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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

24
Nov
2016

Culpar a los de dentro en vez de felicitarles

9 comentarios

Estoy convencido de que la actual crisis vocacional no se debe a razones religiosas, sino a razones sociales y culturales. Lo digo, porque se encuentra uno con gente que considera que la prueba de lo mal que está la vida religiosa es el número de sus miembros: son pocos y, se añade a veces: además viejos (como si tener años fuera algo malo). La causa del ser pocos parece que está en los pocos que somos. No es un juego de palabras, ni una adivinanza: se culpa a los pocos que somos de que seamos pocos. A mi me parece que lo normal sería felicitar a los pocos que somos por mantenernos fieles y por seguir adelante con nuestra vocación y nuestras misiones, a pesar de las dificultades con las que, a veces nos encontramos.

Siempre se puede decir que los pocos que somos, somos muy malos y esa es la causa de que no vengan más. Lo primero que habría que demostrar es que somos malos. Y, lo segundo, y más importante, es que tras esta observación late el presupuesto de que antes eran muchos porque eran buenos. El que así piensa no está bien informado de cómo era antaño la vida en los monasterios y conventos. Y al no estar bien informado, imagina lo que no había y desconoce lo que había. La proyección de nuestros deseos en el pasado nos hace pensar falsamente que cualquier tiempo pasado fue mejor. Probablemente la mayoría de los tiempos pasados fueron peores. Y si antaño había más monjas y frailes que hogaño era presumiblemente por razones sociales.

Las sombras que hoy aparecen también existían en el pasado. Pongo un ejemplo de mi propia casa. Sería interesante realizar una lectura de lo que se esconde detrás de algunos relatos de Constantino de Orvieto o de Humberto de Romans sobre frailes que abandonaban a santo Domingo o sobre las reprensiones e incluso los castigos que infligía a los frailes, según algunos testigos del proceso de canonización; o las quejas de Jordán de Sajonia por los superiores que no se preocupan por el estudio de los frailes. Otro ejemplo, éste de un pasado más remoto: En una de sus homilías Gregorio Magno dice que sobran sacerdotes; lo que falta son sacerdotes que cumplan con su ministerio de predicar; igualmente, dice Gregorio, sobran candidatos al episcopado, pero cuando llegan abandonan las obligaciones de este ministerio.

Lo importante no es cuántos somos, sino cómo somos y si somos felices con lo que somos. Además, las cosas buenas siempre son para pocos. Los números no garantizan nada. Cuando se dice que los números hablan hay que preguntarse con qué otros números se los compara. Jesús dijo bien claro que la mies era abundante y los trabajadores pocos. De ahí no concluyó que hubiera que trabajar el doble. Añadió que había que rezar al dueño de la mies para que enviase trabajadores a su mies. Lo que no dijo es el número de trabajadores que con esa oración iban a llegar. Pienso que el dueño de la mies siempre envía los trabajadores necesarios para cada circunstancia histórica.

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rafa
25 de noviembre de 2016 a las 10:55

Muy buenas, fray Martín; tengo que decir, con humildad, que no estoy de acuerdo con que los números no dicen nada, pero voy a dar algunos datos que ofrezco a mis amigos y allegados cada vez que se me presenta la ocasión: es cierto que ahora hay más calidad que cantidad de personas consagradas como también es verdad que sube la audiencia de Telecinco, la del fútbol, la de los toros, el consumo de alcohol, de drogas, y siguen ganando las elecciones los corruptos y los banqueros junto al IBEX 35.

feliciano lópez robles
25 de noviembre de 2016 a las 17:31

Por razones sociales y culturales a Dios se le abandona muchas veces.- No debemos olvidar que en la Iglesia (Pueblo de Dios), ha existido siempre un resto, resto que permanece hasta el fin de los tiempos.- Yo entiendo que la Iglesia se ha purificado a partir del Concilio Vaticano II, purificado en el sentido de la secularización.- En otra épocas muchas gente se refugiaba a la sombra de la Iglesia, ésto no quiere decir que hoy no siga ocurriendo, pero me parece que la cosa hoy se encara de forma diferente.- El hombre ha tropezado siempre y lo seguirá haciendo mientras exista.- En la Iglesia siempre habrá trigo y cizaña, lo importante es que los que están sepan porque están.- Donde hay luz siempre aparecen sombras,la luz alumbra más que las sombras.- Necesitamos ser de verdad lo que somos.-

Joaquín
25 de noviembre de 2016 a las 18:55

Hay que felicitar a los que están dentro. Hoy, lo social es lo que va marcando la pauta. si en tiempos atrás los conventos estaban llenos de religiosos y seminaristas era por las opciones que ofrecía la sociedad. Pero también hay que ser consciente que eso ha hecho mucho daño a la Iglesia: Muchos, no estaban por vocación, sino por opción. De allí que hubierón y hay muchos escandalos de parte de los clérigos. Así, como te encuentras a clérigos, religiosos alegres que hay que quitarse el sombrero, también los hay que es mejor salir huyendo porque ni ellos mismos se aguantan. Lamentablemente, por uno malo, ese malo opaca a todos los buenos que están con él. Entonces, creo que lo importante es como se viva la vocación. Aqui vale lo que dicen: "las palabras convencen, pero el testimonio arrastra".

Anónimo
26 de noviembre de 2016 a las 08:29

La opción de vida consagrada en el siglo XXI debería aportar respuestas a las cuestiones planteadas en este tiempo, más allá de una fosilización de épocas anteriores , fruto del temor.

La vida consagrada, como todo en la vida, nace respondiendo a una necesidad eclesial, tiene época de esplendor, y con el tiempo da paso a otras más acordes con el tiempo nuevo. Unas por decadencia, o simplemente deja de existir la necesidad por la que surgió. Otras llegan. Hoy asistimos a la incorporación de laicos asociados a la misión de determinadas órdenes religiosas, con pleno reconocimiento de su vocación consagrada. La vida contemplativa traspasa muros y clausuras monásticas, y se encarna, manteniendo la sabiduría contemplativa y patrística, en pequeñas comunidades, en la vida anacoreta y eremita.

Despiertos, en pié ante el Hijo del Hombre, como sugiere el evangelio de hoy. Allá donde somos llamados

Felicidades y gracias P. Gelabert. Su perseverancia,interpela y cuestiona.Comprmiso a fuego lento, como las cosas buenas de la Vida

JM Valderas
26 de noviembre de 2016 a las 12:17

Fray Martin las críticas y los reproches, injustos sin duda, reflejan, sin embargo, una sentimiento de desnudez y desamparo, expresado de muchas formas, tantas cuantas son las razones de esos sentimientos. A veces es un acto de denuncia; por ejemplo, aquí en Cataluña la pederastia y el comportamiento de un par de monjas autodenominadas contemplativas. Pero lo segundo eso es anecdótico, pese a que el malestar que provocan es fácilmente descriptible con sus necedades por bandera.
La frustración a que me refiero tiene un poso doctrinal. No existe orientación clara. No se responde a los retos planteados con argumentos. Porque lo principal es la fe, virtud teologal, Y los contenidos de esa fe. Y la enseñanza de los contenidos hace agua por todas partes. Por decirle un caso. Estoy leyendo The Big Picture, de Sean Carroll. Aunque más comedido, podemos inscribirlo en los ateos intelectuales, sólidamente intelectuales, del grupo de Weinberg, Dawkins, Hitchens o Harris. El libro es pura dinamita que diría un castizo. Los comentarios incendian los blogs. Han aparecido reseñas en las principales revistas. Ni una argumentación seriamente hilvanada en contra. Antaño, la respuesta vendría de determinadas órdenes religiosas. No quiero ponerle en un brete y no le pregunto a cuántos teólogos ha oído hablar del libro.
Cuando falta esa luz, el resquemor, injusto cierto, se muestra como se muestra. No es a veces, aunque lo parezca, lo signos externos lo que inquieta a algunos (hábito o no hábito, misa coram populo o ad orientem, etcétera). Es la pobreza doctrinal que no puede alimentar la fe.

Anónimo
26 de noviembre de 2016 a las 20:21


E. Turú,Superior general de los maristas, en RD:

“ Hoy ya no nos sirve reformar la vida consagrada sino más bien formatearla de nuevo”, citando a M.D. Semerano

"Nuestro desafío no es la de defendernos del mundo, sino de habitarlo. Necesitamos más valentía. No nos podemos dejar paralizar por los peligros, sino dinamizar -como en el pasado hicieron nuestros padres- desde las llamadas de la historia, buscando un difícil equilibrio entre lo que ya hemos probado y lo que no hemos probado todavía, aceptando movernos, de buen gusto, con fino discernimiento, entre provisionalidad, experimentación y autenticidad, con valentía y audacia"

Papa Francisco al Simposio economía de Congregación para Institutos de Vida Consagrada y Sociedad de Vida apostólica- RD:

"¿Cuántos consagrados todavía piensan hoy que las leyes de la economía son independientes de cualquier consideración ética?"

"¿Cuántas veces la valoración de la transformación de una obra o la venta de un inmueble se ve solo sobre la base de un análisis de los costes-beneficios y del valor del mercado? ¡Que Dios nos libre del espíritu del funcionalismo y de caer en la trampa de la avaricia!"

Anónimo
27 de noviembre de 2016 a las 10:19

Vida Religiosa ante nuevos retos. Confianza y espera creativa.

“La vida consagrada experimenta en este siglo una llamada explícita a trabajar la resiliencia como respuesta creativa a la dificultad. El paso de una estructura fuerte, a una realidad objetiva de debilidad, no solo invita a una adecuación y reorganización de formas y estilos, sino a una auténtica resiliencia como estilo e impronta de confianza en una verdad que sustenta los valores de los consagrados, más allá de una sensación de esterilidad."

https://vidareligiosa.es/nuevo-numero-monografico-de-vr-6/

Fr. Martín, con su permiso,dejo esta reseña, en línea de su post, por si pudiera interesar a sus lectores. Felicidades por este espacio de reslexión

Predicador en el desierto
28 de noviembre de 2016 a las 12:53

Me parece muy bien felicitar, animar y consolar a los que están dentro.
Perfectamente aplicable a esos curas que se pasan las misas recriminando y regañando... a los que están en misa!!! Que, por cierto, somos pocos, cada vez seremos menos. La iglesia se ha ocupado de ir excluyendo sigilosamente a los que molestaban: estudiantes, curas obreros, intelectuales, y al final, lo van a conseguir algunos próceres obispos, .. las mujeres.
Quedaran los ancianos
Resistir o morin.

anónimo
4 de diciembre de 2016 a las 10:11

Es cierto que ha habido una purga o purificación en la vida consagrada a partir del Concilio VaticanoII.Según leo se han marchado los peores,los que no tenían realmente vocación.Sin embargo hay otros testimonios, muy válidos también, que dicen lo contrario: se han marchado los mejores y se han quedado los temerosos e incapaces de toda audacia.

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