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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

14
Sep
2009

Dios es la Verdad

11 comentarios

Para Tomás de Aquino la Verdad se escribe con mayúscula, porque se identifica con Dios mismo, realidad trascendente que siempre se escapa, que nunca podemos acaparar, ni explicar del todo. Esta Verdad sólo puede ser buscada y encontrada en fragmentos, a tientas. Cierto, en Jesucristo la Verdad inefable se nos ha dado a conocer. Pero precisamente porque se ha dado a conocer en una persona que se hizo uno de nosotros, la verdad sigue siendo una búsqueda, ya que la persona siempre está por descubrir, no es posible radiografiarla plenamente. El desnudo total sólo ofrece lo más superficial de una persona. Su realidad está siempre oculta. Tampoco aquí la verdad es algo poseído. Con Dios y su enviado Jesucristo siempre estamos en búsqueda. La pretensión de poseer plenamente a Dios parte del error de confundirlo con alguna de sus manifestaciones, o con alguna de sus expresiones, sea la Biblia, el Corán o el dogma. Esta confusión conduce al fundamentalismo y a la falta de respeto por la verdad.

Pascal decía que la verdad sin la caridad es un ídolo, algo aborrecible. No es este el caso del Dios de Jesús al que Tomás de Aquino califica de Verdad primera y última. A este Dios san Juan lo identifica con el Amor. A la luz de la revelación de Jesucristo la afirmación de Dios como Verdad nunca puede conducir a la intransigencia ni al fundamentalismo. Cuando Jesús afirma de sí mismo “Yo soy la Verdad” y se presenta como el perfecto revelador del Padre, nunca se impone, siempre deja libre a las personas. La Verdad que en Jesús se revela, termina siendo crucificada. Es una Verdad que siempre está avalada por la vida. La de Jesús es la verdad en el amor.

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Bernardo
14 de septiembre de 2009 a las 14:47

Nuy cierto que la verdad es tal en el amor, no sé si lo contrario podría afirmarse con esta rotundidad. Porque la mayor de las verdades, sin amor, se torna una doctrina o una escusa para imponer mi santa voluntad, que no tendrá nada de santa pero sí mucho de mía y ya se sabe que lo de uno es lo de uno. En fin, que es el amor el que modula al pensamiento y no viceversa porque Dios es Amor en primer y último lugar, y la verdad es esa que Dios es Amor. De esto podemos inferir que la búsqueda de la esencia de la verdad es la verdad de la esencia, es decir, la libertad en el amor, y no es un juego de palabras.

Saludos

olivo
14 de septiembre de 2009 a las 16:24

¡ Que magnifica reflexión M. Gelabert , hoy que la liturgia católica celebra la exhaltación de la Cruz! Profetas y sabios de todas las tradiciones religiosas y algunas filosóficas, nos han transmitido semillas de Verdad. Solo la Verdad revelada en Jesucristo es crucificada-glorificada. Y Con-mueve. Pone en movimiento hacia el otro, a quien se deja cristificar. La cruz, intersección horizontal - vertical, divino-humano. Y como Jesucristo, el cristiano ha –de- llegar -a –ser hendidura en la historia por la que la Verdad de D*s se A-moriza , se hace todo a todos. El cristiano debe llegar a ser aquello que ya es, y que como bien dices Martín, en esta orilla, siempre es un proceso dinámico, un ya pero todavía no. Un ir conociendo la Verdad, en sentido bíblico, que implica amar-La, dejándose amar. Y nos hace libres. Verdad-A-morizada Un cordial saludo.

lola
14 de septiembre de 2009 a las 18:12

Esta Verdad es un Misterio, y ademas siempre calla para defenderse a si mismo, y habla para defender al otro. Eso no deja de sorprenderme, ya que es lo contrario que solemos hacer nosotr5os, al menos yo y la mayoria, defendemos nuestra pobre verdad con uñas y dientes, y si es necesario aplastando y humillando al otro. Curioso, que diferencia de verdades,

FRAY BENITO,OP
14 de septiembre de 2009 a las 20:32

¡Santo tomás, dijo! ¡San Agustin, dijo! San Buenaventura,dijo! Y soltamos el correspondiente capítulo,pronfundo a más no poder.Se nos escucha con ateción,con interes y se piensa "cuanto sabe este fraile" ¿Luego de la conferencia,donde iremos a cenar? En su predicación Jesús hablaba de Él.Creo que nos da miedo de hablar de lo que pensamos,nos da miedo el que dirán ,si nos publicaran el libro o el artículo.¡Anunciamos que el problema del tercer mundo es falta de amor que va siempre unido a la verdad y la libertad!. El amor y la Verdad pueden ser chirriantes,pero también pueden ser sueves y mas dulces que nada.Jesús fue amor siempre,y en su vida se manifestó algunas veces brusco,duro incluso,y otras tierno y sensible.El amor es siempre la respuesta acertada,no se equivoca, por que el AMOR es Dios.fray Benito,op

Anónimo
14 de septiembre de 2009 a las 20:40

Querido Martín, me parece muy interesante que hayas abierto un diálogo sobre la VERDAD, y en particular sobre LA VERDAD EN DIOS. Ciertamente que la VERDAD como ser de Dios es un Misterio inalcanzable para el hombre. Cierto también que la VERDAD de Dios encarnada en Jesucristo es otro Misterio incomprensible en su totalidad para el hombre. Pero, aparte las especulaciones más o menos teóricas, lo importante es saber cómo el hombre puede encarnar, aunque sólo sea parcialmente, esa VERDAD, tanto la de Dios, como la de Jesucristo. Encarnar la VERDAD es vivir de acuerdo con ella. Y para ello lo primero es borrar de la vida la falsedad, la mentira, el engaño, la doble vida, el egoísmo en suma. Lamentablemente vivimos en un mundo de medias verdades, de intereses económicos y políticos no confesados, de una publicidad desorbitada de productos, de noticias… MENDACES, que conducen a la humanidad a vivir en la FALSEDAD. Tú conoces muy bien la confesión de Unamuno: “Mi religión es buscar la VERDAD en la vida, y establecer-fijar mi vida en la VERDAD”. Ánimo Martín.

Desiderio
15 de septiembre de 2009 a las 15:18

¡Qué cierto! Para el cristiano la verdad no es una doctrina cerrada que hay que conocer, es algo mucho más amplio que eso, es una Persona, es una Vida, es un Camino…, y en este sentido siempre tendremos que seguir aprendiendo para adherirnos a ese que para nosotros es Camino, Verdad y Vida. Es inútil confiar sólo en nuestras propias fuerzas, y así —enlazando con el post anterior— se ve sin ningún lugar a dudas lo que necesitamos a nuestro hermano para ir juntos de la mano en busca de Él.
Por otro lado, por el hecho de que la Verdad sea una Persona, yo entiendo que para que nosotros estemos en Ella, o por lo menos camino de Ella, se requiere una implicación de toda nuestra persona, no sólo de nuestra razón sino también y sobre todo de nuestra actuación: en el desempeño cotidiano de nuestro tiempo, en la atención al hermano, en el cuidado de aquello que nos rodea,… ¿Cómo vivo —cómo vivimos— ese día a día con nuestro entorno cercano?¿Intento crecer como persona tanto humana como espiritualmente? ¿Doy de mí todo lo que puedo dar? ¿Ve la gente a mi alrededor algo distinto a lo que se recibe del “mundo”? ¿Estaría Jesucristo satisfecho de mí? No podemos quedarnos únicamente con un conocer a Jesucristo, sino que debemos esforzarnos por ser nosotros mismo esa Verdad que es Él, de manera que en la medida de nuestras posibilidades esa Verdad se vaya dejando traslucir por cada uno de los poros de nuestra piel.

Keynes
15 de septiembre de 2009 a las 17:35

"Yo soy la verdad y la vida" y luego citamos a la patrística, lod Doctores y Santo Tomás. Bien. si fuesemos un poco m´ñás kantianos no añadiríamos aquello de "¡Sapere aude!" atrévete a pensar! y, en nuestro caso, ¡Atrévete a amar!. Keynes, des de el colomer.

Arnadi medico
16 de septiembre de 2009 a las 18:14

La Verdad un tema sobre el que me siento incapaz de comentar nada, pero escribo por el reto que supone.
Si hablamos de Verdad Suprema "Jesús verdad y vida" creo en El por mi fe, pero también por ser camino de felicidad, asi como verdad fenomenológica.
Siguiendo a Biswanger, es verdad el fenómeno, la luz del día y de la noche, es verdad mi existencia, el tiempo, la muerte, sin hacer juicios a priori como exige la fenomenológica.
Bueno para mi en Jesús se une la verdad de fe y el hecho fenomenológico o sea la verdad fenomenologica. La verdad es que estáis ahí para compartir gracias.

Bernardo
17 de septiembre de 2009 a las 00:28

Después de ver esto no puedo hablar de la verdad porque la verdad suena a maldición y blasfemia. Si queréis compartir conmigo el dolos podéis ver lo siguiente:
http://www.bbc.co.uk/worldservice/assets/images/2009/09/16/090916121149_climahaiti_283.jpg

Live for Africa
17 de septiembre de 2009 a las 12:38

El sufrimiento del inocente es uno de los grandes misterios, y una de las causas por las que a muchos les cuesta aceptar la existencia de Di*s. Pero Di*s nos creó libres. Somos nosotros los que no hacemos buen uso y reparto d elos recursos. De la hambruna de miles de millones de hermanos,somos todos nosotros, en mayor o menor medida los causantes. Por hacer un mal uso de los recursos y un mal cuidado de nuestro hábitat. Muestra cuan lejos estamos aún de germinar la Vida que hay en nosotros. Saludos

Valero
24 de julio de 2022 a las 08:22

Vivir en estado de búsqueda es lo que define al ser humano, es esa insatisfacción que nos define como especie porque sabemos, al contrario que el resto de criaturas, que la verdad se nos escapa y sin embargo nuestro ser se resiste a no alcanzarla. Dice San Agustín "estamos hechos para Dios, por eso sólo en Él hallará descanso nuestro corazón" Sólo cuando me abandono en Dios, mi alma descansa y se siente saciada y paradójicamente, es entonces cuando le busco con mayor afán y deseo.

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