Jun
Contento de ser como soy
6 comentarios¿Se acuerdan de Cristina Kaufmann? Sí, esa monja carmelita de Mataró, que un día fue entrevistada por Mercedes Milá en la única televisión de entonces y ante la pregunta de la periodista sobre qué era eso de rezar y para qué servía, la monja se puso a rezar ante las cámaras provocando un aluvión de llamadas que solicitaban la repetición del momento. Pues bien, en una entrevista poco conocida grabada meses antes de su muerte, Cristina Kaufmann ofrece esta sorprendente definición de creer: “Creer es estar contento de ser como soy. Y saber, de alguna manera, que mi vida no es inútil, que hay alguien a quien le agrada que yo viva”.
Creer es estar contento de ser como soy y de ser quien soy. O sea, creer es aceptarme. Cosa nada fácil en esta sociedad en la que abundan las personas disgustadas consigo mismas, esta sociedad en la que hay mucha gente que desea ser “otra” u “otro”, porque constantemente nos están bombardeando con modelos que distan mucho de ser lo que somos. Importa, pues, ayudar a reconciliar a las personas con el ser que ellas son. Y vivir agradecidos por ello. Cada vida humana es un milagro matemático, una lotería de miles de millones de números en la que sólo hay una posibilidad de ser quien soy. Si mis padres me hubieran engendrado cinco minutos después, si por el motivo que fuese se hubiera retrasado el momento, yo no existiría. Soy el que soy y como soy porque ocurrieron una concatenación de circunstancias humanas y biológicas que se dieron en un determinado momento y que son irrepetibles. ¿Por qué soy así? Sólo puedo ser así y no de otra manera. O así o de ningún modo. Y la vida vale por sí misma. Debería estar agradecido a mis padres, tantas veces abandonados, criticados, no aceptados, sencillamente por ser, por ese regalo que vale por sí mismo. Si no estoy satisfecho de ser quien soy, difícilmente podré reconciliarme con mis orígenes humanos y con ese origen más profundo de mi vida que es Dios.