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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

13
Mar
2020

Tiempo de virus, momento de rezar

9 comentarios
cruzmoderna

Estoy de acuerdo con el Arzobispo de Valencia: es un momento para orar. Todos los momentos son buenos para rezar. Orar es cobrar conciencia de que toda nuestra vida, con sus preocupaciones, inquietudes y necesidades, está en manos de Dios. Por eso, en la oración explicitamos aquellas preocupaciones del momento presente. Y en estos momentos, la preocupación dominante de muchos creyentes (y no creyentes) se llama “coronavirus”. Por eso, es bueno, es necesario orar por los infectados, por sus familias, por las autoridades sanitarias y, en general, por todos aquellos que pueden colaborar a frenar esta pandemia.

San Pablo exhortaba a los cristianos a “orad continuamente”, en todo tiempo y momento, en los buenos y en los malos. Es verdad, lo humanos somos así de egoístas, y nos acordamos de Dios cuando las cosas van mal. Pero más vale acordarse de Dios en la necesidad, confiando en su bondad y misericordia, que maldecirle y protestar. La pandemia no viene de Dios, viene de la naturaleza finita y, quizás de la libertad humana. Y la actuación de Dios para que desaparezca el virus pasa a través de la mediación humana, de la medicina, de las precauciones que debemos tomar, del mutuo cuidado que debemos darnos.

¿Hay que ver en este desgraciado acontecimiento algún signo divino? Es mejor no entrar en este juego. Dios siempre quiere nuestro bien. La voluntad de Dios en esta pandemia, que es una más de las muchas desgracias naturales que a lo largo de la historia han asolado a la humanidad, es clara: debemos cuidar de los enfermos y cuidarnos a nosotros, solidarizarnos con los más afectados, tomar las medidas adecuadas para no contaminarnos y no contaminar. No es tiempo de fundamentalismos baratos ni de discusiones sobre si la comunión en la lengua es más santa que la comunión en la mano. Eso son cosas nuestras. A Dios lo único que le importa es que respetemos al prójimo y nos amemos los unos a los otros.

Quizás sea un buen momento para recordar que todos somos solidarios, que dependemos los unos de los otros; el otro depende de mí y yo dependo del otro. Eso que ahora parece muy claro, es la ley del universo: todo está relacionado; lo que daña a uno, daña a todos; lo que perjudica a la naturaleza, perjudica al ser humano; lo que hacemos o dejamos de hacer tiene repercusiones. Evitemos, pues, las repercusiones malas y favorezcamos las buenas.

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Elizabeth
13 de marzo de 2020 a las 06:09

Gracias fr. Martín. Muchas reflexiones se suscitan en estos momentos. Estamos estrechamente interrelacionados como bien señala. Este acontecimiento es un buen recordatorio de ello y de la necesidad de ser solidarios. Somos seres frágiles mas unidos somos fuertes. Gracias a todos quienes atienden la situación de una u otra forma, incluida está reflexión.

María Teresa
13 de marzo de 2020 a las 23:14

En esta terrible pandemia, hay que obedecer a los Médicos. Y los sacerdotes cuando den la comunión a personas que no sean de su circulo, lo deben hacer de acuerdo a lo que dicen los Médicos. Juan Pablo II declaró santo a un médico que atendía a los pobres sin pensar en él. San Giusseppi Moscati.

María Teresa Canuti
14 de marzo de 2020 a las 13:34

Recemos el Salmo 91. Es el más apropiado para el momento que vivimos.

M Angel
14 de marzo de 2020 a las 17:54

Buen momento para recordar lo frágiles que somos y no olvidar que somos mortales por el coronavirus o por cualquier otra enfermedad; corramos al confesionario para salvar nuestra alma y no al supermercado para atiborrar nuestro cuerpo que no deja de ser un puñado de ceniza.

Hormias
15 de marzo de 2020 a las 12:58

Nos creíamos soberbios y dueños del mundo.. Pero solo el señor es nuestro pastor y dueño del mundo.

Sandra
15 de marzo de 2020 a las 14:34

Es tiempo de hablar con Dios y confiar en él, en su infinita misericordia, es tiempo de ser obedientes y reconocer que lo necesitamos en nuestras vidas. "Invoqué al Señor, el Señor me escucha y me libera de todas mis angustias". Es tiempo de volvernos a él.

José Ramón
15 de marzo de 2020 a las 20:25

Muy acertada reflexión. Orar, orar, permanentemente orar. Efesios 6,18.Confiemos en lo que el SEÑOR DIOS puede hacer por nosotros a través de nuestro SEÑOR JESUCRISTO. 2 Reyes 5,1-15a.

Carlos
16 de marzo de 2020 a las 22:13

Su opinión me ha caído como anillo al dedo, justo de eso hablaba con un grupo de hermanos, gracias por el comentario, lo compartiré oportunamente

Alvaro Gonzalez V.
20 de marzo de 2020 a las 06:38

Gracias

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