la mujer y por ende de la persona debemos de tomar conciencia de la pobreza de muchas naciones.¿ Nos preocupamos realmente como reparten la renta o nos da igual?
Hace falta como dice el Papa una restructuración de la ONU, creo prioritario la presión internacional mas enfocada al reparto de recursos que al tipo de régimen político, en muchos países es necesario sea dictadura o democracia una exigencia real internacional de las inversiones sociales o en infraestructuras en definitiva , como administran los bienes.
Por una mala gestión de recursos es por lo que hay hambruna, pobreza y mortalidad sobre todo infantil, la gestion del agua de alimentos y de vacunas y el desvío de capitales en beneficio solo de clases dirigentes o la mala utilización de los recursos donados por organismos internacionales es lo que tiene que remover las consciencias.
No podemos conformarnos solo con crear multinacionales de la pobreza y me refiero a algunas ONGDs que parecen creadas mas para el beneficio y apaciguadoras de conciencia, quizá sea un poco duro pero recordar que cada treinta segundos muere en África un niño por paludismo, el contraste con el mundo desarrollado es abismal.
Efectivamente sin amor, caridad no hay progreso

mayoría-con-voz
9 de julio de 2009 a las 09:09

Cabría esperar que la publicación de la encíclica, coincidiendo con la reunión del G8, llevara una condena explícita del capitalismo como intrínsecamente perverso, pecado estructural causante de las actuales desproporcionadas diferencias entre quienes acumulan capital y quienes son explotados por el. Y no es así: el capitalismo no es condenado como en su momento lo fue el marxismo. Quizá porque al situar las finanzas vaticanas, las inversiones de muchas órdenes religiosas, ante el espejo de la ética, no resistirían un blanco sobre-negro. En el fondo- y por sus fondos- el Vaticano está al lado del capitalismo que el G 8 intenta remendar. El G8 es la representación del capital cuyos excesos se les ha ido de las manos. Y el Vaticano les da un tirón de orejas. Pero no va más allá. Está bien recordar a Pablo VI y la Populorum Progressio. Pero los tiempos son otros. Como la economía. Y la justicia ,hoy, exige ser considerada como criterio socio-económico estructurante, no solo como virtud desde presupuestos escolásticos. Hoy se debería tener en cuenta soluciones nuevas, creativas, para este tiempo nuevo, que surgen desde movimientos sociales en países donde la pobreza es el capital, y el factor humano su inmensa riqueza. La encíclica puede acallar la mala conciencia de Occidente. No es de justicia, ni cristiano, seguir repartiendo-se los recursos entre unos pocos, los de siempre, en detrimento de los mínimos vitales de la mayoría, también los de siempre. Y sin Justicia no hay Paz. Ni Caridad. Ni Verdad. Saludos cordiales

leopoldo zea prado
21 de agosto de 2009 a las 00:59

ideas y mas ideas..... no veo nada que modifique en la acción el paradigma de la cultura del capital; no se ve; como siempre un compromiso real por parte de las iglesias a meter mano al origen de la desigualdad expresado en las relaciones sociales que la forma económica del trabajo expresa.
Y si este principio no es entendido como algo vital la visión de una economía de la gracia o de lo gratuito simplemente pasa a forma parte de una ética personal como algo optativo, fragmentado....y así su posibilidad verdadera mente transformadora queda oculta; porque a como yo la entiendo (economía de la gratuidad)dicha economía para ser eficaz tendría que regresar al valor y creación del trabajo colectivo no enajenan te, dejando a un lado la acumulacion de dinero y su principio del placer.
Claro que creo en una economía de la gratuidad como un principio de igualdad económica y social .... en donde los valores clásicos de PODER político y social se verían en peligro.
La estructura de una economía de la gratuidad ya esta planteada en una visión-micromicosmica y es en ese campo muy simple su practica y toca LAS RAICES de la autentica resistencia al cambio paradigmático: la acumulacion y adoración del dinero... "El dinero y dios no se llevan"
?auto suicidio¿ que va

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