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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

5
May
2009

Castidad para religiosos y casados

6 comentarios

La castidad no es exclusiva de monjas y religiosos. Es propia de todo cristiano; más aún, de toda persona decente. El diccionario define la castidad como virtud opuesta a la lujuria. La lujuria es un uso desordenado de la sexualidad. La sexualidad, como tal, es buena, bendecida por Dios. Vivida cristianamente en el matrimonio es un sacramento en el que Dios se hace presente. Porque Dios, en contra de lo que algunos imaginan, se hace presente sobre todo en lo más placentero y agradable de la vida. El nuestro es el Dios del juego, de la fiesta, de la vida y de la alegría. Ocurre que la sexualidad, como todas las cosas buenas, puede vivirse y utilizarse mal. También el vino es una buena bebida; pero el mal uso del vino puede conducir a la muerte. Solo si los cristianos dejamos claro que estamos a favor del placer, solo entonces tendremos audiencia cuando critiquemos el uso desordenado del placer.

Si la castidad es propia de todo cristiano, ¿cómo entender el voto de castidad de los religiosos? Los religiosos se comprometen a vivir la castidad en la continencia, de la misma forma que un casado debe vivir la castidad en el matrimonio. Insisto, vivir la castidad en el matrimonio no es abstenerse de tener relaciones sexuales, sino vivir cristianamente la sexualidad. El religioso hace de su modo de vivir la sexualidad un signo, el signo de que la Iglesia tiene como único esposo a Cristo. El casado vive la sexualidad como signo de la entrega de Cristo a su Iglesia.

Vivir la castidad en la continencia llama la atención, porque no es lo más corriente. En este sentido la vida religiosa es un signo llamativo, un recordatorio que algo que interesa a todos y a lo que todo cristiano debe tender: la entrega total a Cristo. Es un signo, y como tal signo, apela a la responsabilidad de quienes se comprometen a vivirlo. Y a vivirlo en la alegría y la apertura a los demás. Pues el voto no nos encierra en nosotros mismos. Si nos abre a Dios, nos abre también a los demás. Eso queda claro en la labor misionera de muchas religiosas y religiosos que manifiestan el amor de Cristo hacia los más marginados, solitarios y abandonados. El voto se convierte así, además de en signo de consagración, en denuncia profética contra una sociedad que margina a los que no considera útiles.

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Desiderio
5 de mayo de 2009 a las 15:11

Estoy de acuerdo con el post. La castidad no es “exclusiva” de los religiosos, sino que también los laicos, solteros o casados, entiendo que están llamados a la castidad. La castidad debe ser una virtud “positiva”, “activa”, y no de gente que vive atemorizada por disfrutar del placer como si fuera algo pecaminoso. El placer, como cualquier otra cosa, pierde su virtud cuando se convierte en un fin en sí mismo, o en definitiva, cuando se saca de contexto. Yo creo que la castidad no es una virtud de mínimos, de gente apocada, sino una virtud de máximos, de personas maduras, y que dota de generosidad a los que la viven. Y además entiendo que sólo pueden vivir correctamente la sexualidad los que la viven dentro de una mentalidad de castidad. Por otro lado, ¡cómo choca este mensaje en nuestra sociedad! Hoy en día parece que el que no mantenga relaciones sexuales, sean del tipo que sean, es un extraterrestre. El sexo se utiliza hasta para las cosas más banales, empezando por la publicidad y acabando por todo el mercado que existe en este sentido. Y me parece especialmente mal que se utilice nuestra debilidad carnal para manipularnos, sobre todo en lo que se refiere a la publicidad y al consumo. Si nos damos cuenta, cualquier mensaje que recibimos de los medios está fuertemente sensualizado. En fin, que seamos conscientes de ello para denunciarlo…, y para no picar el anzuelo.

fray benito Benifaet
5 de mayo de 2009 a las 18:12


¡ SIN MIEDO! Lo primero que te preguntan cuando hablas con gente joven, no tan joven y en la actualidad en nuestro pais los musulmanes, es por la castidad. Hemos de enfrentarnos sin miedo y sin mentiras.Sin miedo y la verdad por delante. La castidad cuesta,cuesta mucho y personas con auténtica vocación,tienen que volverse atrás.
Otra pregunta: ¿COMO LO LOGRAS? Yo creo que no hay una receta,pero tenemos un camino,ponernos en manos de Dios y aceptar sin un miedo "especial" que no somos ángeles.No pensar que es el peor pecado del mundo.Sabemos que la falta de amor al hermano es la falta de amor a Dios y con frecuencia le damos menos importancia
Alimentarnos con la palabra de Dios. No oir la Palabra de Dios, tenemos que escucharla con oidos bien abiertos. No pensemos que la tentación y la lucha por ser castos es lo mas dificil del mundo, mira el sufrimiento,el dolor,el hambre,que hay cerca de nosotros y no dura en rato,que cada día hay hijos que `piden pan y no se sabe de donde sacarlo. veras que esa lucha es mas cruel que el mal rato que se pasa por ser fiel al voto.
Servir a los hermanos,querer a los hermanos,estar agusto con los hermanos
ser amigo de los hermanos,hablar con los hermanos.Ser libre en el monasterio, sentirlo como tu casa,aunque seas el último mono,el que sabe menos,el que tiene menos doctorados,librarnos de nuestro propio apego y gastarnos por el otro con amor.
Tengo que haceros una confesón personal luego de tanto consejito. De joven lo pase fatal.Todo me parecia pecado mortal.Un día mi confesor que era una persona con mucho sentido común,me dijo que no volviera en una semana a confesarme y que estuviera tranquilo.Me acuerdo todos los días de él con agradecimiento. FRAY BENITO BENIFAET

Isabel
5 de mayo de 2009 a las 19:57

Sí.Siempre nos ha parecido que el ser castos era lo mas dificil y heróico.Recuerdo que mis hermanos varones,siempre me decían sintiendo lástima por mi persona:¿Cuándo vas a reir en la vida?Tú sabes una parte de la vida pero siempre serás una ignorante de la otra.
Dice el Evangelio...los hay que se abstienen por el Reino de los Cielos.
Una cosa está clara,ser casto no es privativo de frailes y monjas,estos sí,se abstienen por un voto que acepta la Iglesia y lo hacen hasta la muerte.Lo han hecho voluntariamente pero,han recibido una gracia especial que tratan de mantener con fidelidad.Aqui,como dice Martin,los religiosos se comprometen a vivir la castidad en la continencia.A vivirla con la responsabilidad a la que se han comprometido,con alegría y entrega a los demas.
Es una vocación.Están libres de ataduras para poder darse plenamente a las necesidades del prójimo,bien hospitales,evangelizando y orando.

Ugarte
6 de mayo de 2009 a las 02:48


María,la virgen de Nazaret, la desposada con José y madre de Jesús ayuda mucho a todos a conservarnos serenamente castos. Desde siempre se nos ha dicho que la amistad, el amor, la devocion a Ella ayuda sobremanera, y así es. Toca un nardo y quedaras impregnado de su fragancia, acercate a Ella y su pureza te embargara.Tampoco está de moda hablar de la Virgen y tenerla por íntima, tal vez por eso y porque , como también nos decían antaño, no evitamos de todas todas las ocasiones, puede hacerse el asunto mas espinoso, pero si se está de verdad enamorado de Cristo...Es cuestión de amor,como todo.
ENAMORAR SE DE CRISTO y estar obsesionado por el reino como Él, es la mejor "terapia";me parece que es Pagoda quien dice que Jesús no era un anormal, que le parecia preciosa la muchacha que lo era,pero estaba tan absorbido por el Reino y el Padre, que no tenia,dijeramos tiempo para más.Ya me entendeis. Oracion, Maria, PASIÓN POR EL REINO,POR CRISTO:
Es mi receta.

Es

lola
6 de mayo de 2009 a las 09:45

Es cierto, la castidad para mi es vivir la sexualidad como entrega al otro. Y en eso se ve la diferencia con lo que el mundo pretende vendernos. El sexo por el sexo, no da ningun placer, y de eso soy yo testigo. La sexualidad como pretende la sociedad actual presentarla, cosifica al otro, e intentas utilizarlo como objeto para tu placer, y no solo a nivel genital, sino con toda su persona, como objeto de poder. Y asi vemos lo que vemos: la violencia de genereo, embarazos no deseados, enfermedades de trasmision sexual, y cosas peores.
La castidad del cristino, en todos sus estados, si se vive realmente, es un amuestra de vida sexual ana, incluso la del celibe, porque la sexualidad no es solo lo genital. Somos seres sexuados. y eso significa entrega a los demas, y eo no lo dudemos da placer, por eso este mundo es tan desgraciado, por mucho sexo que se practique. ¿Porque vienen solas las chicas a pedir la pildora del dia de despues? ¿es eso alegria?¡es eso compartir??o es decir despues que te utilizado para mi placer, apañate pues si te quedas embarazada es tu problema, porque yo no uso preservativo, no porque lo diga el Papa, sino porque mi placer es menor?

Bernardo
6 de mayo de 2009 a las 19:16

Esto de la castidad del matrimonio es algo que sorprende a los oyentes cuando lo explico, pero lo entienden a la perfección. Inmediatemente entienden que el voto de castidad no es un mero no tener relaciones sexuales, porque el que desea a otra mujer con su corazón, ya ha cometido adulterio. Jesús plantea las cosas en un dimensión de profundidad que tienen que ver menos con los actos y más con las actitudes.
De lo que dices, me ha gustado mucho lo de ser signo ante una sociedad poco dada a lo casto, pobre e "inútil". Creo que los que consagráis vuestra vida mediante los votos, sois muy necesarios, quizás más hoy si cabe, como signo del Reino venidero en donde todos tenemos que renunciar para que el amor pueda vivirse en comunión con los hombres y el universo. Espero que el Espíritu siga soplando fuerte para que aumente el número de los consgrados y que nos fortalezca a los que vivimos la fe desde la opción del matrimonio.
Mucho ánimo.

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