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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

26
Jul
2016

Buscar el rostro de Dios

3 comentarios

Por fin ha salido la esperada constitución apostólica sobre la vida monástica femenina, que lleva por título: “La búsqueda del rostro de Dios”. El Papa afirma haber escrito esta constitución “tras las debidas consultas”. En este caso la frase no tiene nada de retórica. Más aún, me permito añadir: tras las debidas consultas a la base, o sea, tras una amplia encuesta a todos los monasterios de vida contemplativa. Por este motivo, las monjas esperaban expectantes el resultado de la consulta.

Algunos medios han destacado solo una disposición, sin duda importante, de la constitución, que afecta directamente a los monasterios españoles, a saber: “hay que evitar en modo absoluto el reclutamiento de candidatas de otros Países con el único fin de salvaguardar la supervivencia del monasterio. Que se elaboren criterios para asegurar que esto se cumpla”. Pero la constitución es mucho más que esta disposición. Contiene una rica y actualizada doctrina sobre la vida monástica femenina, que también puede servir, a su manera, para todos los consagrados y, en general, para todos los cristianos.

La constitución comienza con un merecido elogio de la vida monástica, signo que recuerda al pueblo de Dios el sentido primero y último de lo que él vive. En efecto, todos los seres humanos, y de forma más consciente los cristianos, buscamos, de una u otra forma, el rostro de Dios, aunque no seamos del todo conscientes. Normalmente lo buscamos bajo la forma genérica de “la felicidad”. Los monjes y las monjas señalan de forma explícita dónde esta la fuente de la vida de la que todos venimos y a la que todos nos encaminamos. El Papa considera que, cincuenta años después del Vaticano II, es bueno mirar de nuevo algunos aspectos a la vida monástica, a la luz de las nuevas condiciones socio-culturales, para que pueda seguir siendo un desafío para la mentalidad de hoy.

Las y los que entran en un monasterio no quieren alejarse del mundo y, mucho menos, huir del mundo y, menos aún, condenarlo. Lo que buscan es contemplar el mundo y las personas con la mirada de Dios, allí donde los demás “tienen ojos y no ven”, porque miran con los ojos de la carne. Y desde esta contemplación ser la voz de la Iglesia que incansablemente alaba, agradece y suplica por toda la humanidad; ser, con la plegaria, colaboradoras de Dios y apoyo de los miembros vacilantes del cuerpo de Cristo.

La constitución indica que hay una serie de cuestiones sobre las que es necesario reflexionar y discernir para mejorar la situación de los monasterios; y añade que la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica ofrecerá en breve pautas e indicaciones concretas. En un próximo post me referiré a algunas de estas cuestiones.

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Anónimo
27 de julio de 2016 a las 11:41


¡Cuánto daño ha supuesto en la vida monástica contemplativa femenina la división entre contemplación y teología ! Una de las causas del cierre de tantos monasterios de vida contemplativa femenina tiene que ver con la ruptura entre la evolución que la mujer tenía en la sociedad, con acceso a estudios civiles universitarios y el modelo monástico femenino que se proponía- ¿ se propone aún?-en la Iglesia.

Al tiempo, la contemplación ha traspasado la clausura. Mujeres de al menos dos generaciones han continuado creciendo en su vida contemplativa y teológica, mientras el perfil contemplativo monástico femenino ha ido quedándose obsoleto. Urgía redefinir el concepto de clausura. Urge que las monjas contemplativas puedan acceder de forma presencial a las facultades de teología, para recibir una formación teológica-contemplativa profunda. Urge recuperar el estudio profundo en las facultades de teología de los místicos de la tradición cristiana y el estudio comparado de la sabiduría interreligiosa. Urge integrar los avances y estudios que sobre la inteligencia contemplativa y espiritual van apareciendo. Todo ello alimenta la búsqueda del Rostro de Dios. Algunas comunidades como las benedictinas de Montserrat son pioneras en ello.

La actualización monástica femenina necesita no solo de presencia virtual en las redes, sino de la profundización en las raíces monásticas : Silencio, Lectio divina, estudio. Contemplación

Que esta nueva constitución actualice y ayude a poner en valor la riqueza de la vida contemplativa monástica.

Gracias P Martín Gelabert por formar y sostener la vida contemplativa femenina, a través de tantas rejas de clausura físicas y mentales.

teologa contemplativa

Anónimo
27 de julio de 2016 a las 15:32

El diálogo interreligioso monástico es una de las experiencias más enriquecedoras que se ha dado en la vida monástica desde el Vat II. Monjes y monjas de diversas tradiciones religiosas y espirituales se enriquecen mutuamente dialogando y compartiendo experiencialmente las riquezas de sus diferentes tradiciones monásticas, vida trabajo y oración.

Monjas españolas participan en estos encuentros. En la web Dim-mid.org encontramos referencias de esta iniciativa poco conocida en España y que supone una gran contribución a la necesaria amplitud de horizontes y miradas. Dominicos y dominicas europeos y americanos se encuentran entre ellos .Por si interesa dejo la referencia española: dimiberico.org

La apertura a la sabiduría presente en otras tradiciones espirituales y monásticas enriquece la propia experiencia de nuestra tradición.Sin sincretismos. Nos abre a la inmensidad inabarcable del Misterio.

Amma Brigitte May, eremita francesa ha fundado una Laura eremítica en Líbano. Oración frente a la barbarie de la guerra. Monjes de Thiberine, Dominicas en Irak, Carlos de Foucauld. La vida monástica, Luz entre sombras.

Paz Shalom Salaam

Teologa contemplativa

Ugart
4 de agosto de 2016 a las 00:42

Sin embargo,y estando totalmente de acuerdo en la necedidad real y vital del estudio y el compartir lo comtemplado, debo reconocer el tirón vital y enamorado que me atrae cada vez más y más a la pura contemplación,a la soledad real,al silencio como forma de vida,a la entrega del todo el ser,con toda el alma a solo Dios. Sin necesidad de más. Él lo merece y es infinitamente suficiente para el alma, capaz de Dios. Lo demás vendrá como una redundancia no provocada.Y si no se da, tampoco pasa nada: Dios es digno de que algunas de sus criaturas vivan por amor pendientes exclusivamente de su honor y gloria y contemplación.
Tengo la sensación pesarosa de que a la vida contemplativa femenina lo que le falta es auténtica vida interior.Intensa vida de oración.Prolongadas horas de oración personal con su Señor. Profundidad de fe,esperanza y de vida fraterna caritativa de la buena.Alimento de Palabra de Dios y el vivir en y la Presencia todo el dia. Para todo ello el SILENCIO es indispensable.

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