Jul
Buscar la verdad
5 comentariosLa idea de verdad suscita prevención y reservas en mucha gente, sobre todo la idea de “tener la verdad”. Porque eso significa que otros no la tienen. La verdad entonces divide y separa. Lo peor es que, en ocasiones, además de separar conduce al enfrentamiento: en nombre de la verdad se odia y se mata. Si la pretensión de poseer la verdad divide y enemista, ¿no será porque en esta pretensión hay un error de base? La verdad no es algo que se posee o se tiene. Siempre nos desborda y se nos impone. Por eso hay que buscarla y respetarla. Desde esta perspectiva, la verdad debería unirnos en su búsqueda, una búsqueda que sólo puede hacerse por amor a la verdad y, por tanto, nunca puede conducir a la imposición. Porque si la verdad se impone, no es por una fuerza exterior coactiva, sino por la fuerza de la misma verdad, que penetra suave y dulcemente en la inteligencia y el corazón de sus amantes.
Eso sí, no conviene olvidar que la búsqueda de la verdad puede resultar peligrosa. Sobre todo cuando esa verdad molesta a los que construyen sobre lo que en un post anterior llamaba “deseo de mentira”. Por eso la verdad termina siendo propia de profetas y místicos. En definitiva de gente enamorada de Dios que, por tener puesto el corazón en Dios, lo tienen ya todo ganado y, por eso, no tienen nada que perder. Cuando la búsqueda de la verdad se convierte en una acusación contra otros más que en una defensa del pobre y del necesitado, esta búsqueda se corrompe. El criterio que mide la sinceridad de la búsqueda de la verdad es preguntarse a quien beneficia esta búsqueda y qué precio está dispuesto a pagar el buscador.