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Celebrar Santo Tomás en La Habana
2 comentariosEl Centro “Fray Bartolomé de las Casas” de La Habana es un referente cultural en la ciudad. Entre otros muchos cursos, ofrece un master en teología, signo claro de su deseo de establecer un diálogo de la fe con la cultura. Este deseo de tender puentes entre la fe y la cultura es lo que lleva al Centro a celebrar con gran solemnidad la fiesta de Santo Tomás de Aquino. Uno de los actos de la celebración es, como no podía ser de otra forma, la Eucaristía, a la que asisten alumnos del Centro y bastantes fieles. Se celebra en la Iglesia de San Juan de Letrán. Es el tercer año consecutivo que tengo la satisfacción de asistir a esta Eucaristía. En los dos años pasados presidió el Nuncio. Este año tendré el honor de presidirla.
En mi homilía trataré de rastrear el espíritu de Tomás de Aquino, sus pasiones. La primera pasión de Tomás es el misterio de Dios. Un Dios que siempre nos desborda, pero que en Jesucristo se ha hecho cercano. Por este motivo podemos conocerle y establecer con él relaciones de amistad. Tomás define precisamente la caridad como una amistad entre Dios y el ser humano. Somos amigos de Dios. ¡Qué maravilla! Saber esto debería cambiar nuestra relación con él. No estamos ante un Señor que exige cuentas, sino ante un amigo que quiere nuestro bien; por eso podemos dirigirnos a él con toda confianza. Dios es el único Señor al que uno puede tutear sin temor.
Tomás es un hombre apasionado por la Verdad, venga de donde venga, esté donde esté, la diga quién la diga. Porque la Verdad, y dígase lo mismo de la bondad y la belleza, procede del Espíritu Santo. El amor a la verdad provoca la pasión por el diálogo. Los artículos de Santo Tomás comienzan siempre con objeciones, o sea, escuchando lo que otros han dicho, sus dificultades y sus razones. Y responde, cuando no está de acuerdo, con elegancia, respeto, reconociendo la parte de verdad que hay en todas partes.
En este año de la fe, en el que Benedicto XVI invita reflexionar sobre los contenidos y sobre el acto de fe, Tomás es un buen modelo, un buen estímulo. Sus reflexiones sobre el acto de fe siguen siendo insuperables. ¿Qué es lo que creemos? Mala pregunta diría Tomás. La buena pregunta es: ¿en quién creemos? Creemos solo en Dios, que en Jesucristo se nos revela. Todo lo demás, incluidos los sacramentos y la predicación de la Iglesia, están al servicio del encuentro personal con ese Dios.