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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

15
Sep
2008

¿Aparición de la Virgen o visión de Bernardette?

3 comentarios

Con ocasión de la visita del Papa a Lourdes me han preguntado si “realmente” la Virgen se apareció a Bernardette. Quizás sea un asunto menor, pero ofrezco alguna aclaración dada la sensibilidad que muchas personas manifiestan ante este tipo de hechos. Vaya por delante mi convicción de que los santuarios de Lourdes y Fátima son lugares serios de oración, que pueden ayudar a los que allí van a una necesaria renovación espiritual. Pero la cuestión es otra: ¿se apareció o no allí la Virgen? Tomás de Aquino se hace una pregunta parecida a propósito de la Eucaristía, motivada por alguna situación que debía darse en su tiempo, a saber, que algunos afirmaban haber visto en el sacramento carne o un niño. Tomás (Suma III,76,8) responde que en tales casos los ojos de los videntes quedan impresionados subjetivamente como si efectivamente viesen de manera objetiva carne, sangre o un niño, pero en realidad no ocurre ningún cambio ni mutación en las especies sacramentales.

De forma parecida conviene distinguir, como ya hizo Benedicto XIV, hace más de 200 años, entre aparición y visión. Aparición es un hecho objetivo que se produce fuera de nosotros y que todos pueden ver. La visión sólo la ve el vidente o los videntes, pues las hay que pueden darse en varios videntes. Así debió ocurrir en Fátima cuando se cuenta que más de 500 personas vieron girar el sol, cosa que ningún observador astronómico detectó ni nadie vio fuera de allí. En caso de que se hubiera tratado de un “hecho objetivo” todo el sistema solar se hubiera visto afectado. Esta distinción entre aparición y visión nos permite afirmar que la Virgen no se apareció sino que, a lo sumo, Bernardette tuvo una visión subjetiva. Más aún, siguiendo el Catecismo (n. 67) tenemos que decir que el mensaje contenido en las visiones no pertenece al depósito de la fe, aunque puede ayudar a algunos a vivirla mejor. Estos mensajes precisan siempre de un criterio de discernimiento, y este criterio es el Evangelio. Con el Evangelio lo tenemos todo dicho y no necesitamos ninguna otra palabra.

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Eleuterio
15 de septiembre de 2008 a las 19:32

Estimado Martín.

Antes que nada, espero verlo el próximo día 27 en Valencia, en la presentación de los nuevos materiales de Catequesis Familiar.

Por otra parte, tengo que decirle que, siguiendo un consejo que me dió hace ya algunos meses vía telefónica (cuando estaba en reunión en casa de Júlia, en Torrent, a quien conoce muy bien), me he matriculado, hace unos días, en la Escuela de Teología en Internet que tienen Uds. aquí mismo, en esta misma página.

Pero lo que quisiera preguntarle, si tiene a bien contestarme, es si, en atención a lo leído en su post de hoy, hemos de entender que se devalúa la fe de Bernardette si lo que sucesió no fue una aparición sino una visión y si, en caso de que sucediera como Ud. dice, también para los demás católicos ha de suponer algún tipo de merma en nuestra fe o en nuestra creencia de tales apariciones.

Muchas gracias por su atención.

Martín Gelabert
16 de septiembre de 2008 a las 13:38

Estimado Eleuterio:
Creo que ha sido una sabia decisión por su parte la de matricularse en nuestra Escuela de Teología por Internet.
Sobre lo que usted pregunta, seguro que tendremos ocasión de hablarlo personalmente si nos vemos el próximo día 27. Pero aprovecho su pregunta para completar la referencia que hago a Tomás de Aquino sobre la impresión que acontece en los ojos de los videntes. Continúa el santo diciendo que “no se trata de un fenómeno ilusorio, como el que tiene lugar en las prestidigitaciones de los magos, porque estas figuras se forman por disposición divina en los ojos para manifestar una verdad”. Y fíjese lo que añade: “Así es como apareció Cristo, sin que hubiese fenómeno ilusorio, a los discípulos que iban a Emaús”. Me parece que el maestro Tomás de Aquino ofrece así buenas orientaciones para iluminar su justa preocupación.

marcelino
17 de septiembre de 2008 a las 10:27

A mi esto de aparicion subjetiva, me da un miedo....Ni creo ni dejo de creer que la Virgen se apareciera o no, me da igual...pero eso de subjetivo...no se, no me gusta. Soy cientifica y objetiva. No quiero basarme en algo subjetivo. Exacto, no es deposito de la fe. Realmente hay pocas cosas que son dogmas de fe, todo lo demas, mejor dejarlo a un lado. Aunque es verdad que puede ayudar a muchas personas a vivir situaciones dificiles. No juzgar, pues su fe, puiede valer cien veces mas que una fe que se dice cientifica. Quien sabem nuestra religion es una paradoja. Y nuestros caminos no son los suyos, por tanto,

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