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Comida de vigilia con pecado
9 comentarios¿Por qué al menú de los días cuaresmales de ayuno y abstinencia o al menú que se toma en los monasterios en las vísperas de algunas solemnidades se le llama “comida de vigilia”? Seguramente porque debe ayudar a estar despierto, expectante y vigilante. Lo cierto es que actualmente la expresión ha pasado a designar un tipo de menú a base de pescado y legumbres que tiene poco que ver con el sentido religioso de la abstinencia de carne. Hasta el punto de que una restauradora valenciana publicitaba en una entrevista radiofónica una “comida de vigilia con pecado”. El menú consiste en bacalao al horno con espárragos, huevo duro, tomate, cebolla y otros ingredientes y, ahí viene lo del pecado, supongo, todo ello adobado con jamón. Ofrezco una idea al restaurante: que como postre ofrezca unos bombones “que estén de pecado”.
Resulta curioso: la palabra pecado, en el lenguaje corriente y sin segundas intenciones, ha terminado adquiriendo un sentido positivo. ¿No será porque los cristianos no hemos sabido explicarnos y, en el fondo, hemos llamado pecado no a la ruptura con Dios y al daño al prójimo, sino a dimensiones de la vida placenteras y atractivas, pero supuesta o realmente prohibidas? Recuerdo que hace unos años apareció un anuncio que decía: “gusta, da placer y relaja, ¿será pecado?”. Pues bien, si gusta, da placer y relaja, a lo mejor hasta viene de Dios. Si los cristianos llamamos pecado a lo agradable, inducimos a confusión y ocultamos su sentido religioso.
Y ya que mi reflexión la ha provocado una comida de vigilia con pecado, voy a añadir una cosa: Jesús a eso de las comidas no le daba mucha importancia. El evangelista Marcos llega a decir que “declaró puros todos los alimentos”. Porque lo que contamina a la persona no es lo que entra en su vientre, sino lo que sale del corazón: las intenciones malas, la avaricia, la envidia (Mc 7,19-23).