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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

28
Jun
2011

Un interrogante sobre David y Jonatán

5 comentarios

El elogio fúnebre de David por Saúl y Jonatán, muertos en combate defendiendo al pueblo de Israel, termina con estas famosas palabras: “Jonatán, hermano mío, en extremo querido, más maravilloso para mi tu amor que el amor de las mujeres” (2 S 1,26). En los tiempos modernos, estas palabras intensas han sido entendidas como una declaración póstuma de amor. Incluso algunos han visto en el comienzo de la historia de estos dos hombres un relato erótico: “Se quitó Jonatán el manto que llevaba, y se lo dio a David, su vestido y también su espada” (1S 18,4). Decir que Jonatán se desnudó delante de David es tendencioso. En realidad Jonatán entrega a David sus atributos de príncipe porque reconoce en David al verdadero heredero de la realeza.

No hay que tener miedo a las preguntas. Todas son legítimas. Pero no se hace justicia a estos textos proyectando nuestros intereses, sino dejándonos interrogar por ellos. Jonatán, siguiendo los designios divinos, descubre en David al futuro rey. Así se explica la emoción con la que el uno habla del otro. El poema fúnebre con el que David despide a su amigo está también dedicado a Saúl. David constata que la muerte ha unido a estos dos hombres “amados y amables” (2 S 1,23). Exégetas muy serios dicen que el adjetivo “maravilloso” con el que David califica el amor que Jonatán sentía por él, habría que traducirlo por “milagroso”. De este modo designaría las proezas que Dios realiza por medio de algunos seres humanos. Por lo demás, no se opone el amor de un hombre al de las mujeres, puesto que ellas están muy presentes en toda la historia de David. Son las mujeres las que cantan a coro las proezas de David, que mató a millares, mientras Saúl sólo a miles (1 S 18,7). Ana, antes de que haya ningún rey, ya lo anuncia en un cántico que repite María (1 S 2,10). Y Abigail le reconoce como un hombre de Dios (1 S 25,23 ss.). Eso dejando aparte los numerosos matrimonios de David.

En el post anterior hablé de relaciones sin futuro y de relaciones con futuro. En el Nuevo Testamento aparecen dos buenos ejemplos: Herodes y su hermano Filipo (relaciones conflictivas provocadas por el poder) y Juan Bautista y Jesús. Jonatán y David anticipan esta pareja en la que Juan el Bautista, el mayor en edad, reconoce en el menor de edad al Mesías, y se retira para que él crezca. Este Mesías que el ángel había anunciado como el heredero del “trono de David, su padre” (Lc 1,32).

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Desiderio
28 de junio de 2011 a las 15:50

De estos dos posts me quedo con la actuación de Jonatán, que no busca su propio beneficio, sino que en él prima lo que entiende como voluntad de Dios, esto es, la liberación de su pueblo, aunque para ello tenga que renunciar al poder. Cuando tengamos claro que lo importante no es el poder sino el amor de Dios, muchas rivalidades se suprimirían. Pero para ello hace falta renuncia, humildad y creo que también valor, mucho valor, pues tendemos a pensar que el dinero y el poder ofrecen seguridad, cuando no son más que un camino equivocado. Hace falta valor para dar el salto a lo que en principio no ofrece seguridad, para encontrarnos de repente en el verdadero camino. En Jonatán había un verdadero amor que no duda en entregarse a sí mismo, y ¿no es esa la mejor muestra del amor? La verdadera fuerza está en el que no duda en sacrificarse a sí mismo en beneficio del prójimo y de Dios. Eso sí que es algo inquebrantable.

Oscar
28 de junio de 2011 a las 16:56

Gracias, profesor, por no tener miedo a tocar temas delicados y por la serenidad con que lo hace. Estoy de acuerdo con el final del post anterior: toda relación que se fundamenta en el bien y en el Dios que se hace presente en esta relación, seguro que es buena y merece ser imitada. Y como añade en el presente post es una relación con futuro. Gracias por su claridad.

Los matices del Amor
28 de junio de 2011 a las 17:11

Delicioso según la Biblia de Jerusalem. Maravilloso en la Biblia interconfesional.El Amor es eso y mucho más. Un texto admite muchos matices. Del Cantar de los Cantares unos hablan de Eros amor entre un hombre y una mujer, y en otra lectura la relación de Dios y su Pueblo. Matices exegéticos casi tantos como exégetas. Y luego la interpretación teológica.Más matices, gustos y colores. O corrientes de opinión dentro de la más ortodoxa interpretación de la Escritura en la Iglesia. El pensamiento único ni entre Pedro Santiago Juan y Pablo.

Lo importante, como bien dice profesor Gelabert,es saber que las relaciones en las que el Amor está presente tienen futuro. Casi se diría que son las únicas que tienen futuro más allá del tiempo. Eternas

J.M Esteve i Pallarés
29 de junio de 2011 a las 20:38


Habeis escrito reflesiones muy sabias,profundas,extraordinarias. Me gustaría cambiar de plano y pasar del plano biblico, al de la realidad de la calle.

Mi pensamiento se traslada al espacio de una parroqia,de una comunidad cristiana de las que estan de moda y de un colegio. En esos lugares me he encontrado con niñas y niños "diferentes" sentados en sillas que les vienen grandes,escuchando predicaciones y comentarios sobre la perversidad de las inclinaciones "homosexuales".

A ello se suma el hecho de que muchos de ellos reciben "cariñosos" apelativos de sus compañeros y compañeras de clase "mariquita" o "machorra"..........Mas tarde, en una sociedad que sigue siendo homófoba y que muchos hombres de iglesia fomentan,sentiran el dolor que conlleva ser "diferente".
Suelen llevar la diferencia en silencio. No lo comentan con sus padres ni compañeros,se van alejando de la Iglesia y les repelen los curas que los han machacado a biblazos.

Se les envía a sicólogos y siquiatras concordes con la convención social y religiosa para que "curen" su orientación "desviada".
Horror tras horror,error tras error.

Puede que la ciencia con el tiempo aporte la razón del desvío y....otro caso Galileo.

una realidad
30 de junio de 2011 a las 09:05

No hay que tener miedo a las preguntas. Ni a la realidad. Homosexualidad hay en la sociedad. Tambien en la Iglesia: en seminarios, comunidades religiosas, movimientos eclesiales, monasterios masculinos y femeninos hay hombres y mujeres homosexuales.Algunos viven su realidad con sufrimiento. Otros ocultan transgresiones, a veces sabidas y consentidas Las antaño amistades particulares. Hoy se llama a las cosas por su nombre, despues de tiempos de oscurantismos Y es bueno que así sea: las comunidades religiosas dejarán de ser refugio legal y bienvisto de homosexuales.
La Biblia refleja la homosexualidad, por muchas filigranas exegético-teologicas que se quiera realizar en los textos, que dan para casi todo lo que se quiera justificar. Tambien en el NT: el discípulo amado de Jesús, aquel a quien más quería, por poner un ejemplo.
No es cuestión de demonizar una realidad, la homosexualidad que como bien apunta un comentario,es probable que necesite una redefinición. Lo masculino y lo femenino tiene un gran componente cultural. Ya hoy asistimos a una profunda modificación de roles de lo masculino-femenino que demandan dejar atrás prejuicios de antaño. Con ello eliminariamos el sufrimiento de algunas personas.Quizá nuestro mejor amigo.
Amaos los unos a los otros como yo os he amado, nos recuerda el Maestro. Él amó a todos por igual.
Gracias Martín Gelabert por este espacio ponderado sin charcos que salpiquen.
No lo permitirías.

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