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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

15
Mar
2010

¿Voces del más allá?

7 comentarios

Voces del más allá. O del más acá. ¿Cómo saberlo? Hace unos días me referí a un exorcista italiano que afirma que por los palacios de la Santa Sede pulula el demonio. ¿En qué fuentes se basa para hacer tamaña acusación? Según él, en la mejor: se lo confesó el propio demonio durante los exorcismos. No es la primera vez que leo que el demonio mantiene conversación con el exorcista. Uno de la diócesis de Madrid también ha relatado sus charlas con el demonio. Unos dicen hablar con el demonio y otros con la Virgen o con el propio Cristo. De vez en cuando llegan a mi casa unos folletos atribuidos a no sé que monja que cuentan escenas no relatadas en los cuatro evangelios canónicos, que según la cuentista se las escuchó al propio Jesús. Todo muy divertido.

 

Del mismo modo que la credulidad es un mal sucedáneo de la fe, las ganas de entrar en contacto con el más allá es un mal síntoma de un deseo mal encauzado de contactar con la trascendencia. No hay encuentros directos con el más allá. A Dios nadie le ha visto jamás. Y a Cristo resucitado solo le encontramos a través de mediaciones. El que quiera encontrarle tiene un lugar seguro al que acudir: el pobre, el enfermo, el hambriento. Allí está él, si es que nos fiamos de su palabra. Lo otro, esas supuestas charlas con seres del más allá, son experiencias del más acá, que ocurren dentro de este mundo. Por tanto, son mundanas. Y seguramente tienen muchas explicaciones. No está nada claro que sean experiencias espirituales. Porque el Espíritu se expresa y manifiesta no en lo estrambótico, sino en la normalidad. El Espíritu bueno y el malo. También el malo tiene muchos medios de hacerse presente sin necesidad de recurrir a situaciones patológicas o delirantes.

 

¿Cómo se sabe que se trata de voces “del más allá”, buenas o malas? ¿Por qué lo dice el oyente? Criterio bastante débil. Entre los frutos del Espíritu santo y entre los del espíritu maligno no he encontrado nada estrambótico. Los del santo: bondad, paciencia, generosidad. Los del mal: envidias, mentiras, orgías, borracheras. Todo muy “normal”.

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Juanjo
15 de marzo de 2010 a las 12:47

Con esto del demonio creo que hay una muy mala formación e información. En algunos ambientes se vé al demonio por todas partes. Todo es culpa del diablo, y todo se hace porque nos tienta. No sé si incluso de forma insconsciente se usa para justificar con él nuestro pecado.
Me preocupa que se acabe hablando más del diablo que de Dios, que niños pequeños hablen "con tanta seguridad del diablo" porque es lo que oyen a sus padres. En fin, creo que existen grupos que deberían orientar mejor sus ideas al respecto. No creo que cualquier mal, y de cualquier tipo "sea culpa del diablo". Una buena formación podría ayudar a no difundir ideas equivocadas.

Cata
15 de marzo de 2010 a las 13:01

Asi parece, se dice no a Dios y la religion porque dicen que es irracional y encontramos mil formas, adivinos, videntes, curanderos...todo tipo de irracionalidades a las que se acoge la gente como clavo ardiendo. ¿Pero acaso oyen voces acerca de otra cosa¿?Acaso saben quien es Cristi Resucitado? No, en España poca gente lo sabe ya, os lo aseguro, por experiencia.
De la misma manera que Santo Domingo se encontro con las heregias y supo que hacer al respecto, ahora nos encontramos con el desconocimiento total, aunque haya quien me llame exagerada. Solo destaco hechos que veo todos los dias, la gente vive y lo que es peor, muere al margen de Dios.

Ugarte
15 de marzo de 2010 a las 15:08

El P. Marceliano Llamera solía decir que no nombrásemos al otro mientras pudiéramos hablar de Dios.
De todas formas dice la Escritura que se vino a enredar entre los hermanos de Jesús ya que no pudo engañar a la Mujer, ¿no?, o sea que muy allá...como que no debe estar, aunque bien es cierto que nos basta nuestra propia malicia como para no echarle la culpa al Malo. Lo de las rarezas sí que dicen que tiene su explicación.
De todos modos, sabiendo que existe y que no nos tiene aprecio,sí que dan pena los muchos que se meten en vergeles, digamos, "peligrosos.
P. Martín, el malo existe, enreda y hoy mucho y a la gente sencilla que no tine apenas formación, más. El mundo no se acaba en Europa.Y por otroas tierras...pregúntale a los misioneros.
Sí, educar en la fe, formar, educar, educar, explicar las cosas claras.
Por cierto era mío el anterior Anónimo, otra vez me volvió a pasar. Pondré más cuidado.
Ugarte

Luz-Sombra
16 de marzo de 2010 a las 07:58

Martín, has hablado muy claro, con mucha lógica y con realismo. Con este pensar, la fe se hace más sólida, más adulta.
Esas visiones que algunas veces surgen deben de ser fruto de mentes enfermizas o distorsionadas, con ellas hay que contar, lo peor los que les rodean y montan un tinglado para sacar algún provecho.
Ver a Dios en las obras de misericordia cuesta más porque no dan protagonismo ni se puede montar un negocio.
Que en esta Semana Santa descubramos a Cristo en su pasión, hoy, con más de cuatro millones de parados y los miles o millones de sin papeles que malviven y son visibles. Estas si son voces que Cristo quiere que oigamos y respondamos.

Anónimo
16 de marzo de 2010 a las 09:49

Me parece que fue Pablo VI quien dijo que el principal objetivo del demonio era convencer de su inexistencia. Claro, si no crees en él, nada puedes contra él. Jesús sin embargo lo nombra y lo combate... claro que a estas alturas nadie creerá que estoy hablando de un ser con rabo, cuernos y sonrisa aterradora. El mal se presenta como algo cotidiano y seductor,como algo agradable, al tiempo que te convence de que el bien es algo que te limita y te coharta la libertad. Justamente yo creo que sólo se es verdaderamente libre cuando se elige el bien, y que el mal no es más que un dejarse arrastrar por esa voz dulce y cotidiana que te invita ha dejarte llevar corriente abajo, a no luchar. Dejémonos de voces y alimentémonos de la escritura y del otro, porque en el otro también está Cristo. Y abundando en lo que decía Martín, recordar que San Juan de la Cruz decía que después de Cristo, Dios había quedado "como mudo". Es decir, que nadie nos engañe con añadiduras y con visiones o voces malignas, que con las que escuchamos cada día, hay sufiente.

Bernardo
17 de marzo de 2010 a las 09:51

Tengo claras dos cosas: 1ª que el demonio no es un ser sino una forma de ser y 2ª que de darse esta forma de ser es en donde esté el poder, en todos los sitios donde se ejerza poder, también entre los muros del Vaticano.
Ciertas informaciones que hemos conocido últimamente vendrían a darme la razón sobre tendencias demoníacas entre la curia. Espero que todos los exorcistas que hay en Roma se pongan manos a la obra y saquen a tantos diablillos que andan sueltos por allí.
Por lo demás, algunos parece que han leído mal el Credo y donde dice "Creo en el Espíritu Santo", añaden "Creo en Satanás y en todas sus obras", por que de lo contrario no se entiende la fijación que hay en ellos.
La rémora platognóstica es muy pesada aún en la Iglesia.

José
17 de marzo de 2010 a las 12:58

Bueno, pues S. Pablo parece que dijo que nuestra batallitas eran con seres no de carne y hueso sino con ciertos espíritus poco amigables; y en Completas, para que no se nos olvide a quienes rezamos la Liturgia de las Horas nos los recuerdan un día sí y el otro también y que están al acecho para mordernos y ¡devorarnos!!!!; y Jesús va a dice que una de las señales que podemos hacer es expulsar seres de esos y que en eso se nos reconocerá como discípulos suyos; y otra va: Juan Pablo II(¿o fue Pablo VI?) va y dice que es una persona, la encarnación del mal,una persona. Y aquí los filósofos se las entiendan: persona. y Bueno, todo eso es Escritura: Palabra de Dios. Y es en la renovación de las promesas bautismale donde cada año en la noche santa de Pascua RENUNCIO A SATANÁS, o eso es sólo una frase metafórica....¿de qué?.
¿Seamos serios!. Si no queremos hablar de ese, no lo hagamos, pero que incordia hoy día MUCHÍSIMO, es cierto. Y que la palabra de Dios nos alerta contra Él, también.escribo casi con tomo humorístico pero...el tipo ese no me da ninguna risa.
Felicidades a todas las Pepas y Pepes.

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