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Corrida de toros, ¿catequesis católica?
9 comentariosUn comentarista del blog me ha hecho prestar atención a un artículo reciente publicado en ABC, “en defensa de los toros”. Llama la atención la relación que el periodista hace entre “ser católico” y “disfrutar plenamente de la fiesta de los toros” o, por el contrario, “ser católico del revés” y “anhelar su prohibición”. En este blog puede leerse mi respuesta a la intervención del amable lector, en la que me ratifico tras conocer el artículo: Me parece un planteamiento inadecuado, y un querer llevar el agua a un molino supuestamente católico en el que caben muchas aguas, pero en la que el agua de los toros no es la que mejor le conviene al molino.
El articulista hace consideraciones, al menos sorprendentes. Por ejemplo, que las corridas de toros serían una catequesis de la religión católica, que afronta la muerte “con gallardía, porque cree en la resurrección de la carne” y por eso, puede tomar a la muerte “muy en broma”. Bueno, bueno, bueno. Yo, como católico, prefiero no bromear con la muerte y no la afronto con gallardía, sino con una mezcla de temor y esperanza.
Este artículo es una muestra de la apropiación de “lo católico” y de la manía que tienen algunos de repartir certificados de “buen católico”. Lo peor de esas apropiaciones y de este reparto de certificados es la descalificación de los que no comulgan con la política o los gustos que subyacen en los apropiadores. En la Iglesia cabemos todos y es importante que nos respetemos todos. Caben los aficionados a los toros y los que prefieren ver suprimido ese espectáculo, los que juegan a la lotería y los que preferirían destinar ese dinero a obras de caridad, los partidarios de una mayor autonomía política y los defensores de una España más uniforme, los que votan a opciones políticas de derechas o de izquierdas; caben incluso los que no están de acuerdo con determinadas líneas pastorales de algún obispo.
El que identifica el ser católico con un determinado voto manifiesta que, para él, la política es más importante que el ser cristiano. Por si acaso aclaro que no pretendo aplicar una consideración similar al que piensa que solo un buen católico puede disfrutar de los toros.