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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

27
Sep
2017

¿Cómo supo el apóstol que Dios es Amor?

7 comentarios
crucificado02

El autor de la primera carta de Juan dice que “Dios es Amor”. Aquí no se dice que en Dios hay amor, sino que Dios es amor. El amor es determinante de todo lo que es y hace Dios. Dios y el amor son inseparables y se califican el uno al otro. El ser de Dios es irrevocablemente definido como amor. Y de la misma forma que “Dios es luz y en él no hay tiniebla alguna” (1Jn 1,5), Dios es amor y en él no hay nada más que amor, sin ningún asomo de no amor.

El amor no es una actividad más entre otras de Dios (Dios crea, juzga, gobierna, etc). Es la razón de ser, el motivo de todo lo que hace, lo que connota toda su actividad y todas sus relaciones. Todo su ser es ser amor. No es algo suyo, es Dios mismo, su substancia, de modo que es imposible que Dios no ame. Si en Dios, el amor fuera una actitud o realidad más entre otras, si fuera “algo de Dios”, entonces Dios no sería amor.

¿Cómo llegó el autor de la primera carta de Juan a esta conclusión? No especulando sobre la naturaleza divina, sino contemplando las manifestaciones de Dios a través de la historia, sobre todo en la persona y vida de Jesús: “En esto se manifestó entre nosotros el amor de Dios, en que Dios envió al mundo a su Hijo único” (1Jn 4,9). Ya a lo largo del Antiguo Testamento, Dios se manifestó como la bondad misma, que socorre a los suyos en la aflicción y que perdona a cuántos se arrepienten. Pero en Jesús, el amor del Padre se manifestó con una generosidad inigualable: en Cristo, Dios ama a sus enemigos, llega a decir Rom 5,10.

Los escritos atribuidos al apóstol Juan descubren quién es Dios en función del misterio de Cristo, puesto que el Padre y el Hijo son una sola cosa (Jn 10,30), y viendo al Hijo se ve y se conoce al Padre (Jn 8,19; 14,7-9). Así, pues, “el discípulo que Jesús amaba”, habiendo comprendido todo el amor que existía en el corazón de Cristo (Jn 13,1), manifestado en su muerte (Jn 15,13), ha concluido que en Dios existía un amor idéntico al que él había descubierto en Jesús. Por eso afirma sin dudar: “Dios es Amor”.

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CristhianP
27 de septiembre de 2017 a las 16:14

Martin, me ha dejado usted con una curiosidad: "El autor de la primera carta de Juan" y "Los escritos atribuidos al apóstol Juan" ¿no hay certeza histórica de la autoría de estos libros de la biblia?

Martín Gelabert
27 de septiembre de 2017 a las 18:45

Para ChristianP: Sobre la autoría del cuarto evangelio y de la primera carta de Juan han distintas hipótesis. Pero me parece que una buena respuesta sería la siguiente: el conjunto de las tradiciones joánicas es muy antigua y se remontan al apóstol Juan, aunque el evangelio y las epístolas se hayan redactado y editado definitivamente más tarde, probablemente por los discípulos de Juan. Por eso, algunos habla de escuela joánica para hablar de la autoría de estos escritos.

Juan
28 de septiembre de 2017 a las 12:37

Estimado Padre Gelabert.

Siento que a parte de ir contemplando las manifestaciones de Dios a través de la historia, sobre todo en la persona y vida de Jesús, los apóstoles percibieron ese Amor infinito en sus corazones, fruto de la oración y la contemplación silenciosa.

Si nos centramos sólo en la letra, como bien dice San Pablo, matamos la esencia el espíritu que habla a través de ella y vivifica nuestro contacto con Él.

Entiendo que esto se da por supuesto en sus palabras, pero veo que la gente cada vez tiene más creencias y menos vivencias reales interiores, fruto de lo cual vivimos una espiritualidad superficial, una catequesis mental y una comunidad más virtual que real...

La rutina mata al espíritu que necesita volar. Y volar sólo con el ala de lo mental, es dar vueltas en circulo, hasta que nos hacemos conscientes de revivir al Cristo interior y junto con el Espíritu Santo, volar para hacer su voluntad en medio de nuestro diario vivir.

Doy gracias a su post, por dar alas a la creatividad, al diálogo interior y a la comunicación que nos inspira a todos la búsqueda del Camino, la Verdad y la Vida.

Reciba un fuerte abrazo en Cristo Nuestro Señor.

rafa
28 de septiembre de 2017 a las 15:46

Muchísimas gracias por siempre Padre Gelabert. De su fantástico artículo deduzco que si Dios es amor (y su amor lo siento eni mismo y en la personas) , Dios es imposible que nos condene, nos condenamos a nosotros mismos si no hay arrepentimiento, eso es lo que le ocurre a satanás, que es incapaz de arrepentirse. Es usted tan amable que seguro que me permite una pregunta: ¿Qué cree la Iglesia al respecto de Judas?, ¿se arrepintió de su crimen? Si es así se salvó.

Martín Gelabert
28 de septiembre de 2017 a las 16:12

Para Rafa: La Iglesia ha canonizado a muchas personas. No ha condenado a nadie. Quizás la desesperación de Judas fue un signo de su arrepentimiento. Puede ver lo que escribí al respecto en: http://nihilobstat.dominicos.org/articulos/negacion-de-pedro-traicion-de-judas/

Juan CMR.
29 de septiembre de 2017 a las 21:34

Dios es Fuente Inagotable y Eterna de Amor Misericordioso... .ok.

Emilio
1 de octubre de 2017 a las 23:36

Primero comentar que he conocido este blog casualmente, haciendo un trabajo sobre una obra de Fray Martín en mis tardíos estudios de teología fundamental y me he animado a participar.
Respecto a este tema, cuando alguna vez he dado catequesis, me gusta empezar diciendo que a Dios no se le estudia, ni se le "aprende", ni se cree en el porque sí, a Dios se le siente. ¿Y por qué se le puede sentir?. La respuesta nos la da Juan, y a su vez, la única respuesta que puede dar cada hombre dentro de su limitación, es también su amor Dios, manifestado principalmente en su libre fidelidad a Él y su voluntad.
Saludos y muchas gracias a Fray Martín por estos interesantes artículos.

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