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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

2
Ago
2014

Con los jóvenes: confianza y cercanía

7 comentarios

¿Es posible ofrecer algunas características sobre la religiosidad de los jóvenes de hoy? No de forma genérica ¿Los jóvenes de hoy son más religiosos que los de antaño? Es dudoso. Cuando se trata de temas religiosos, las reacciones son siempre muy personales. Las religiones transmiten ritos, costumbres, doctrinas, modos de pensar y de juzgar. Pero en la fe cristiana, lo fundamental no son los ritos o doctrinas, sino el encuentro personal con el Señor Jesús. Y en esas cuestiones de encuentro, cada uno es “muy suyo” y reacciona de distinta manera.

Además, el encuentro con el Señor Jesús es distinto de los habituales encuentros humanos, ya que se trata del encuentro con una persona que, si bien está muy presente en nuestro mundo, no está ya en el mundo como lo estamos las otras personas. Por este motivo, en el encuentro con Jesús resucitado la mediación del presentador es fundamental. Y el presentador es la Iglesia. De ahí que la pregunta que debemos hacernos como miembros de la Iglesia es: ¿cómo presentar la fe cristiana, cómo anunciar el Evangelio de Jesús, a los jóvenes de hoy?

No hay recetas, pero sí hay algunas premisas que facilitan la transmisión de la fe. En primer lugar, hay que tener confianza en los jóvenes. Sin esa confianza, es muy difícil que ellos puedan aceptar lo que les decimos y proponemos. Cuando me acerco a un joven, me encuentro con alguien con ideas y costumbres distintas a las mías. Debo empezar por respetarlas. Porque la fe es capaz de entrar en comunión con todas las costumbres y mentalidades, antiguas y recientes.

En segundo lugar, hoy es más necesario que en otras épocas acercarnos a los jóvenes. Ir dónde ellos están. Si ellos no se acercan a la Iglesia, será la Iglesia la que tenga que acercarse a ellos. Acercarse significa saber qué cosas son las que espontáneamente atraen a los jóvenes. En ocasiones, antes de proponerles un acto religioso, habrá que preguntar por sus intereses. Y siempre habrá que estar atento a sus necesidades. Si se trata de jóvenes que buscan trabajo desesperadamente, tenemos que empezar por solidarizarnos con ellos en esta búsqueda de trabajo.

Como dice el libro de los salmos “fui joven, ya soy viejo”. Pero cuando yo era joven, ya notaba que mucha gente nos halagaba y nos decían que éramos el futuro y la esperanza de la Iglesia y de la sociedad. Y con esas llamadas al futuro, trataban de apagar nuestra rebeldía presente. Sin duda los jóvenes, como cualquier persona, necesitan esperanza. Pero también necesitan presente. Necesitan razones para esperar, pero también razones para vivir. Para vivir hoy, aquí y ahora. Para sentirse felices hoy. Hay que hablarles del mañana, pero sobre todo responder a sus necesidades actuales. Y ellos, lo sepan o no, como todo ser humano, necesitan a Jesucristo. Por eso, el modo de presentar a Jesucristo deberá tener en cuenta su situación actual, su modo de ser, de pensar, de vivir. Eso requiere escucharles, acercarse a ellos, confiar en ellos.

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Juan
3 de agosto de 2014 a las 00:18

Hace unos días visitaba yo a los dominicos de san Pablo de Palencia acompañado de un familiar joven poco religioso. Unos frailes nos invitaron a la misa de ocho en el convento de las dominicas de clausura. El celebrante, altamente inspirado, impresiono a mi acompañante de tal forma que me solicito visitar a los dominicos de Valladolid y Salamanca. Al final del viaje, se intereso por informarse acerca de los dominicos.. Creo que los jóvenes están hambrientos de litúrgicas serias y buenos ejemplos de los mayores.

Vicente Espert
3 de agosto de 2014 a las 01:45

Probablemente, la diferencia con otras épocas es la falta de referentes o modelos morales, que son sustituidos por personajes de farándula o deportivos. Existe una mayor necesidad de acercarse a los jóvenes, pero estos están más lejos que nunca de la Iglesia (opinión personal). La aparición de referentes como el Papa Francisco, y otros similares aunque menos potentes, es una buena forma de acercar la Iglesia a los jóvenes.

NOTA: Muy triste la selección de personalidades que asistieron a la coronación de Felipe VI: José Mota y otros del estilo (con todos mis respetos). Eché en falta representantes de más altos valores morales y sociales como asociaciones de discapacitados, benéficas, premios de la cultura, investigadores científicos, etc.

Piedad
3 de agosto de 2014 a las 02:10

Como presentar el Evangelio a los jovenes de hoy?
Con genuinidad, esto es sin querer hacer decir al evangelio lo que yo pienso que dice, sino lo que realmente dice.
"Perder el tiempo" con los jovenes, es fundamental, sentarse a su lado, charlar con ellos, conversar de las cosas qe a ellos les interesa, ... ayuda mucho. En mi poca experiencia de trabajo con ellos (unos 18 años mas o menos) he apendido mucho de ellos, para llegar a ellos no se puede ir sabiendolo todo, ellos tienen mucho para ofrecer. He descubierto que son muy sensibles al mensaje del Evangelio y buscan un encuentro personal con Jeus. Y cuando se encuentran con Jesus su vida cobra otro snetido. En la busqueda de Jesus se difencian muy poco, aunque sean de continentes diferentes, lo que si debe variar es nuestra manera de aproximarnos y de presentar el evangelio. a unos por naturaleza les gusta mucho el estudio e la relflexion es um buen campo para explotar, a otros les ayudan los ritos religiosos y liturgicos, por que vamos a menospreciar; a otros les va mas una caminata o perigrinación acompañemosles.... Por eso en la programación de pastoral juvenil se han de terner encuenta todos estos campos.
A manera de ejemplo hoy nos preparamos para mañana salir con un grupo de jovenes a compartir com otras parroquias las experiencias de apostolado de Infancia y Adolescencia Misionera. Todos muy entusiamados participan en los preparativos son estos tiempos informales los que mas nos integran con ellos. Estoy totalmente de acuerdo que hay escucharles, acercarse a ellos, e confiar en ellos.

Antonio López Sernández
3 de agosto de 2014 a las 11:35

Si miramos a nuestro alrededor en una celebración eucarística, ¡qué pocos jóvenes vemos! En la calle se observa un ir y venir de jóvenes, especialmente ahora en los días vacacionales. En todas partes vemos a jóvenes, y no tan jóvenes, con sus móviles, tablets... Se impone ir a ellos con sus mismos medios. Ir a su encuentro y ofrecerles algo: sentido de la existencia, ilusión por la vida coherente, darles esperanza. Usemos sus medios, introduciéndonos en su mundo, en sus intereses, en su trabajo (o interesarse por que lo encuentren), en su problemática... Para ello en interesante asumir y utilizar las nuevas tecnologías, y... acompañarlos en sus ilusiones haciéndolas actuales, vivas, ricas en sentido... Y siempre, bajo la mirada de un Cristo que vino a buscar la oveja perdida.

Pa atrás
3 de agosto de 2014 a las 17:02

No creo que resulte atractivo hoy para los jóvenes oír a ciertos oradores y teólogos que escriben bien y piensan mucho, pero desde el ambos: son infumables!
Acercarse y acompañar sin imponer es el punto de partida! Se les ha dejado demasiado a su aire, y no encuentran ahora su sitio en esta iglesia que quiere decir guay y hace retro.
Les hemos tirado atrás, y es duro recuperarlos!
Que cada cual se examiné, y obre en conciencia!

Alejandro Viqueira
4 de agosto de 2014 a las 18:54

Estoy muy de acuerdo con usted, padre, a la juventud hay que comprenderla, animarla, darle un incentivo, porque como ley de la vida, la juventud es el futuro de todo, es el relevo de nosotros mismo en la vida cotidiana y en la vida religiosa, por eso somos nosotros los responsable de su preparación, de su interés por la vida de la comunidad en la iglesia, ahora como llegar a las nuevas generaciones, bueno pienso que evangelizando, con mucha modestia, enseñando el buen camino pero con la biblia en la mano. en el tiempo en que estamos viviendo en Cuba, ha sobresalido la religiosidad popular principalmente las creencias yorubas, esto es lo que está de moda, por eso debemos de salir de las iglesias hacia la comunidad para rescatar a esa juventud que está ávida de amor de protección en fin del amor a Dios.

mar
5 de agosto de 2014 a las 20:16

Asistimos en nuestros días a una exigencia de disfrutar de manera inmediata de aquello que se percibe como acrecentador del Yo...placer, confor, bienestar. La inquietud por los demas desaparece, se atrofia nuestra conciencia por la ganga del egoísmo.
Se trata de una practica perversa en total contradicción con todo lo que podemos saber del Dios que lleva a cuestas a sus hijos y que convoca a cada uno a ser guardián de su hermano
(Gén 4,9).
Busquemos un espacio para albergar la solicitud y la preocupación por los otros.
Gracias Fray Martin y feliz verano

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