Sep
¿Aparición de la Virgen o visión de Bernardette?
3 comentariosCon ocasión de la visita del Papa a Lourdes me han preguntado si “realmente” la Virgen se apareció a Bernardette. Quizás sea un asunto menor, pero ofrezco alguna aclaración dada la sensibilidad que muchas personas manifiestan ante este tipo de hechos. Vaya por delante mi convicción de que los santuarios de Lourdes y Fátima son lugares serios de oración, que pueden ayudar a los que allí van a una necesaria renovación espiritual. Pero la cuestión es otra: ¿se apareció o no allí la Virgen? Tomás de Aquino se hace una pregunta parecida a propósito de la Eucaristía, motivada por alguna situación que debía darse en su tiempo, a saber, que algunos afirmaban haber visto en el sacramento carne o un niño. Tomás (Suma III,76,8) responde que en tales casos los ojos de los videntes quedan impresionados subjetivamente como si efectivamente viesen de manera objetiva carne, sangre o un niño, pero en realidad no ocurre ningún cambio ni mutación en las especies sacramentales.
De forma parecida conviene distinguir, como ya hizo Benedicto XIV, hace más de 200 años, entre aparición y visión. Aparición es un hecho objetivo que se produce fuera de nosotros y que todos pueden ver. La visión sólo la ve el vidente o los videntes, pues las hay que pueden darse en varios videntes. Así debió ocurrir en Fátima cuando se cuenta que más de 500 personas vieron girar el sol, cosa que ningún observador astronómico detectó ni nadie vio fuera de allí. En caso de que se hubiera tratado de un “hecho objetivo” todo el sistema solar se hubiera visto afectado. Esta distinción entre aparición y visión nos permite afirmar que la Virgen no se apareció sino que, a lo sumo, Bernardette tuvo una visión subjetiva. Más aún, siguiendo el Catecismo (n. 67) tenemos que decir que el mensaje contenido en las visiones no pertenece al depósito de la fe, aunque puede ayudar a algunos a vivirla mejor. Estos mensajes precisan siempre de un criterio de discernimiento, y este criterio es el Evangelio. Con el Evangelio lo tenemos todo dicho y no necesitamos ninguna otra palabra.