May
Benedicto contra el muro
10 comentariosSe esperaba esta palabra. Y Benedicto XVI la dijo. Ha visitado el campo de refugiados de Belén y ha hablado frente al muro, sobre una tarima, situada a algunos metros del lugar previsto inicialmente, que hubo que quitar por no agradar a los israelíes. La foto habla por sí sola. El Papa ha escuchado a los refugiados, ha prestado particular atención a lo que le decían los niños de la escuela del campo, que pedían algo tan sencillo como poder vivir como niños normales.
Frente al muro el Papa ha condenado los muros y lo que ellos representan: separación, enemistad, guerra. “Este muro está como un intruso en vuestros territorios, separando a los vecinos y dividiendo a las familias. Aunque los muros pueden ser construidos fácilmente, sabemos que no duran siempre. Pueden ser abatidos. Es ante todo necesario quitar los muros construidos alrededor de nuestros corazones, las barreras erigidas contra nuestros vecinos… En un mundo en el que las fronteras están cada vez más abiertas es trágico que continúen levantándose muros”, ha dicho el Papa. También se ha referido a “las legítimas aspiraciones a tener un Estado palestino independiente” y a la necesidad de una solución “política” para acabar con el conflicto. Finalmente ha advertido del peligro de “una espiral de violencia, de ataques, de contraataques, de venganzas y de destrucciones continuas".
En este mundo que es de todos quedan muchos muros, demasiadas barreras que impiden que nos acerquemos al prójimo, le conozcamos y le comprendamos. Benedicto XVI se ha manifestado como mensajero de paz y para ello ha tomado partido contra los muros y a favor de los puentes. Con valentía y realismo. Ha hecho lo que debía y ha contribuido a la credibilidad del mensaje cristiano, que no solo anuncia un Reino para el más allá, sino también una salvación para el más acá. Salvación así en la tierra como en el cielo.