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¿Cómo supo el apóstol que Dios es Amor?
7 comentariosEl autor de la primera carta de Juan dice que “Dios es Amor”. Aquí no se dice que en Dios hay amor, sino que Dios es amor. El amor es determinante de todo lo que es y hace Dios. Dios y el amor son inseparables y se califican el uno al otro. El ser de Dios es irrevocablemente definido como amor. Y de la misma forma que “Dios es luz y en él no hay tiniebla alguna” (1Jn 1,5), Dios es amor y en él no hay nada más que amor, sin ningún asomo de no amor.
El amor no es una actividad más entre otras de Dios (Dios crea, juzga, gobierna, etc). Es la razón de ser, el motivo de todo lo que hace, lo que connota toda su actividad y todas sus relaciones. Todo su ser es ser amor. No es algo suyo, es Dios mismo, su substancia, de modo que es imposible que Dios no ame. Si en Dios, el amor fuera una actitud o realidad más entre otras, si fuera “algo de Dios”, entonces Dios no sería amor.
¿Cómo llegó el autor de la primera carta de Juan a esta conclusión? No especulando sobre la naturaleza divina, sino contemplando las manifestaciones de Dios a través de la historia, sobre todo en la persona y vida de Jesús: “En esto se manifestó entre nosotros el amor de Dios, en que Dios envió al mundo a su Hijo único” (1Jn 4,9). Ya a lo largo del Antiguo Testamento, Dios se manifestó como la bondad misma, que socorre a los suyos en la aflicción y que perdona a cuántos se arrepienten. Pero en Jesús, el amor del Padre se manifestó con una generosidad inigualable: en Cristo, Dios ama a sus enemigos, llega a decir Rom 5,10.
Los escritos atribuidos al apóstol Juan descubren quién es Dios en función del misterio de Cristo, puesto que el Padre y el Hijo son una sola cosa (Jn 10,30), y viendo al Hijo se ve y se conoce al Padre (Jn 8,19; 14,7-9). Así, pues, “el discípulo que Jesús amaba”, habiendo comprendido todo el amor que existía en el corazón de Cristo (Jn 13,1), manifestado en su muerte (Jn 15,13), ha concluido que en Dios existía un amor idéntico al que él había descubierto en Jesús. Por eso afirma sin dudar: “Dios es Amor”.