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Santa Bárbara o la importancia de una espada
5 comentariosSanta Bárbara, una mártir representada blandiendo una espada. Una contradicción, a no ser que se trate de la espada de la fe, que es la Palabra de Dios. Pero sospecho que no es eso lo que la mayoría de las personas entienden cuando ven una imagen de santa Bárbara. ¿Por qué la asociamos con los truenos, cómo ha llegado a ser la patrona de la artillería, de esas armas preparadas para la guerra? ¿Y si, al menos parte de las respuestas estuvieran en Cuba?
Entre los santeros de Cuba, santa Bárbara se identifica con uno de los principales dioses africanos. El sincretismo está muy presente en las capas populares de Cuba y de otros países latinoamericanos. Se trata de la mezcla en mayor o menor escala de las deidades africanas y los santos católicos. Los negros transportados de África como esclavos tuvieron que ingeniárselas para dar culto a sus dioses, mal vistos y prohibidos. Lo hicieron a través de los santos católicos de su amos. Al principio, el negro no confundía su dios con el santo. Con el correr del tiempo, la confusión se dio y apareció el actual sincretismo.
Pues bien, los negros yorubas, al buscar una imagen que se asemejara al orisha (=dios) Chongó, señor del fuego, del trueno, de la virilidad y de las guerras, escogieron a santa Bárbara, no por haber dado su sangre por Cristo, sino por la espada que portaba, signo guerrero. La santa además facilitaba la identificación con el dios de la virilidad, pues según la leyenda el Chongó se viste de mujer. Se comprende así que entre los fieles que cada cuatro de diciembre acuden a venerar la imagen de la santa, se suscite la pregunta de si “santa Bárbara este año viene como hombre o como mujer”.
Tenemos un problema pastoral con la religiosidad popular, sobre todo en sus formas sincretistas, pero también con el patronazgo que determinadas instituciones o colectivos (el Ejército por ejemplo) buscan en los santos. Es necesario purificar algunas manifestaciones religiosas. Pero también necesitamos encontrar caminos evangelizadores ante las formas sincretistas de religiosidad. Sincretismo es mestizaje, apertura y mezcla. La mezcla de ritos y creencias puede darse en diferente proporción. Evangelizar este mundo significa, desde el respeto, el conocimiento y la comprensión, aumentar la proporción del contenido cristiano, tender puentes, ver qué elementos del sincretismo son aprovechables y evangelizables.