Logo dominicosdominicos

Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

7
Jun
2008

Desconchados

4 comentarios

A veces me envían comentarios sobre lo que escribo en estos articulitos. Siempre es de agradecer que a uno le lean y más si lo que escribe sirve a otros para reflexionar, incluso para reflexionar sobre el desacuerdo con lo que se lee. Suelo decir a mis alumnos que no pretendo que piensen como yo, ni que repitan lo que digo en clase; pretendo que ellos se hagan su propio planteamiento sobre los temas sabiendo justificarlo. Una vez comencé un examen preguntando al alumno: ¿qué le ha parecido el tema de esta materia opcional? Respuesta: antes que nada quiero manifestarle que estoy en el más completo desacuerdo con el tratamiento que ha hecho del tema. Reacción mía: me parece muy bien; ahora usted hará dos cosas: una, resumirme el planteamiento que he hecho yo del tema, dándome las razones del desacuerdo; y dos, exponer su planteamiento del asunto de forma justificada; seguramente yo no estaré de acuerdo, pero si me lo justifica bien, le pondré un diez. Lamentablemente, tras intentar el alumno resumir lo que yo había dicho en clase, tuve que decirle: lo lamento, usted no ha entendido nada; yo no me reconozco en lo que usted me atribuye.

Todo esto porque pensaba contarles una de las reacciones que he recibido sobre el anterior post. Pero en este caso no para manifestarme ningún desacuerdo, sino todo lo contrario. Mi corresponsal casi podría haberlo incluido como comentario, pero dados los filtros la gente no acaba de animarse a filtrarse. Así que lo copio para general conocimiento: “Lo que me parece más triste Martín es que la Iglesia no se pueda entender como una casa, como una familia, donde si uno ve un desconcho lo dice para que no se nos caiga el muro y poner remedio. Porque si no se arregla se nos puede caer el muro, como ha pasado con la pederastia en Estados Unidos, que hemos tenido que llamar al albañil (el Papa) para que vaya a solucionarlo porque no se atrevía la familia de allí a ver que había un desconchón. Pero el muro se cayó y ahora se nota que se cayó. Que triste que muchas veces no se pueda hablar en la Iglesia de los desconchones que tiene”.

Posterior Anterior


Hay 4 comentarios, comparte el tuyo

En caso de duda, puede consultar las normas sobre comentarios.

Aviso: los comentarios no se publican en el momento. Para evitar abusos, los comentarios sólo son publicados cuando lo autorizan los administradores. Por este motivo, tu comentario puede tardar algún tiempo en aparecer.

Cancelar repuesta


marcelino
7 de junio de 2008 a las 13:31

Es verdad P Martin, la Iglesia tiene muchos desconchados, pero yo no puedo arreglarlos, tal vez debemos mirarnos, cada uno a ai mismos, y ver lo que tiene al y arreglarlo, eso si se puede. Como el alumno, decia que estaba en desacuerdo y lo que le pasaba es que no tenia ni idea. Cuantas veces nosotros hablamos asi, sin saber, y cuanto daño hacemos a los demas. procuremos convertirnos nosotros, l primero. Ver nuestra viga no la mota del otro.
Gracias por ayudarnoos a ello

Makarios
7 de junio de 2008 a las 16:01

Pues tiene razón el corresponsal: el silencio de aquel que ve un problema, un desconchón, y no lo pone en evidencia, le hace cómplice y coautor del mismo. Esto, para mi, no tiene duda.
Cierto también, como dice Marcelino un poco más arriba que tendemos quitar a puñetazos la mota del ojo ajeno y estamos con nuestra viga bien asentada en el nuestro.
Bien, ambas cosas son ciertas, ambos tiene razón, pero ambos solamente la tienen de forma parcial.
Si veo la mota de polvo en mi hermano, debo avisarle y ayudarle a quitarla. La viga en mi propio ojo necesita de la ayuda del hermano para eliminarla. ¿Qué ventaja tendrá mi hermano si, con la excusa de mi viga no le ayudo a quitar su mota? Yo seguiré con mi viga, que tal vez no advierto, y el irá perdiendo vista por su mota que -como pasa con los ceniceros si cae una colilla fuera y no se quita que se empiezan a amontonar más alrededor- irá creciendo (la mota) y terminará con la vista dañada.
Que duda cabe: necesito ponerme yo en orden y habrá algo malo menos en el mundo, pero si vivimos en una comunidad de hijos de Dios, tendré la obligación de velar por la salud de mi hermano, aunque yo esté también enfermo.
Seguramente mi razón también es parcial. No tengo capacidad para tenerla toda, pero cuando en la playa me entra una arenilla en el ojo, bendigo a quien me la saque, aunque sea tuerto y con muchas dioptrías en el ojos sano.
Un abrazo.

Bernhar
8 de junio de 2008 a las 00:48

Yo no sé si son desconchones o es que esto ya amenaza ruina. En la casa del pueblo de mis suegros salieron unos desconchones enormes en la parte baja de la pared. Era la humedad, se acordó retirar y poner más yeso. Duró un año más. Hubo que volver a picar, retirar las humedades y poner un producto especial contra humedades. Duró tres años. Al cabo hay que tirar todo si se quiere tener una casa en condiciones. Porque el que no edifica sobre piedra ya se sabe. Y la piedra sobre la que no hemos edificado es la única válida. A buen entendedor...
Saludos Martín.

Joaquo
8 de junio de 2008 a las 18:59

P. Martín, leo con mucho agrado sus "articulitos", y esta vez ha logrado arrancarme un comentario, no sé si para "manifestarle que estoy en el más completo desacuerdo". Y voy a tratar de justificarme, no vaya a ser que me ponga un cero...

No soy docente (más que ocasionalmente), y hace veinte años que dejé atrás la Universidad. Ahora veo con mejor perspectiva todos los enredos que entonces se me hacían un mundo. Pero nunca en la facultad, que recuerde, me hicieron una pregunta de ese tenor: "¿qué le ha parecido el tema de esta materia?". Un joven estudiante, un párvulo, ¿se encuentra en condiciones de discernir y opinar sobre el tema impartido por un maestro? Es cierto que el estudiante debe ejercitarse en la estimativa, en el juicio crítico, pero valorar un enfoque requiere conocer por extenso los enfoques y tratamientos alternativos de la literatura científica, algo que sólo está en la mano de los maestros, después de muchos años de estudio. Una pregunta así, para un joven que se inicia en los estudios (aunque los esté concluyendo) parece desmedida.

Logo dominicos dominicos