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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

22
Sep
2009

Dios no necesita nuestra oración

9 comentarios

A veces tengo la impresión de que algunas personas religiosas no se acaban de enterar de lo que dice la liturgia, en definitiva, del contenido de las palabras con las que rezan. Quizás sea porque se lee mal, quizás porque no se sabe escuchar, quizás porque se piensa que las palabras litúrgicas no importan, porque lo que importa es el supuesto o real espíritu del orante. Lo digo ante la sorpresa que me ha causado el asombro de una religiosa cuando le he hecho notar lo que dice uno de los prefacios de la Eucaristía, a saber, que “Dios no necesita de nuestra alabanza, ni nuestras bendiciones le enriquecen”, sino que más bien todo eso “nos sirve a nosotros de salvación”.

En claro: la oración a quien le hace bien no es a Dios, sino a nosotros. Dios no necesita que le expongamos nuestras necesidades, se las sabe mejor que nosotros mismos; no necesita de nuestro incienso o de nuestras alabanzas, vive perfectamente feliz sin ellas; no necesita de ningún acto reparador, está perfectamente sano. Somos nosotros los que necesitamos caer en la cuenta de lo que mucho que necesitamos de Dios. Aunque, desde otro punto de vista, Dios necesita de nuestra oración cuando esta es expresión de amor desinteresado y gratuito, porque los amantes (y Dios es el mejor de los amantes, el Amor de los amores) están a gusto escuchando al amado. La oración se convierte así en expresión de amistad, en coloquio de amor.

Tenemos que cambiar esa mentalidad mercantil con la que pensamos a Dios. Con él no hay ningún negocio que hacer: no le damos para que nos dé. Porque lo que le damos no vale nada ni para nada lo necesita. Es él quién nos está dando permanentemente la vida y todo lo que la vida conlleva. Nuestra tarea no es devolverle nada, sino darnos cuenta de su bondad y cantar un alegre himno de agradecimiento. Una vez más: este agradecimiento redunda en beneficio nuestro. Porque saber que el otro te cuida y te ama, te hace vivir de otra manera, con una mejor calidad de vida.

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Fray Benito,op
22 de septiembre de 2009 a las 17:53

La lectura y la meditación son momentos en los que el creyente está a la escucha de Dios que le habla en las Escrituras,pero tambien contemplando el mar, un atardecer,un pobre,un excluido,un enfermo que nadie a a visitar.....La oración es la respuesta que despierta en nosotros. Cuando leemos las Escrituras,escuchamos a Dios;cuando oramos le respondemos.
La oración es pues absolutamente necesaria para que se dé el diálogo entre el creyente y Dios.
La Palabra de Dios está pidiendo siempre una respuesta.Si ésta no se da faltará algo especial.
Quien desee alimentar su oración,no necesita desarrollar su imaginación ni inventar grandes discursos para dirigirse a Dios.Basta que escuchemos su Palabra y nos dejemos interpelar por ella.
Es necesario que la Palabra de Dios descienda de nuestra cabeza y del corazón a la vida concreta de cada día.Para mi es en esta vida concreta donde se puede verificar que el creyente ha escuchado a Dios. Fray Benito,op

Bernardo
23 de septiembre de 2009 a las 00:17

Esa misma experiencia la he tenido yo mismo con unas monjas. Cuando "informas" que Dios no necesita nuestra oración y que no hay que recordarle lo que necesitamos como si él no lo supiera o fuera un viejo tacaño que no quiere saltar la pana, entonces hay una especie de carcajada sorda, pero después vienen las preguntas, porque hemos sido educados en esa visión de Dios: cicatera y ruin.

orate-frates
23 de septiembre de 2009 a las 11:50

¿ Para cuando religiosas y monjas contemplativas podrán acceder en igualdad de condiciones a sacerdotes y religiosos a facultades de Teología ? Mientras esto no ocurra, o se acceda a formaciones teológicas light, religiosas -monjitas- responderán como la religiosa del post. Espiritualidades de siglos pasados que hablan de esclavitud- de María, Jesucristo; huevos a Sta Clara para que no llueva el día de la boda, mil y una reliquias y ex-votos. La demanda continua de que Dios actue en las mil cuitas diarias de cada cual.Lista de intenciones. ¿ Olvidamos que nos creó con libre albedrío para elegir cada día el Bien ?. La responsabilidad es nuestra, no cabe eso de ah, lo puse todo en manos de Dios....y si las cosas no salen como se pensaban...reclamaciones al de arriba. La libertad hay que ejercerla. Y siempre dar gracias al Eterno " porque es bueno porque es eterna su misericordia ", tanto que nos mantiene la Vida cada día. La verdadera oración es llegar a ser aquello que ya somos, dentro de la Creación, en el plan de Dios. Como si todo dependiera de nosotros, pero sabiendo que todo depende de Él.
De Dios, lo necesitamos todo: Es nuestro ser. Gracias Martín, despertador de conciencias. ¡ Ójala las religiosas y monjas contemplativas te escuchen. Quizá les vaya el futuro en ello. Porque si no hay muchos teólogos que les hablan de esta forma, comienzan a ser pasado. La espiritualidad y las mujeres en la Iglesia y en la sociedad - Ruah sigue soplando- van tomando otros rumbos. Saludos cordiales.

lola
23 de septiembre de 2009 a las 11:54

Tal vez hacemos lo que podemos, lo cual es mucho y es nada. Somos muy poca cosa y encima nos creemos algo.
A veces es dificil ver que el otro te cuida y te ama. Y nosotros no somos los que mejor lo demostramos.

Desiderio
23 de septiembre de 2009 a las 20:35

Supongo que el amor puro es aquel perfectamente gratuito, que no necesita en principio al ser amado más que por el hecho de querer amarle. Y entiendo que así es el amor de Dios hacia nosotros, pura gratuidad, puro don. Todo lo que somos se lo debemos a Él, y Él sabe mucho mejor que nosotros cómo somos. Siempre he entendido que la tarea de todo cristiano es un itinerario para salir de sí mismo y llegar a Él; es una tarea que supone sacudirnos todas nuestras ideas de lo que somos y de lo que Él es, un itinerario que consiste en llegar verdaderamente a Él y desde Él a nosotros, a nuestro verdadero yo, pues la persona humana sólo es completamente comprensible a la luz de Dios. Cada vez que rezamos, cada vez que oramos, cada vez que le alabamos,… son pequeños pasos que nos ayudan a descubrirle a Él, y en consecuencia a descubrirnos a nosotros mismos en nuestra más pura alteridad.

Maria Aurora
5 de marzo de 2021 a las 19:35

Excelente fray Martin las oraciones son para sentirnos bien nosotros. Dios es omnisciente, omnipotente. El todo lo sabe.

Guillermo:
23 de julio de 2024 a las 20:52

Me parece raro porque en muchas apariciones a Santos, Por ejemplo, Santa Margarita Alacoque (Sagrado Corazón de Jesús) o a Santa Faustina Kowalska (Divina Misericordia); Jesús pide nuestras oraciones. De hecho por ejemplo durante la coronilla a la Divina Misericordia; dónde Jesús enseñó y solicitó por medio de Santa Faustina que ofreciéramos las oraciones enseñadas por Él a Su Padre; a Quien está dirigida esa oración en particular.

Fernando López de Arce Cabanes
28 de julio de 2024 a las 20:01

Completamente de acuerdo con este comentario. Ojalá nos demos cuenta y así nos enriquezca Dios con su Amor...

Este.
29 de julio de 2024 a las 11:26

Dios no necesita nuestra oración porque lo sabe todo, como tampoco un maestro necesita la oración de los alumnos siendo el maestro el que tiene que enseñar, porque orar es evangelizar, es enseñar al que no sabe. Rezar es repetir palabras sin oficio ni beneficio para los oyentes. Por eso rezar no es para convencer a Dios ni a nadie con sentido espiritual, es para convencer a inocentes de que rezar es lo que manda Dios, pero en realidad solo beneficia a las autoridades que dicen que rezar es orar. Orar y adorar es lo mismo que amar, rezar es simple interés carnal.

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