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Con confesión individual
2 comentariosQue el rito más adecuado para celebrar el sacramento de la reconciliación sea el comunitario, no quita para nada la necesidad del momento individual de la confesión de los pecados. En nuestra sociedad secularizada se han puesto de moda las confesiones públicas de los grandes pecados privados. En la televisión y en las revistas del corazón una serie de pseudo-personajes cuentan sus fantasías más eróticas, sus infidelidades matrimoniales o sus aventuras extraconyugales. En cambio, este momento personal y hasta escondido del sacramento de la Reconciliación puede ser el paso decisivo hacia la curación. Porque este sacramento no pretende solamente poner de manifiesto los errores y los pecados, sino también sanarlos y transformarlos. La confesión individual responde así no solo a una necesidad psicológica y antropológica (la de sentirse acogido, comprendido y perdonado), sino también teológica: ahí se garantiza la seriedad del arrepentimiento, pues a solas nadie se engaña, y menos aún en presencia de Cristo, que sacramentalmente se nos hace presente.
En las confesiones públicas de los programas televisivos, todos tratan de disculparse y de culpabilizar a la otra parte. En nuestra sociedad hay una tendencia a negar, reprimir, marginar la culpa propia. Quizás porque no hemos descubierto el perdón de los pecados como buena noticia. El cristiano no cree en el pecado: eso es algo evidente. Cree en el perdón de los pecados. Cree que Dios ama al pecador, le perdona y le acoge. Y envía su Espíritu Santo para el perdón de los pecados. El Espíritu es fuente de gozo y alegría.
Jesús nos llama a la conversión. No es una llamada que busca culpabilizar, agobiar y obligar a hacer penitencia. Lo que Jesús pretende es realizar un cambio interior, que nos permita volver a Dios y a una vida en pro de los demás. Para Jesús no se trata en el pecado de un Dios ofendido, sino del hombre que ha contraído culpa y es desgraciado, del hombre que él no quiere condenar ni castigar, sino liberar y reintegrar a la comunidad del amor.