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Dios, ¿pasivo, intervencionista o siempre presente?
8 comentariosDios pasivo: cual un genial relojero, crea el mundo como una máquina perfecta, que ahora marcha por sí misma, mientras él permanece allá en el cielo sin ningún tipo de presencia activa.
Dios intervencionista: está en el cielo, pero muy atento a lo que ocurre en la tierra, y actúa en ocasiones, con intervenciones milagrosas, movido por las oraciones de sus fieles, por la intercesión de los santos. Es el Dios de las rogativas para pedir la lluvia o de los milagros para curar una enfermedad; el Dios al que nuestras oraciones pretenden mover para que ayude a los pobres, acabe con el hambre o cambie el corazón y la mente de nuestros gobernantes. ¿No les parece que este tipo de Dios es el de muchas personas religiosas actuales?
Dios siempre presente: no interfiere en los procesos del mundo ni de la criatura, pero todo lo sostiene y a todo capacita para que actúe por sí mismo. Dios es el que hace ser, el siempre presente, más íntimo a nosotros que nuestra propia intimidad. Creyente es el que confía en que Dios conduce los acontecimientos sin anular la libertad humana, ni la marcha de la naturaleza.
¿Significa esto que la oración de petición no tiene sentido? Tiene sentido siempre que termine con un “hágase tu voluntad”, y nos ayude a cobrar conciencia de nuestra responsabilidad en lo que pedimos: pedir que Dios ayude a los pobres no es serio si yo no me comprometo en la lucha contra la pobreza. Y dado que el orante pide que se haga la voluntad de Dios, cuando los resultados de la oración no responden a lo deseado o solicitado, el verdadero creyente también ve allí realizada la voluntad de Dios y su presencia favorable.
Si sólo cuando las cosas van bien se apela a la presencia de Dios y al poder de la oración, para ser coherentes, cuando van mal habría que apelar a la ausencia de Dios y a la ineficacia de la oración. El que, aún sin ser consciente de ello opera con este presupuesto, no cree de verdad en Dios, sino en la buena suerte, la magia, el esoterismo y cosas similares. El Dios intervencionista es el de la magia y la buena suerte. El Dios siempre presente es el Dios silencioso que busca nuestro amor en toda circunstancia.