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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

15
May
2015

No ver y ver a Jesús al mismo tiempo

13 comentarios

Según el cuarto evangelio, poco antes de morir, Jesús dice a sus discípulos unas extrañas palabras, que ellos en aquel momento no comprendieron: “dentro de poco ya no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver” (Jn 16,17). Tal como está construida la frase, parece que se trata de dos momentos sucesivos: después de estar un tiempo sin ver a Jesús, llegará un tiempo en el que los discípulos le verán. Pero esto resulta difícil de entender. Para que esta sucesión de momentos tenga un mínimo de lógica habría que pensar que el momento en que no se le verá será el de su ausencia de la tierra (Jesús se va al cielo y en la tierra ya no se le ve más), y el momento en que se le verá será el día en que los discípulos, tras pasar por la muerte, lleguen al cielo.

La frase tiene bastante más sentido si en vez de dos momentos sucesivos se trata de dos momentos simultáneos. Está a punto de llegar el día, viene a decir Jesús, en que voy a dejar la tierra. Y ya no se me podrá ver con los “ojos de la carne”. Pero entonces se me podrá ver con otros ojos, los de la fe. Esa lectura sería coherente con esta palabra de Jesús: “dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros sí me veréis” (Jn 14,19). El mundo no puede ver a Jesús resucitado, porque el mundo solo tiene ojos de carne. Pero los discípulos, con los ojos de la fe, pueden ver a Jesús resucitado, porque experimentan el poder de su resurrección, la fuerza de su Espíritu, y le reconocen en la Escritura, en el partir el pan y en la vivencia del amor mutuo. Así se comprende también esta otra palabra de Jesús: “me voy y volveré a vosotros” (Jn 14,28). El Jesús que sube al cielo no deja la tierra, permanece entre los suyos, pero de otra forma: “yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”.

Precisamente los ojos de la fe son los que permiten ver la realidad más auténtica de Jesús. Muchos vieron a Jesús con los ojos de la carne. Y no vieron lo que allí había. Viendo a Jesús con los ojos de la carne resulta posible traicionarle (como Judas), tratarle de impostor, burlarse de él, o crucificarle. Ocurre lo mismo en las relaciones humanas: cuando solo miramos con los ojos de la carne, nos quedamos en la superficie; el que mira con los ojos del amor sabe ver más allá de las apariencias. Solo con los ojos del amor se conoce a fondo a las personas. Como dice el principito de Saint-Exupéry: “solo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos” (de la carne).

Vuelvo a Cristo resucitado: ahora, los suyos ya no lo ven con los ojos de la carne; el mundo tampoco le ve. Los ojos de la carne solo ven lo que es de carne y el mundo solo ve lo que es suyo. Pero los creyentes sí pueden ver a Jesús con los ojos de la fe. Los creyentes no ven a Jesús (con los ojos de la carne) y al mismo tiempo le ven (con los ojos de la fe). Referida, no a dos momentos sucesivos, sino a dos momentos simultáneos, tiene sentido esta palabra de Jesús: “dentro de poco no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver”.

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vicente
15 de mayo de 2015 a las 15:08

con la fe podemos verle, tocarle.......

Juan
15 de mayo de 2015 a las 16:55

Si prescindimos del Jesushistorico, del que nos habla del Padre, del que come con pecadores, que disfruta la presencia de sus seguidores, que nos deja sus enseñanzas, sus parábolas.. como conocer al Jesuspospascual, al resucitado..Creo en el Jesusresucitado., pero me encantaría verlo con los ojos de la carne..

Juanjo
15 de mayo de 2015 a las 22:57

Quizá por eso los evangelios narran que los únicos que "vieron" a Jesús resucitado fueron gente de su entorno con un mínimo de fe. No se dice, (no se podía decir) que le vieron resucitado quienes no le pudieron "ver" en vida como Salvador.

Luciana
16 de mayo de 2015 a las 14:32

Lo que mantiene y alimenta nuestra Fe es: Jesús Resucitado,y como dice Sn.Pablo "..si Jesús no ha resucitado vana es nuestra Fe."El soportar las penas y sufrimientos de esta vida es,tener la certeza de que Le veremos tal cual Es y por toda la eternidad,es la Fe en el Misterio insondable del Resucitado.Como dice el Padre Martin recordando las palabras de Jesús: "Dentro de poco me vereis y dentro de otro poco me volvereis a ver".

Anónimo
17 de mayo de 2015 a las 00:54

Envía,Señor, la LUZ y la FUERZA del Espíritu para que que podamos verte siempre, siempre con los ojos de la fe, en la fragilidad y el desamparo de los hermanos que sufren y mueren precisamente por dar testimonio de tu Resurrección.

Maite
17 de mayo de 2015 a las 02:27

Profesor: qué le parece esta traducción: "dentro poco no me veréis y dentro del mismo poco me volveréis a ver". Así queda clara la paradoja de no ver y ver al mismo tiempo.

Mari Cruz
18 de mayo de 2015 a las 15:50

Agradecida por la explicación

Vicente
23 de mayo de 2020 a las 20:51

Nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección; no a todo el pueblo.

Arturo Dextre
22 de mayo de 2022 a las 14:29

Cuando alguien es bueno en lo que hace como es tu caso. La interpretación de una pieza musical 🎶 en un instrumento 🎸 parece fácil. Y tú lo haces muy sencillo de entender; pero estos pasajes son difíciles. Gracias 🙏 Martín por tu sabiduría y sencillez.

Valero
22 de mayo de 2022 a las 15:25

Yo no he visto a Jesús, no lo he sentido, no he escuchado su voz ni he tocado sus yagas, pero de un tiempo a esta parte, su presencia en mi, lo está trastocando todo. Es como si no fuese yo la misma persona de antes ya que estoy redescubriendo, que sin Él nada vale la pena, que estar con Cristo es con mucho, lo mejor y que este estar en la intimidad con Jesús resucitado no me cierra en mi mismo, sino que me abre al prójimo pues en el otro está Cristo esperándome. Nada de esto sería posible en mi si Cristo no hubiese resucitado.

Mildred Alemán.
23 de mayo de 2022 a las 05:26

Ver con el corazón... es ver más allá de la persona, es percibir su sí mismo, lo esencial de su ser... es ver con los ojos del amor. Eso es hermoso!! Y así por gracia, vemos a Jesús, con los ojos de amor y de la fe.

Marcela Díaz
25 de mayo de 2022 a las 12:43

Volverá

Valero
16 de mayo de 2023 a las 11:01

En efecto, yo no puedo ver a Jesús resucitado con los ojos de la carne, pero por ejemplo, en el amor resucitado de mi matrimonio he "tocado" a Cristo. He experimentado que en su resurrección, mi matrimonio, que estaba muerto y destruido -divorcio incluido-, él lo ha sanado y transfigurado de una forma que jamás hubiese imaginado. Así, mi fe, no viendo, se apoya en esos acontecimientos en los que Jesús resucitado ha obrado vida, donde antes había muerte.

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