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Dudas de fe en sentencia judicial
1 comentariosUna sentencia judicial argumenta con supuestas dudas sobre la fe de los padres para justificar la exclusión de los hijos de un colegio católico concertado. La historia es la siguiente: unos padres de familia han recurrido al juzgado para que se aumente el cupo de alumnos por aula y así sus hijos puedan entrar en el Colegio Portacaeli de Sevilla. Aquí hay un problema legal: la ley establece un número máximo de alumnos por aula y permite a los solicitantes de plaza escolar que marquen una segunda opción por si no puede atenderse la primera solicitud. Unas familias de Sevilla, al quedar excluidas de la primera petición, recurrieron al juzgado para que se ampliase el número de alumnos en las aulas.
El juez argumenta que, al ser la segunda opción un colegio público, eso plantea dudas sobre las convicciones católicas de los solicitantes. Me parece un razonamiento discutible y poco fundamentado. Puestos a sacar el tema “católico” el juez podría haber argumentado que con la segunda opción del colegio público no se daña la educación católica de los niños, porque el colegio público tiene obligación de impartir la clase de religión católica. Y quizás esta hubiera sido una buena ocasión para que los padres reclamasen que se impartiera con dignidad y altura. Más aún, podía haber dicho el juez, la educación católica no es solo ni principalmente asunto del colegio, sino sobre todo de la familia.
Los motivos por los que se solicita plaza en centros confesionales son variados. Unos buscan educación católica, otros la comodidad de la cercanía, otros se fijan en la calidad de la enseñanza. Aquí, como en otros aspectos de la vida, hay una amplia gama de grises. Pero me parece que deben quedar claras algunas cosas: la inoportunidad de un argumento judicial que plantea dudas sobre la fe del demandante; la necesaria clarificación, por parte de los padres, de los motivos por los que piden el ingreso en un colegio católico; y la urgencia, por parte de las familias católicas, de educar a sus hijos con el propio ejemplo y la madurez necesaria para que puedan afrontar las dificultades con las que, aún sin quererlo, se encontrará su fe.