Abr
Conocer al enemigo
2 comentariosEn uno de estos lugares de cuyo nombre no quiero acordarme, que pretenden ser muy católicos, (no sé si saben que católico significa universal y eso requiere apertura mental), en uno de esos lugares, digo, hace ya unos días, se habló de forma inexacta y distorsionada, de una iniciativa promovida por un colectivo dominicano sensible a los temas de justicia, paz y opción por los pobres. Uno de los habitantes del lugar en cuestión confesó haber entrado en la página del colectivo dominicano “para conocer al enemigo”. Ni más ni menos.
No sé qué entienden algunos por enemigo ni tampoco como entienden eso de ser cristiano y amar al enemigo. Aunque sería interesante que nos lo explicaran. Pero sí aprovecho la oportunidad para hacer alguna distinción a propósito del amor al enemigo. Una cosa es ser enemigo y otra tener enemigos. Un cristiano no puede ser enemigo de nadie. Porque está llamado al amor. Otra cosa es tener enemigos. El cristiano no quiere tenerlos. Busca no tenerlos. Pero, a veces, se ve obligado a sufrir el tenerlos. Jesús no era enemigo de nadie, pero tenía unos enemigos tales que terminaron por quitarle la vida.
Lo que realmente resulta incomprensible es que uno se considere cristiano y califique de enemigos a otros cristianos con los que no está de acuerdo. Al hacerlo ha perdido todos los papeles evangélicos. Con un hermano en la fe se puede estar en desacuerdo. Y expresar este desacuerdo desde el respeto, la verdad y el razonamiento. Esto es un mínimo. Si se quiere ir un poco más allá habrá que buscar aquellos puntos en los que se está de acuerdo y alegrarse por ellos. En el caso de dos cristianos seguro que esos puntos de acuerdo son mucho más importantes que aquellos con los que se está en desacuerdo.